La división del país, es real; no cabe duda que mucho más que en cualquier otro capítulo de nuestra historia, y las razones son obvias.
Decir que el país se encuentra fraccionado simplemente por la discordia de dos líderes, Uribe y Santos, va mucho más allá del entendimiento común del ciudadano corriente. Envuelve, religión, misticismo, traiciones entre los mismos políticos, ignorancia, fanatismo, y agrego que hasta por un error ortográfico.
Detallo la última de primero, porque, aunque parezca tan simple, es que, si le hicieron propaganda al SÍ escribiendo SI sin tilde, todas esas campañas fueron perdidas porque lo hicieron condicional; y aunque nos ufanemos de tener una población educada, la realidad es que es extremadamente notable, el déficit del colombiano, no sólo en leer, pero también en el de escribir.
En lo religioso, sabemos que el bloque evangélico es influenciable hasta el punto de determinar una elección. La gran mayoría de pastores saben lo que esto significa, y utilizan el poder que tienen ante sus congregaciones, para hacerlos votar de acuerdo a la doctrina política a que se sienten inclinados. Y la división entre los católicos, se hizo notar con este voto en contra. Estoy seguro que el Papa colombiano, Alejandro Ordóñez, lo celebrará como su victoria. El misticismo, es el aparato pensante más vulnerable del ser humano.
Y a mí se me hace, que el golpe maestro de Vargas Lleras de mostrar apoyo solo al final de la contienda, fue factor fundamental para la pérdida del sí. Quiere ser presidente, la actual coalición está por romperse, y dividir su grupo político en dos, restaría suficientes votos determinantes, tal como sucedió.
Nuestra ignorancia, va paso a paso con la repetición de palabras, sin saber exactamente qué significaba este proceso. En los últimos días oí tantas idioteces, que el repetirlas, me haría caer en el mismo juego de ambos lados; además, en un artículo anterior manifesté que no votaría, pues era una medición ideológica de lo que se trataba el tal plebiscito.
Ya tenemos los resultados. ¿Quiere decir que ganó Uribe y perdió Santos? ¿Qué perdieron las FARC? ¿Qué se renegociará el tratado? No, no significa nada de eso. Lo que se manifiesta y reitera, es la división ideológica del país.
Aunque les duela a los Uribistas, Uribe JAMÁS podrá ser presidente otra vez. ENTIÉNDALO. De la única forma que él pueda volver a tomar las riendas del país personalmente, sería a través de un golpe de estado. ¿Es eso lo que quieren? ¡Nunca sucedería! Ni aunque se encuentre otro Óscar Iván Zuluaga, pues lo más probable es que le haga lo que le hizo Santos.
Aunque a la hora de la verdad, a lo mejor una dictadura es lo que le convendría a Colombia, una imposición ideológica que trunque la libertad del pensamiento, de cualquiera de las corrientes políticas.
La otra probabilidad sería una división salomónica, dividiendo al país en dos: los de derecha, que se muden para los lados de la frontera con Venezuela (a lo mejor esto ayude a la salida de Maduro) y los de la izquierda, nos quedamos con playas en los dos océanos. ¿Qué tal?