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Bullerengue: entrevista con MinCultura sobre Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial

Alberto Escovar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, responde en este diálogo preguntas planteadas desde el proyecto de lograr la inclusión del bullerengue  en la LRPCI de la nación. 

Tal proyecto es un propósito común de los festivales nacionales de bullerengue de Puerto Escondido (Córdoba), Necoclí (Antioquia) y María La Baja (Bolívar), la Fundación Color de Colombia, investigadores académicos y músicos cultores.

Alberto Escovar es arquitecto de la Universidad de los Andes y tiene amplia experiencia en el sector.

Desde 2015 está a cargo de «la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural colombiano y su apropiación social», una de las funciones más características del MinCultura.

Escovar pone de presente que el Decreto 2358 de 2019 actualizó y simplificó la normativa del patrimonio cultural. Destaca aprendizajes de procesos recientes y precisa el rol del Ministerio.

Como antecedente, ¿cuáles son las dos últimas manifestaciones de artes populares y de actos festivos y lúdicos que fueron admitidas a la Lista Representativa?

En el campo de las artes patrimoniales, anteriormente conocidas como artes populares antes de la modificación y adición que se hizo de la reglamentación del sector de patrimonio mediante el Decreto 2358 de 2019, se incluyó en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial (LRPCI), la Tradición y creación en la celebración popular de la Semana Santa de Ciénaga de Oro, Córdoba el 25 de febrero de 2020, debido a la importancia de tradiciones artísticas relacionadas con la elaboración de esculturas religiosas, las marchas musicales tradicionales, arte culinario, entre otras expresiones artísticas, relacionadas con esa celebración de religiosidad popular.

¿Qué destacaría de ese proceso?

De este proceso se puede destacar el gran esfuerzo que hizo la comunidad por recorrer el camino hacia la LRPCI del ámbito nacional, surtiendo primero las instancias municipales y departamentales y las diversas alianzas que se gestionaron en la elaboración del Plan Especial de Salvaguardia (PES), particularmente con la Universidad de los Andes, que permitió la construcción de un documento de planeación muy robusto.

¿Y una segunda experiencia reciente?

El 25 de junio de 2014 se incluyó en la LRPCI a la Manifestación cultural silletera del territorio de Santa Elena, de los municipios de Medellín, Guarne, Envigado y Rionegro (Antioquia), también asociada a ese campo de la Lista Representativa, por la importancia de la silleta como una expresión artística elaboradas con las flores.

De igual forma, esta misma manifestación también se incluyó en el campo de actos festivos y lúdicos por su relación con el tradicional Desfile de Silletas que se lleva a cabo en el marco de la Feria de las Flores.

¿Qué destacaría ahí?

En ese proceso ha sido clave, el gran compromiso de la Gobernación de Antioquía y las alcaldías de los cuatro municipios, que han abanderado el Plan Especial de Salvaguardia y ha permitido que el mismo tenga grandes avances y resultados en su implementación.

Asimismo, es de destacar la inclusión de la Música Vallenata Tradicional del Caribe Colombiano, el 16 de mayo de 2014, también asociada al campo de las artes patrimoniales y de los actos festivos y lúdicos, por tratarse de una música tradicional y por la relación de dicha expresión musical con el desarrollo de espacios festivos y festivales en el Caribe Colombiano, así como para destacar el escenario festivo de la parranda.

Aquí la participación activa de juglares, compositores, músicos y otros actores fundamentales y representativos de la manifestación en el proceso de elaboración del Plan Especial de Salvaguardia, quienes además constituyeron un Comité de Seguimiento de la sociedad civil que se encarga de revisar y monitorear los avances del PES.

El caso de una manifestación que tiene tres festivales nacionales en sendos departamentos, como el bullerengue, ¿implica una fortaleza o un reto?

Los festivales pueden ser una gran fortaleza si estos son espacios que tienen una finalidad de salvaguardia dentro de sus principios organizativos, tales como promover escenarios de divulgación de la investigación, de reconocimiento a la trayectoria de maestros y maestras portadores, de propiciar escenarios de intercambio de experiencia, de fomento a la participación social en las manifestaciones culturales y de promover el aprendizaje de las manifestaciones culturales que circulan en dichos festivales.

El reto se encuentra es cuando los festivales han perdido su carácter comunitario y colectivo y empiezan a generar mayores obstáculos para la participación de diversos sectores interesados en la manifestación.

Si tienen ese carácter son una fortaleza …

Sí, los festivales definitivamente son una de las principales acciones que se llevan a cabo de divulgación y visibilización de las manifestaciones y para el proceso de inclusión en la Lista es fundamental la participación de los gestores e instituciones asociados a los mismos, con el objeto de construir acuerdos para la salvaguardia de la manifestación cultural.

Entre los criterios de valoración para incluir una manifestación en la Lista están la representatividad, la relevancia y la naturaleza e identidad colectiva. ¿Qué se entiende aquí por relevancia?

Como decía, recientemente la normativa en torno a la gestión del patrimonio cultural fue actualizada mediante el Decreto 2358 de 2019, que modifica el Decreto 1080 de 2015.

Una de esas actualizaciones fue simplificar los criterios de valoración de las postulaciones a la LRPCI. Los criterios de representatividad y relevancia fueron condensados en uno solo denominado Significación, que se refiere a:

Que la manifestación sea socialmente valorada y apropiada por ser referente de la identidad del grupo, comunidad o colectividad de portadores, y sea considerada una condición para el bienestar colectivo.

Como queda indicado en el artículo 2.5.2.5 del Decreto 1080 de 2015, modificado y adicionado por el artículo 22 del Decreto 2358 de 2019. En ese sentido, el criterio de relevancia ya no se encuentra vigente.

¿Qué compromiso adquiere el Ministerio de Cultura con una manifestación que es incluida en la Lista Representativa?

Muchos procesos e intenciones de patrimonialización se hacen con la intención de generar una fuente de financiación directa desde el Gobierno Central para las actividades de la manifestación. Lamentablemente, esto desconoce la naturaleza misma del patrimonio cultural inmaterial (PCI).

Lo que se entiende por PCI, son aquellas tradiciones o manifestaciones que por varias generaciones han sido transmitidas como un legado cultural propio de las comunidades o los grupos sociales del país. Por ende, se asume de antemano que hay un sentido de pertenencia y apropiación de estas manifestaciones en lo local.

Por lo cual, que una entidad externa, en este caso el Ministerio de Cultura, deba asumir la financiación de la manifestación para garantizar su existencia, implica que la manifestación como tal no tenía el significado y valor en lo local, que es lo que precisamente la hace ser valorada como PCI.

El proceso de inclusión en Lista es proceso que debe ser complementario a los esfuerzos que las comunidades y los portadores realizan sobre sus manifestaciones para salvaguardarlas a futuro.

¿Qué valor genera la inclusión en la Lista?

La Lista permite generar mayor visibilidad y toma de consciencia sobre manifestaciones relevantes del patrimonio cultural inmaterial. No obstante, la inscripción en la Lista no debe ser vista como un fin en sí mismo.

En cambio, cada inscripción debe entenderse como un proceso de generación de responsabilidades compartidas entre diversos actores involucrados con la salvaguardia de la manifestación en cuestión que se busca inscribir.

Es por eso que la normativa y legislación actual del patrimonio cultural inmaterial, establece que para formalizarse la inscripción debe haberse aprobado un Plan Especial de Salvaguardia, PES, en el cual se establece una ruta de corresponsabilidad entre los diversos actores interesados en la manifestación para que se siga transmitiendo de generación en generación.

En ese sentido, lo más importante en lo que corresponde a la LRPCI, es la implementación y seguimiento de los Planes Especiales de Salvaguardia aprobados, los cuales se implementan a partir de ejercicios de gestión mancomunados entre varios actores.

Entonces, la LRPCI promueve instrumentos de gestión mancomunados entre varios actores que son los PES. Debe aclararse, que los postulantes o gestores de PES no son tenedores exclusivos de estos instrumentos de gestión. Apoyan su construcción, pero los PES son hojas de ruta para diversos actores involucrados en la salvaguardia de las manifestaciones del PCI.

Es importante tener en cuenta que la mayoría de los recursos del sector cultura son de carácter descentralizado y están es a disposición de los entes territoriales del país.

¿Qué papel cumple en MinCultura?

El Ministerio de Cultura por eso cumple un rol más de entidad asesora y de definir líneas de política pública y generar instrumentos técnicos para garantizar la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.

Por este motivo, se recomienda que los PES se integren a los Planes de Desarrollo municipales, distritales y departamentales. De igual forma, se pueden gestionar proyectos a través del Programa Nacional de Concertación Cultural y el Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura, a través de la Beca para la implementación de PES y otros fondos concursables que el Ministerio de Cultura gestiona para la salvaguardia del PCI.

Los recursos del Impuesto Nacional al Consumo a los servicios de la telefonía móvil también son una fuente importante de financiación de proyectos del PES, pero son también recursos de los departamentos.

El Grupo Patrimonio Cultural Inmaterial, PCI, de la Dirección de Patrimonio y Memoria del Ministerio de Cultura apoya a los actores del Sistema Nacional de Cultura en la construcción de estos proyectos.

¿Cuál es una experiencia especialmente exitosa de salvaguarda y sus claves?

En efecto, los planes especiales de salvaguardia que han sido más exitosos y han demostrado mayores avances son aquellos en los cuales se ha estructurado un esquema institucional con participación de múltiples actores comprometidos con iniciativas o actividades ajustadas a sus fortalezas o recursos disponibles.

En ese sentido, resaltamos de nuevo los adelantos que ha tenido el Plan Especial de Salvaguardia de la Manifestación Cultural Silletera: han sido posibles por el esfuerzo mancomunado entre el Ministerio de Cultura, el departamento, los municipios y la Corporación de Silleteros de Santa Elena, que ha permitido la gestión de múltiples proyectos de salvaguardia.

De igual forma, el Plan Especial de Salvaguardia del Betskanaté, o Día Grande de la Tradición Kamentzá en el Valle de Sibundoy, departamento de Putumayo, ha sido otro caso exitoso dado que el mismo se articuló al Plan de vida de esa comunidad, por lo cual se conformó como parte de los procesos de etnodesarrollo del pueblo Kamentzá.

Finalmente, el Plan Especial de Salvaguardia de los Gualíes, alabaos y levantamientos de tumba, ritos mortuorios de las comunidades afro del Medio San Juan, ha sido exitoso gracias a la gestión que el Ministerio de Cultura ha realizado de cooperación internacional y de otras fuentes de financiación, en colaboración con un equipo de docentes, cantaoras e investigadores locales del Medio San Juan en el Chocó.

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*Trazador misional de esta publicación de Fundación Color de Colombia: Línea estratégica 4: Cultura, identidad y comunicaciones. Iniciativa 1: Periodismo cultural. Proyecto: Bullerengue nacional.

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