Cierra los ojos princesa, José Alejandro Castaño, Ícono Editorial, 2012.
Fue porque lo iban a extraditar. Fue por no ir a la universidad. Fue porque su mamá le dijo que el dinero se ganaba de dos formas: honesta o deshonestamente. Fue por creer que el objetivo de la vida era hacer mucho dinero. Fue porque le trajeron a un terrorista experto en carros bomba para que adiestrara a sus lugartenientes. Fue porque la policía lo perseguía. Fue porque un día lo echaron del Club Campestre. Fue porque se rodeó de gente peligrosa. Fue porque el gobierno aceptó las leyes antidrogas de Estados Unidos. Fue porque atentaron contra su familia. Fue porque comía pollo frito con la mano empuñada. Fue porque su comida preferida era el arroz con huevo pese a tener tanta plata como para comprar todo el esturión del Báltico. Fue porque nació Sagitario ascendente Aries. Fue porque en esos años Marte estaba en Escorpión. Fue porque era un prófugo archimillonario, joven e irresponsable. Fue porque la oligarquía despreciaba su riqueza de frente (y de espalda la codiciaba). Fue porque los políticos corrompieron al narcotráfico. Fue porque los policías colombianos rezan al Dios del soborno. Fue porque en la vida privada era un padre amoroso, un marido cariñoso y en su guerra un hombre implacable y cruel. Fue porque se escapó de la cárcel. Fue porque mató a sus socios. Fue porque era gordo y feo y las putas se le acostaban por asco. Fue por cumplir la promesa aquella hecha a su primo de que “cuando el peón es de oro se come cualquier reina”. Fue porque era paisa. Fue por andar con lobos. Fue porque la gente que lo quería nunca le dijo que estaba equivocado. Fue porque creyó que tener dinero lo convertía en el dueño de la vida de los demás. Fue porque cada atentado enriquecía la avaricia de algunos. Fue porque la guerra servía a buenos y a malos para enriquecerse. Fue porque tenía muchas mujeres. Porque él solo daba órdenes y los perpetradores de esas órdenes eran siempre otros. Fue porque la época imponía penalizar el narcotráfico. Fue porque todas las guerras contra el placer están perdidas. Fue porque el narcotráfico era la única multinacional a que podía aspirar Colombia. Fue porque no había nadie sabio a su lado para orientar la inteligencia y la aprovechó el crimen. Fue porque era más Gaviria que Escobar. Fue porque sus seres queridos lo perdonaron demasiado.
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