VIDA PERRA

Publicado el Henry Salazar

Horca, ahorque, ahogo

Las tres primeras definiciones de la palabra horca, ofrecidas por el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en su versión digital, son las siguientes:

1. f. Conjunto de uno o dos palos verticales sujetos al suelo y otro horizontal del cual se cuelga por el cuello, para dar muerte a los condenados a esta pena.

2. f. Palo con dos puntas y otro que atravesaba, entre los cuales metían antiguamente el cuello del condenado y lo paseaban en esta forma por las calles.

3. f. Instrumento de forma parecida que ponen al pescuezo a los cerdos y perros para que no entren en las heredades.

Por extensión se llama también con este sustantivo al método de ejecución. Ahorcar es quitar la vida con un lazo alrededor del cuello hasta impedir la respiración. Es una forma de estrangulamiento que lleva al ahogamiento o asfixia ejercido por la presión del instrumento utilizado, en este caso una cuerda.

Ahora bien, ¿por qué razón la horca no se utiliza en el trabajo de adiestramiento de caballos, osos, focas, ballenas, delfines, gatos, aves o en la formación inicial de los niños, pero se insiste el uso y se recomienda ampliamente para el control y manejo de perros, en particular, cuando son animales de compañía?

El uso de un collar de ahorque o de ahogo alienta a quien tiene el extremo libre de la cuerda a realizar un manejo del animal mediado por la fuerza. Supone que entre más presión ejerza mejores resultados obtiene en la conducción de su ejemplar. Y esto es un grave error.

Lo único que está logrando con esto es maltratar y lesionar, algunas veces sin remedio, el cuello de su perro. Con un grado mayor de riesgo cuando se trata de cachorros en proceso de formación y crecimiento.

Este tipo de collares o correas aplica una presión excesiva en el cuello del animal que resulta de la suma de la fuerza del guía en un sentido y del perro en el sentido contrario en su búsqueda por liberarse del mismo.

En el cuello los perros tienen una musculatura importante que les permite manejar el peso de su cabeza, sin olvidar que el sistema de soporte que ofrece la columna vertebral cumple una función fundamental para la vida.

Pero a través del cuello también pasan las más importantes redes del sistema circulatorio, del sistema respiratorio y del sistema digestivo. Podríamos sostener que en el recorrido desde la cabeza al cuello suceden todos los procesos vitales para los animales: Respiración, circulación y digestión. Y todas las redes nerviosas que desde el cerebro controlan las funciones de los órganos.

Entonces un collar que ahogue a su perro no es la mejor elección de manejo. Existen otro tipo de recursos para ello. Un collar de un material suave pero firme, de un ancho suficiente para que le sea cómodo, con una buena fijación para evitar que lo pierda y que le permita usar una correa para la conducción, suele ser una buena solución. También existen distintos tipos de pretales o arneses que facilitan la conducción del perro.

Hay una amplia variedad de modelos, fabricantes y materiales. Los más sencillos resultan ser los más útiles y funcionales.

No se obtiene ningún beneficio de la utilización de collares que le hagan daño físico y emocional a su mascota. Los perros aprenden a comportarse y lo mejor de todo es que aprenden muy rápido. Solo requieren de un poco de orientación y la dedicación de sus guías para comprobar que el aprendizaje ha sido exitoso.

 

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