Por Francy Carranza[1]
El Plan de Desarrollo de Peñalosa, aprobado en primer debate en el Concejo de Bogotá, establece que la capital necesita “reducir el déficit habitacional del suelo urbanizable, vivienda y soportes urbanos” (punto 4.4.3). El diagnóstico es que el crecimiento demográfico requiere un nuevo ordenamiento territorial que cubra el déficit de provisión de servicios y espacio para la población. La propuesta, entonces, es “viabilizar el suelo para mejoramiento de acceso a equipamientos, vías y vivienda”. El suelo al que Peñalosa y su equipo se refieren es la Sabana de Bogotá, y el uso ambiguo de la palabra “viabilizar”, se operacionaliza en el resto del documento como “construir”. En términos concretos, y aunque no se menciona directamente, esto autoriza la urbanización de lotes como la reserva Van der Hammen.
Lejos de ser un potrero carente de árboles, como el alcalde lo considera, en la Van der Hammen existen condiciones pluviales y de ciclo hidrológico (abastecimiento y regulación de agua) de gran importancia para la capital, la CAR ya han señalado que contiene reservas de agua para unos 100 años. Esto no es un hecho aislado, la Sabana de Bogotá está clasificada como una de las zonas con mayor humedad y con mayores reservas de agua fresca en el mundo[2].
Sin embargo, que el agua sea un recurso renovable no significa que sea ilimitado. Según Cristian Diaz, en una tesis de la Universidad Nacional[3], Bogotá no es sostenible en agua, alimentos o combustible. Cuando la ciudad se expande, no diseña planes para su autoabastecimiento y, como resultado, hacia Bogotá son desviados los recursos ambientales de otros municipios y regiones. Por ejemplo, el abastecimiento de agua desde Chingaza, Sumapaz y el Rio Bogotá, no ha resultado suficiente y la capital ha tenido que desviar agua desde la cuenca del Orinoco[4]. La energía se saca de embalses como Chivor, lo cual también produce acaparamiento de agua, con destrucción de ecosistemas estratégicos y desplazamiento de fauna y población. Igualmente, los materiales para la imparable industria de la construcción, provienen de canteras y cementeras de pueblos cercanos, que en últimas son los que tienen que soportar los problemas medioambientales que se derivan de ello. En suma, la infraestructura para la provisión de servicios se organiza de acuerdo a las necesidades de la capital, mientras que otros municipios y regiones terminan proveyendo recursos, a expensas de su propio bienestar y desarrollo.
No menos importante, este ordenamiento también llega a producir despojo de tierras y desplazamiento: el desvío de ríos o el cambio en el uso de la tierra, por ejemplo, tienen efectos negativos sobre la calidad de vida y el bienestar de la población y de los ecosistemas de los cuales hacen parte. Lo que a su vez produce migración hacia la capital. Guardando las diferencias, en un blog anterior (link), el Observatorio había mostrado la relación entre el despojo y el desvío de recursos hídricos en la Ciénaga Grande de Santa Marta.
Por lo menos en este punto, el Plan de Desarrollo de Peñalosa reproduce la idea de Bogotá-región, en donde la capital funciona como un vórtice alrededor del cual gravitan los municipios. Por el contrario, tanto gobernantes como ciudadanos en Bogotá podemos – y debemos – buscar alternativas distintas a agotar recursos propios (agua, materiales de construcción, etc) y los de nuestros vecinos. Por ejemplo Juan Camilo Cárdenas, de la Universidad de los Andes, ha analizado el manejo de los recursos en las comunidades pequeñas y dice que el acceso a la información y la comunicación son claves para lograr su buen manejo. También hay propuestas de ciudades que se autoabastecen de agua y con cinturones de provisión de alimentos. Como una serpiente que se muerde la cola, la solución de construir puede agudizar, más que solucionar, el problema demográfico.
[1] Agradezco para este articulo la asesoría de Leyla Cardenas, Carolina Tobón y Edgar Cabezas
[2] Ecosistemas que retienen tanta agua como la Sabana solo hay un 4% en el país y 0.2% en el mundo. Suelos de Colombia, 2006.
[3] Tesis sin publicar. El Metabolismo de la ciudad de Bogota DC. http://www.bdigital.unal.edu.co/4991/1/08905064.2011.pdf
[4] Conpes 3320. La estrategia para el manejo ambiental del rio Bogotá 2004