La Sinfonía del Pedal

Publicado el César Augusto Penagos Collazos

Manta, una ruta para mentes fuertes

La Sinfonía del Pedal dio su más reciente ‘concierto’ de biela y pedal en el Valle de Tenza, el límite geográfico entre Cundinamarca y Boyacá. El municipio de Manta, ‘retazo del cielo’, fue el destino del grupo de ciclistas aficionados que sobrevivieron a una jornada de gran desnivel.

Bogotá, marzo 17 de 2021. Pareciera que las rutas en Cundinamarca son infinitas, pues solamente hace falta pedalear un poco más, en cualquier dirección, para encontrar nuevos caminos. Por ejemplo, ya habíamos ido a Machetá, pero ‘¿qué hay allá más abajo?’, nos preguntábamos. Hasta que llegó el día de averiguarlo.

A pesar de la amenaza que representaban los 2800 metros de desnivel de la salida programada, el ánimo explorador fue el gran ‘energizante’ para rodar desde Guatavita, pasando por Sesquilé, Alto del Sisga, Machetá, Manta y regresar por la misma vía. Además, el clima seco ayudó inmensamente para la ejecución del plan.

Primeros pedalazos entre Guatavita y Sesquilé

El Alto del Sisga, una escalada de seis kilómetros ligeramente suaves fue el primer gran examen respondido con solvencia por los convocados. Todos, sin excepción, destaparon poros y dieron sus primeros sorbos a las caramañolas.

Tras pasar el embalse del Sisga y sortear cinco kilómetros de travesía, apareció un extenso descenso de 25 kilómetros, hasta el desvío a Manta, un techo que se hacía interminable y metía terror, porque en ciclismo todo lo que baja tiene que subir. No obstante, la calidad del pavimento y la belleza de las montañas animó, aún más, a los ‘routiers’.

El muro de Manta

La subida a Manta puede ser considerado un puerto de alta exigencia, por cuanto en sus 7.3 Kilómetros acumula 386 metros, con un promedio de dificultad de 4% y rampas máximas de 17%. Las gotas de su sudor aparecieron en los primeros metros, donde fue imprescindible usar toda la rotación posible.

En los primeros dos kilómetros, los visitantes pueden apreciar el gigantesco cañón del Río Machetá y la carretera nacional que conecta con Guateque y Garagoa, poblaciones emblemáticas del Valle de Tenza.

La fundación de Manta data de 1593, tras el sometimiento de los indígenas muiscas por parte de los españoles. Está ubicado a 1924 metros sobre el nivel del mar y tiene un poco más de 4.700 habitantes. Las fiestas destacadas son el Festival de la Arepa con Gallina Campesina y Ferias Agropecuarias y Ganaderas Mitaca.

¿Nos regresamos en flota?

Aunque ya habíamos hecho la mitad del camino, aún faltaba lo más duro: 25 kilómetros de subida continua, desde el desvío a Manta, hasta el Alto de Machetá; cinco kilómetros de travesía, desde ese punto, hasta el Sisga; los dos kilómetros desgastantes del Alto del Sisga y los tres kilómetros dolorosos para llegar a Guatavita.

Juan Esteban Santamaría corona el último repecho y termina el recorrido en Guatavita

“Confieso que tuve miedo al pensar en que debía asumir un ascenso de más de 30 kilómetros. Sin embargo, gracias a cada pedalazo dado, no sólo gané confianza para asumir la montaña, sino que aprendí algo fundamental, abrazar el miedo sin temor y creer en las fuerzas físicas, emocionales y espirituales para reconocerlo y superarlo. Al final, lo más bello del mundo fue saber que mi familia esperaba por mí para devolverme el aliento y abrazarme en esta experiencia tan especial. Un día más en el que la bicicleta sigue siendo mi gran maestra”, reflexionó Juan Esteban Santamaría, uno de los participantes más destacados del día.

Martin Higgings en el tramo entre el cruce a Manta y Machetá

“El recorrido fue magnífico, con un abanico de subidas y bajadas de diferente pendiente. El descenso, hasta el río Machetá fue glorioso, pero la subida a Manta, no tanto. Para mí fue la subida más difícil del día, con algunos repechos de hasta el 15%. La larga subida al Sisga es constante y cuenta con suficientes tramos de descanso para mantener el ritmo cardíaco a un nivel manejable. El tiempo durante todo el día fue ideal, excepto los últimos 30 minutos entre Sesquilé y Guatavita, cuando se abrió el cielo. En definitiva, un magnífico paseo y un día en buena compañía”, compartió Martin Higgings, un aficionado que suma kilómetros para conquistar el Alto de Letras.

René Velásquez lucha contra los calambres que lo atacan al final de la gran subida

“Hasta ahora, es la rodada más exigente y sufrida que he hecho. Exigente no tanto por el kilometraje, sino por el desnivel, pues yo nunca había superado los 2000 metros de escalada; y sufrida porque a 1/4 de coronar el puerto más largo vinieron los calambres en mis piernas y estuve tentado a abordar el carro escoba. Esta rodada será muy recordada como una dosis de sufrimiento con sabor a victoria, como lo es el verdadero ciclismo”, relató René Velásquez, pedalista con espíritu explorador y combativo.

Joe Parkin Daniels realiza su escalada más larga

“Fue una prueba para la mente y las piernas, pero arrojó los resultados de paisajes asombrosos y compañía amigable. La subida a Manta fue brutal, como Patios en una vía peor y más empinado. ¡Ningún sándwich supo mejor que después de esa escalada! El clima fue en su mayor parte amable con nosotros, y las diferentes zonas climáticas se sumaron al viaje. Espero explorar más de Colombia en bicicleta con la Sinfonía”, agregó Joe Parkin Daniels, periodista extranjero que combina su trabajo con la práctica del ciclismo.

Cristian Guerrero realizó una hazaña: estrenó su bicicleta en este recorrido de nivel avanzado

“Una ruta de cuatro estaciones climáticas y espirituales; el descenso hacia manta en una mañana fría otoñal, pero llena de alegría donde se disfrutó del paisaje y la camaradería, después el rápido cambio hacia el verano que dan los descensos pronunciados de estas jugosas montañas. De regreso la resistencia puesta al límite, donde la lucha fue contra sí mismo; el Sisga nos recibió con una invernal lluvia congelante y luego el duro remate hasta Guatavita, afortunadamente acompañado por los mejores de la Sinfonía del pedal. Un día para recordar”, describió Cristian Guerrero, quien recibió su ‘bautizo’ en el ciclismo de ruta, pues era su primera salida en esta modalidad.

Al final, bajo una llovizna y afanados por los truenos, el grupo completó 130 kilómetros y 2800 metros de desnivel. Todos se las arreglaron para sortear los momentos de dificultad, que se hicieron más llevaderos con el acompañamiento vehicular y asistencia de la tripulación del equipo logístico de la Sinfonía del Pedal.

Agradecimientos:

Tatiana Nossa, fotógrafa de la Sinfonía del Pedal

El soporte logístico estuvo a cargo de Tatiana Nossa Caballero (fotografía y fisioterapia), Jaime Bautista (conductor acompañante y asesor) y David Triana (Guía ciclista).

ÁLBUM DE FOTOS SALIDA A MANTA

Escrito por César Augusto Penagos Collazos

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