
Los números pueden decirlo todo o nada, esta es nuestra crónica número 60, coincide para hablar de uno de los municipios más hermosos del departamento de Nariño: Puerres, ubicado a 2.817 msnm, recordado por muchos por la cruenta masacre cometida por un grupo guerrillero contra militares colombianos en 1996, rastreando un poco más atrás, porque fue el triste escenario en donde el general Avelino Rosas fue asesinado a mansalva por un soldado de un lejano batallón, en donde cayeron decenas de colombianos que se debatían el país dirigido por un grupo de gamonales en la llamada Guerra de los Mil Días, y en cuyos linderos se llevó a cabo la célebre batalla que lleva el nombre del hermoso municipio, el 20 de septiembre hace 120 años.
Por la vía Panamericana que conduce de Ipiales a Pasto, se desvía hacia el oriente, y se asciende por hermosos parajes que recuerdan o bien los poemas arturianos en donde se describe la tierra de la felicidad idílica, o bien las viejas pinturas del romanticismo europeo trastocados a estos territorios, sobre todo porque aún persisten los viejos eucaliptos que el presidente Manuel Murillo Toro importó en 1864, desconocedor de la realidad nacional, como muchos de sus semejantes, hizo que todo el país se llenara de un árbol que terminaría por extender sus raíces para secar ciénagas y pantanos. Pese a ello, en sus parajes aún subsisten cedros centenarios, aromáticos arrayanes, embriagadores guantos y cientos de especies que son la dicha de las aves y especies animales también nativas.
Lo que más llama la atención cuando se va acercando al pueblo, es sentir en el ambiente el aire musical, entonces la sensación es de estar en una gran sala de conciertos, sonidos y notas que salen como mariposas inquietas desde los balcones de las viejas casonas que aún se conservan, así como de las modernas construcciones que son la guarida de artistas y locos que no faltan en los pueblos; ahí los chelos y los violines, los saxofones y los fagots, en fin, todos los instrumentos posibles que hablan de una rica tradición que viene desde épocas precolombinas, así como de escuelas musicales afincadas durante la Colonia, especialmente bajo el pedido de don Pedro de Henao, cacique principal de Ipiales, Potosí, Males, Canjales y Puerres, quien en dos ocasiones viajó a España a entrevistarse con el rey Felipe II, en 1584 consigue más de 23 cédulas reales, entre otras la de conceder un organista, con mujer e hijos, para que enseñara en territorio de los Pastos, y especialmente de la rica tradición de la Banda Municipal de Puerres que se fundó en 1885, siendo una de las más antiguas del país, la cual alentó, como era tradición entonces, la funesta guerra en donde salieron vencedores los conservadores, de tal manera que desde 1901 la banda ha llevado el nombre de la fecha que recuerda el hecho: 20 de Septiembre.

Niños con sus instrumentos, y en ocasiones instrumentos con niños, como cuando llevan los chelos, acompañados de sus madres y padres cruzan afanosos las calles del pueblo, es que tienen que llegar a las diferentes escuelas musicales que ahí existen, no en vano han salido victoriosos en varios de los encuentros musicales que hay en nuestro país, entre otros en Paipa o Samaniego, de tal manera que la vida musical es la que pulula a lo largo y ancho del municipio. Ahí los reciben los jóvenes profesores, todos egresados de las más prestigiosas academias del país, los cuales muchas veces se confunden con los concertistas, pero no hay que dejarse engañar por su juventud a flor de piel, ya que ellos han logrado que estos chiquillos sean recibidos como héroes por los habitantes de su pueblo al llegar con varios trofeos de los encuentros de bandas nacionales y departamentales.
Pese al realismo obtuso que se regó desde la capital nariñense, el parque, como muchos de la denominada ex provincia de Obando, está engalanado con una soberbia escultura de un Bolívar ecuestre, nada más ni nada menos que del escultor nariñense Marceliano Vallejo, nacido en el vecino municipio de El Contadero, y a quien se lo conoce con el hermoso nombre de El Escultor de los Vientos, cuyas obras fueron observadas detenidamente por Rodrigo Arenas Betancourt para inspirarse en sus propias obras, copiando una técnica que parece retar a la misma ley de la gravedad. De una limpieza envidiable, el parque recibe a sus habitantes con hermosas bancas para contemplar a los músicos que se acomodan airosos desde un soberbio templete hecho para tal fin, así mismo, la inquieta y filántropa Teresa Mendoza decora el parque con antiguas piedras de moler, que recuerdan las épocas gloriosas del territorio cuando se molían la cebada, el trigo y la quinua para elaborar exquisitos manjares.
Nos hemos dado encuentro con músicos, artistas, pintores, periodistas, docentes y dicentes, historiadores, en fin, con toda la comunidad que se ha preparado para el II Festival Internacional 20 de Septiembre: Qhapaq Ñan, Mil Días y Música de los Andes, dando inicio al evento con un taller de construcción de paz dirigido a niños y niñas, jóvenes y docentes tanto del área urbana como del área rural. Como quien se prepara para recibir una visita, todos los habitantes colaboran con las autoridades para engalanar el pueblo, las mangueras bañan las fachadas de las casas y las calles, se sacan las hojas secas de los jardines y todo se dispone para la fiesta.

El director de cultura, Ricardo Rodríguez López, se multiplica por diez para atender todos los frentes, la Secretaria de Gobierno, Rosa Isabel de La Cruz, dirige a todo el personal para que no falte absolutamente nada, la Primera Dama, Alba Lucia Benavides, como una mamá atiende a los niños que han llegado ganadores del Concurso Departamental de Bandas de Samaniego y corre de un lado a otro para que a todos se atienda como debe ser. ¿Y el Alcalde?… ¿dónde está el Alcalde? Acostumbrados a un país donde las burocracias pululan y las administraciones sirven para todo menos para el bienestar general, no es raro que la primera autoridad municipal no esté en su municipio.
Pero no es así, Albeiro Ortiz Quiroz, maestro en música, compositor, intérprete, está en la ciudad de Bogotá, no haciendo turismo burocrático, no, está gestionando una serie de recursos con las entidades nacionales para lograr el bienestar general de su municipio, prefiere estar en su municipio y llega lo antes posible con buenas noticias para los puerreños. Alcalde atípico, es un convencido de que la única forma de construir la paz con justicia social es iniciando con los procesos culturales en su municipio, de ahí que el parque, las calles, los jardines, todo el municipio parezca una sala de concierto.
Conocía al maestro Albeiro fuera de su escenario, primero a través de las redes, cuando generosamente nos invitó a participar en un foro sobre la Guerra de los Mil Días, luego en Ipiales en donde le sugerí que las guerras deben servirnos para superar nuestras diferencias y finalmente en Pasto, en donde concretamos los talleres de construcción de paz. La verdad sea dicha, no creí que la propuesta calara, pensé que toda la atención estaba destinada a la música, a la guerra y al Qapac Ñan, uno de los patrimonios de la humanidad de los nariñenses, pero me impresionó la argumentación positiva para que sean los niños, niñas, jóvenes y docentes quienes reciban el taller, ante una preocupación holística que entiende que la cultura es un proceso que no puede ir a la deriva de las administraciones, sino que se requiere un engranaje social que posibilite el encuentro y la solución pacífica de conflictos, para desde ahí fortalecer todos los procesos artísticos y culturales.

Es una alcalde joven, con la sabiduría de un viejo, herencia de sus ancestros con seguridad, por eso sabe escuchar y atiende cariñosamente a quienes lo buscan en su municipio o fuera de él, es un amigo que se pasea por las calles y por el parque sin ningún temor, sabe que hace un trabajo concienzudo por el bienestar de todos los puerreños, por eso invierte mejorando los caminos que comunican al casco urbano con sus veredas, hay una preocupación por atender los requerimientos de los campesinos, ya que es un pueblo netamente agrícola, pero entiende también que la pedagogía generará resultados a mediano y largo plazo que forjarán ciudadanos empoderados. Su trabajo es el mejor ejemplo de lo que es la sana inversión y de que los recursos deben ser manejados con toda la pulcritud del caso.
Con buenos amigos de la cultura departamental subimos al cerro de las Tres Cruces, un lugar emblemático del municipio, a mitad de ese camino empinado que parece que nunca va a acabar, nos topamos con Dionisio, un personajes sacado de una comedia o de una tragedia griega, mientras ascendemos nos cuenta cómo la comunidad ha construido ese hermoso monumento, y él sin vanaglorias va mostrando las pinturas, esculturas, jardines y construcciones que con sus propias manos ha levantado. Dice que la vida no le dio la oportunidad de estudiar, pero que con lo poco que ha aprendido sabe los secretos de la vida, en especial el escuchar atentamente a la naturaleza y encontrar en ella la verdadera sabiduría, por eso se afana mostrando árboles y plantas que engalanan ese paraje, desde donde se divisan los municipios de Córdoba-Males, El Contadero, Gualmatán, Pupiales, Ipiales y Tulcán, así como los majestuosos volcanes Chiles y Cumbal, los dos titanes protectores del territorio.
Pero Puerres es más que el festival y sus personajes que nos recuerdan las novelas bucólicas de Rafael Sañudo o Juan Álvarez, así como los poemas de Florentino Bustos o Aníbal Micolta, ahí, en ese remanso de paz con historias de violencia, se afinca una juventud que considera que la única forma de lograr sus sueños es forjar desde ya un municipio productivo, artístico y musical; un municipio donde madres y padres invierten su tiempo en sus hijos y en sus hogares; un lugar donde los ancianos rememoran un pasado doloroso, pero también de historias que alimentan los mitos y las leyendas propios. En fin, habitantes de un municipio que se engalana para verse a sí mismo y para recibir a los forasteros como si fuesen verdaderos puerreños y ¡qué viva la música, donde parece tener mansión en Puerres!
