Había nacido en Ibagué en 1913, pero hizo sus estudios básicos en Bogotá y luego se mudaría a Caracas con su marido venezolano César Calzadilla. Llegó a la Ciudad de México en 1928, viuda, con un niño y 16 años. Encontró trabajo como secretaria en el Monte de Piedad, la mayor casa de empeños.
En esos años, posteriores a la revolución agraria, la capital de México se iluminaba de candilejas, tenía 2 millones de habitantes y había 100 teatros. Empezó a recibir oleadas de extranjeros, la mayoría españoles refugiados por la guerra civil, más adelante europeos que huían de la guerra mundial y después latinoamericanos allegados de todos los rincones que se integraban a la industria, las plazas de trabajo, la educación y enriquecían la vida social y cultural de la república mexicana. Había carpas callejeras donde empezaban a hacer historia los saltimbanquis, los comediantes, las cupletistas, los actores de teatro, futuras estrellas de cine, como Cantinflas, Tin Tan, Jorge Negrete, los hermanos Soler y músicos como Agustín Lara y Manuel Esperón, tríos y mariachis de Jalisco que acudían a probar suerte en las carpas.
Ella sabía cantar cuplés, tangos y rancheras. Su madre Carlina Álvarez (de quien tomó el primer apellido como nombre artístico) la hizo tomar cursos de canto y danza siendo niña. Como sus compañeros de trabajo sabían de esas dotes histriónicas y la buena voz, cuando se indispuso la primera actriz de un espectáculo empresarial, en la obra La Marcha de Cádiz, que se realizaría en el Teatro Hidalgo, Sofía Álvarez que había asistido a los ensayos y aprendido el repertorio, tomó su lugar. Entre el público estaban dos empresarios de teatro de revista, Roberto Soto y José Cantillo. Era 1932 y fue llamada a participar en el Teatro Lírico con la obra La guerra de China contra Japón.
Aquel año ganó el concurso anual, La tiple del año, de Jueves de Excélsior. “El panzón” Soto le propuso unirse a su compañía teatral del Teatro Lírico en calidad de cupletista. Le ofreció el cuádruple de lo que ganaba por día en el Monte de piedad y ella no se resistió a probar suerte en los escenarios.
Era la época de los últimos bohemios, Barba Jacob escandalizaba en los cenáculos periodísticos recibiendo visitas de primer nivel desnudo con sus amantes núbiles y fumando mariguana y Agustín Lara reinaba en las carpas y cabarets de México. Soto la llevó a Lara para que el compositor le escribiera una canción que la tiple del año pudiera cantar en las revistas y en la radio. Lara, siempre inspirado, la observó detenidamente buscando alguna característica sobresaliente, se puso al piano y le dedicó: Cabellera negra.
Cabellera linda, cabellera obscura,
reina de mis lutos, noche de locura.
Milagrosamente, con ansias fingidas,
un crespón cubriera todas mis heridas;
¡negra cabellera!.
En los años 30 la compañía Marcus hizo una audición y escogió a Sofía Álvarez como la mejor tiple de México y la llevó de gira por el mundo. Cantaba cuplés que eran canciones de café con números de baile popularizados por las cantantes españolas y francesas de comienzo de siglo. En ese viaje por Europa y Estados Unidos un marajá, que sería después uno de los esposos de Rita Hayworth, le ofreció poner a sus pies el mundo de los marajás, pero ella lo rechazó cantándole uno de sus éxitos: Maquinista del amor, de la zarzuela Las bribonas de Manuel Peneya.
Tras su regreso a México fue llamada a cantar en la radio. El director artístico de la emisora XEW la presentó al público como Rosa del Mar poque su nombre aún era poco conocido en México, y así se dio a conocer en los hogares cantando tangos como Fumando espero.
De esa época fueron sus primeras apariciones en el cine. Hizo parte del grupo de muchachas del cabaret en Santa (1932), la primera película sonora del cine mexicano, protagonizada por Carlos Orellana y Lupita Tovar. De modo que cuando estuvo en auge la llamada Época de Oro, Sofía Álvarez reunía los talentos necesarios que le permitirían protagonizar comedias, dramas rancheros y musicales glamurosos de época junto a otros iconos del cine en ascenso como Pedro Infante, Cantinflas, Joaquín Pardavé, Fernando Soler.
En 1940 fue llamada a participar como primera actriz (protagonista) en Ahí está el detalle, de Juan Bustillo Oro. Allí actuó como Dolores del Paso, la sufrida esposa acosada por los celos enfermizos de Cayetano Lastre (Pardavé) Mario Moreno y Dolores Camarillo y Sara García. Mario Moreno también provenía de las carpas callejeras, donde había encontrado el habla ilógico, el bigotito y la cadera caída del personaje que lo haría célebre y pasar a la historia del cine: Cantinflas. En esa película Sofía Álvarez no cantó, pero ya hacía dupla con Joaquín Parvadé.
Una serie de películas con directores recurrentes como Miguel Zacarías y Juan Bustillo Oro la reunirían en adelante con Pardavé. Protagonizaron México de mis recuerdos (1944) y otras más representando casi siempre los mismos roles: Joaquín Pardavé como eterno enamorado de la talentosa artista, diva o mujer fatal Sofía Álvarez. Pardavé era un actor polifacético que provenía del teatro de revistas, así que formaban un dueto que actuaba, bailaba y cantaba como lo hacían en la década anterior en los teatros.
El histrionismo de Sofía Álvarez se mantuvo en el cine, sus actuaciones eran teatrales, la postura de las manos adoptaba cierta rigidez hierática y lograba cantar sin apenas abrir la boca pero con gran potencia y técnica vocal apoyada en gestualidades grandilocuentes conseguidas como actriz de opereta. Aunque las películas sean parodias de tragicomedias españolas trasladadas a la época porfiriana de fin de siglo, los números de baile y canto salvan las actuaciones. Junto a Pardavé bailaron Nardos y Pichi en La niña de mis ojos, números magistrales de El sombrero de tres picos (1944), juntos recrearon el afrancesamiento del fin de siglo porfiriano, las últimas luces de los bohemios y la épica de las compañías itinerantes en México de mis recuerdos (1944). En 1945 protagonizará junto a Pardavé La reina de la opereta. Desde entonces se le conocerá con ese mote, que solo lo había llevado la cantante Esperanza Iris años antes.
La primera fase del Cine de Oro fue de cuadros de costumbres y musicales en ambientes campesinos, luego dramas urbanos y crímenes en ambientes cabaretiles. La repetición estereotipada de argumentos, sumada a la muerte de las grandes estrellas y los cambios en la producción mundial del cine después de la guerra, ocasionaron la decadencia y el declive del Cine de oro.
En Si me han de matar mañana de Miguel Zacarías (1947) Sofía Álvarez logra una de sus mejores actuaciones al lado de Pedro Infante. El argumento manido es el de un forastero adinerado que se enamora de una cancionera de pueblo. Pero la película tiene una seguidilla de interpretaciones musicales donde Sofía Álvarez canta el Rebozo y Bajo el sol del Jalisco. Uno de los momentos estelares del Cine de oro son las coplas de retache entre Lupe la serrana y Ramiro del campo (Infante y Álvarez) en la cantina de Don Genovevo (René Cardona). La música es de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar acompañados por El trío Calaveras y El mariachi Vargas. Con Pedro Infante actuarían en otras películas: Soy charro de rancho grande, La barca de oro, donde la actriz encarna con rudeza sobreactuada a Chavela Vargas en un entorno de machotes mexicanos.
Sofía Álvarez participó en 30 películas. Algunas de ellas: Flor de fango, con Margarita Mora, Jose Macid, Victor Uruchúa. Carne de cabaret. Diario de una mujer, con el argentino Luis Aldás. Lágrimas de sangre, con Patricia Morán y Juan Calvo. La hermana impura, con José María Linares. Un grito en la noche, con Gustavo Rojo. Un corazón en el ruedo. Los maderos de San Juan, con uno de los mejores actores del cine de oro y de todos los tiempos, Fernando Soler. En Ángeles del Arrabal, con David Silva, canta cinco canciones, pero el personaje, La Tapatía, una cantante adusta y alcohólica que trabaja en burdeles, le impone un registro vocal de sordidez y escenas indignas para su calidad actoral.
En los años 50 hizo un alto en la actuación para dedicarse a cantar en la radio, grabar discos y volver a los teatros. Después del éxito de la película El último cuplé (1957), protagonizada por la española Sarita Montiel, Sofía Álvarez grabó el disco con todas las canciones de la película. Aunque no llegó a cantar una opereta o zarzuela completas, se le siguió conociendo como Reina de la opereta. Como cantante llegó alternar con Lucha Reyes, a beneficio de Cruz Roja en un Rodeo, y la leyenda dice que cantaron a capela y se oía hasta la calle. Grabó 3 discos para la RCA, Cuplés y rancheras con Mariachi Vargas y Chucho Zarzosa; Canciones de El último Cuplé; Los sencillos Alma Jarocha, Si no me puedes querer; De colección, S A compilación, ICREM.
A finales de los años 50 regresó al cine. Actuó en A tiro limpio, Tres muchachas de jalisco, El gánster, Los dos cuatreros y la última: Un ángel de la calle. Conservaba la potencia de su voz y la elegancia pero para el cine rumberas explosivas en cuyo fragor se extinguía el Cine de oro ya no era considerada una mujer joven. Tenía tres hijos. 30 películas. 4 discos. En el vigor de la madurez se retiró de los espectáculos y la vida pública. Era 1966. Vivió en la calle Tajin 125 de la colonia Narvarte y era dueña de una gasolinera. Madrugaba, rezaba una hora, hacía una hora de yoga, corría una hora.
En la cúspide de su popularidad volvió a Colombia. Asistió en el teatro Faenza de Bogotá al estreno de El último cuplé, visitó los estudios cinematográficos de Ducrane Films en Sasaima, habló en radio Continental y cantó en el Teatro Colón con la Sinfónica Nacional. Anunció a la prensa que intentaría ser productora cinematográfica para que los colombianos pudieran soñar con hacer cine. En Spotify hay un álbum de Sofía Álvarez de 1980: Mis preferidas, con canciones colombianas: Me llevarás en ti, Señor de Monserrate, La verdad Colombia y una versión de Cabellera Negra. La reina de la opereta murió en 1985 y yace en el Panteón Jardín de la Ciudad de México.
- Fuentes:
- Cinematografía y crónicas de prensa: Cuadernos de cine Colombiano, # 19, 2013, Roberto Fiesco.
- Discografía: Instituto Mexicano de la Radio, Podcast, Carilú Navarro y Jorge Miranda.
- Datos biográficos: Crónicas de Paco Macías, Paco Macías.
- Filmografía: Sofía Álvarez en Wikipedia.
- Imagen: Sofía Álvarez, en Si me han de matar mañana, Mediateca Inah.