
Hola Andrea. Mi nombre es Gloria.
Leo tu blog cada domingo desde hace mucho tiempo, mi hermana que vive en el exterior por WhatsApp lo manda al chat de la familia. Espero que este correo lo leas pues quiero pedirte el favor de que publiques esto que te voy a contar, puesto que creo que le puede servir a quienes te leen. Si no es mucha molestia claro está. Pues tiene mucho que ver con lo que tu escribes.
Lo que me está pasando puede ser lo que le pasa a mucha gente en el mundo, perder a un ser querido de un momento a otro.
Mi hermano menor de 33 años economista de profesión, soltero y trabajador hace dos semanas iba en su carro para el trabajo y comenzó a sentir que la cara estaba paralizada al no poder hablar bien y no poder mover su mano derecha. Nos mandó un mensaje de voz para que lo fuéramos a buscar. Todos estábamos ocupados en nuestros quehaceres diarios y no paramos bolas al mensaje, eso que llegan mensajes y mensajes y memes al chat familiar y uno como que no pone mucha atención.
Mi esposo fue el que escuchó y lo llamó pues pensó que era un atraco o algo así porque casi no se le entendía lo que dijo, lo llamó y él pudo enviarle la ubicación por el WhatsApp. Fue a buscarlo y lo llevó al hospital. Le hicieron exámenes y todo salió bien solo decían que era un episodio de estrés que lo iban a tener en observación y más exámenes a ver qué.
Mi esposo nos llamó por WhatsApp de video al chat familiar con mis papas y mi otra hermana que vive en Alemania. Lo vimos estaba pálido, no podía hablar bien, casi no se le entendía. Todos lo saludamos, le mandamos besos abrazos y mi hija le mando un beso porque era su tío preferido. Mi esposo se quedaría en el hospital acompañándolo hasta que le hicieran más exámenes para saber bien qué era. Colgamos. A los 20 minutos me llama mi esposo y me dice que mi hermano se murió. Le dio un infarto y no pudieron reanimarlo. Con 33 años nuestro hermano menor se había muerto. Mis papás no lo podían creer. Tener que darles la noticia fue lo peor que he tenido que hacer. Apenas dos días antes estábamos en un asado familiar celebrando el cumpleaños de mi papá todos bien la pasamos rico y lo molestamos porque había cangrejiando con una ex novia que habían durado 6 años y terminaron y ahora otra vez estaban en conversaciones.
A mi esposo y a mi nos tocó ir a su apartamento a recoger un vestido que nos pidieron en la funeraria. Entrar a su apartamento fue algo muy duro y yo no paraba de llorar. Había una taza de café que no se terminó sobre la mesa. Unas bolsas de mercado en el comedor que no había guardado. Por esos días iba a tener alguna comida especial o iba a preparar algo porque todo lo que había en la bolsa era como para una receta. Su ropa en el tendedero secándose. Había recibos de servicios públicos pegados en la nevera. Una bolsa de pan bimbo en el mesón. Abrí su closet para buscar el vestido y encontramos una camisa aun con la etiqueta. No se la había estrenado. Encontré en el estudio unos papeles en un sobre de una especialización que iba a hacer en el rosario.
Todo quedó ahí Andrea. La gente muere y todo queda ahí. Tareas, deudas, planes, comida en la nevera, relaciones, todo queda ahí y sabes que es lo peor de todo, que el mundo sigue su curso normal. Como si el mundo no se detuviera por nada ni por nadie como si la vida de alguien no hiciera la diferencia. Para su familia si, pero al ver su casa como esperándolo como si todo hubiera quedado en pausa.
Esta chica, con la que estaba tratando de volver, nos contó que el viernes de esa semana iban a hablar en su apartamento y que él le iba a cocinar. Le conté la bolsa que vi del mercado para que supiera que él tenía todo listo para esa comida.
Tu decías en un blog del año pasado como por pandemia que hablabas que lo único que uno tiene en la vida es el hoy, uno no sabe si se va a despertar mañana. Y te agradezco por ese blog porque desde que lo leí, cuando me veo con mis papás o mis hermanos yo los abrazaba al despedirme y les decía te quiero. Ese día del asado, recuerdo que lo abracé y le dije te quiero y él me dijo yo también negrita. Mi hija está destrozada, es la primera muerte que tenemos tan cercana en la familia y era su tío favorito. Y le hablé teniendo en cuenta un blog que hiciste en octubre sobre la muerte y lo que tu dices que es destino que todos tenemos una fecha. Que si uno tiene presente que se va a morir es más fácil disfrutar la vida, porque es algo que va a pasar tarde o temprano. Decías algo sobre tus papás, que tu los sentías cuando veías un atardecer o una flor, eso le dije a mi niña, que su tío estaría en el cielo que estuviera pendiente de ver una estrella o un atardecer porque ahí estaría. Creo que los niños ven las cosas más claramente que nosotros los adultos, me dijo que había soñado con él que estaban armando un rompecabezas y que él se veía contento. No han sido días fáciles.
Si lo que te escribo aquí me haces el favor de publicarlo, quiero que la gente sepa dos cosas: La primera que hubo un hombre de nombre Juan Camilo, economista, deportista, buen hijo, buen hermano y buen tío, que existió y nos dejó miles de recuerdos y que aunque la vida siga, siempre nos va a hacer falta y el mundo no será igual sin él.
La segunda es que abracen y les digan a sus seres queridos siempre que los quieren, porque no se sabe qué pasará mañana. Si no me hubiera despedido bien de mi hermano la última vez que lo vi, sería peor el dolor. Despídanse siempre como si fuera la última vez. ¿Me puedes por favor responder para saber si leíste mi correo?
Gracias, Gloria.
Estimada Gloria:
Gracias por escribirme, me sacaste lagrimas con tu historia y te acompaño en tu dolor. No puedo ni imaginarme el dolor que puede ser perder a un hermano. Siento mucho todo esto que están pasando. Es un proceso bastante duro, que solo hay que vivirlo tal cual como viene, hasta que el tiempo termine por hacer las paces con las ausencias.
Al leer tu correo pensé en una pregunta, ¿Qué estamos haciendo con el poco tiempo que nos queda? Finalmente cada día más es un día menos… leí por ahí. Lo que dices es muy cierto…. todo queda en pausa. Solo tenemos el hoy, este instante, nos preocupamos por el futuro y ni sabemos siquiera si llegará. Hay que disfrutar cada día con lo que tenemos, al pasar cada día se irá labrando ese futuro que alguna vez pensamos, antes no. Y pensar en el futuro es una pérdida de tiempo. Que bonito que tuviste un hermano y pudiste compartir con él gratos momentos.
Gracias por la confianza de escribirme y por leer mi blog y estas páginas estarán abiertas siempre para escucharte. Lamento mucho todo lo que están pasando. Te mando mucha luz para ti y tu familia.
Un abrazo, con cariño, Andrea.
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