Dedicado a Astrid Galindo
Cuando iba para la casa me interceptaron dos policías en la puerta del articulado para obligarme a salir. Me requisaron, pidieron mi cédula y me retuvieron veinte minutos a pesar que la señora juraba ante dios que yo no era el individuo que le había sacado la billetera... Ver post completo.
Tejiendo Naufragios
Archivo febrero 2015
Nota
El tercer disparo rasguñó uno de los sacos de arena que formaba las paredes del alojamiento del capitán Trueno.
Dio una calada al cigarrillo y le dijo al soldado Varón mientras salía humo de su boca:
—Tome el camino que bordea el bosque, entre por la parte alta de la ciudad, baje por el callejón... Ver post completo.
Amanecer
Rogelio está cansado, quiere seguir durmiendo, pero lo espera un cargamento de troncos. Con los ojos cerrados repasa los trabajos que pasaron para tener lista la carga: derribar un centenar de Chibungós, cortarlos y pelarlos para que resbalaran por las laderas de Opogado, arrastrarlos con yuntas de... Ver post completo.