VIDA PERRA

Publicado el Henry Salazar

Humanizar o cosificar

 

Una palabra, un concepto” suele expresar la Dra Martha Zatonyi en sus clases doctorales para explicar el significado de las cosas.

 

Bajo esa premisa al hablar de humanización o antropomorfización de los animales, o en el extremo opuesto, de objetualización o cosificación, nos estamos refiriendo a conceptos que tienen un significado específico y que definen acciones, en tanto verbos, muy específicas para su compresión.

 

Humanizar significa dar cualidad de humano, pero también expresa la acción de hacer humano, familiar y afable a alguien o algo. Alguien o algo, lo que significa que la atribución de características humanas no sólo sucede con otros seres humanos sino también con objetos. Y hasta que en nuestro país no se conceda la condición de sujeto a los seres vivos que no son humanos, tendremos que hacer referencia a los animales como algo a lo que se atribuye la condición humana.

 

Y esto ¿qué representa en la relación que establece un ser humano con su mascota, con su perro, por ejemplo? Muy simple: representa la negación total de este ser, que tiene un sistema nervioso y por lo tanto, tiene tambien la capacidad de sentir, como un individuo que hace parte de la especie canina. En otras palabras, humanizar es quitarle la posibilidad de ser un perro, de expresar sus características naturales.

 

No quiere decir ello que no sea posible una convivencia sana, bajo normas claras, para que tanto humano como canino puedan ser ellos mismos sin conflictos irresolubles. De eso se trata la educación y el adiestramiento caninos.

 

Esta formación no está restringida exclusivamente a los perros puesto que es posible hacerlo con muchos animales, entre ellos gatos, roedores, aves, peces o caballos. ¿Por qué? Porque son seres que tienen capacidades de aprendizaje, aprenden de sus experiencias, de su entorno, de otros miembros de su especie o de otras especies.

 

Ahora veamos la palabra antropomorfización, concepto definido como la acción de conceder forma o cualidades humanas a una cosa o a un ser sobrenatural. Es curioso que esta palabra en su definición no considere la atribución de cualidades humanas más que para las cosas o para seres sobrenaturales, dejando la construcción simbólica limitada a todo lo que no sea humano. Pareciera así que no es posible antropomorfizar a un ser humano. Porque, obviamente, objetualizarlo, (si existe esa palabra) o cosificarlo si lo es.

 

El otro extremo, el de hacer objeto, incluso a los seres humanos -basta ver lo que han logrado los medios en sus representaciones de la mujer- también niega toda posibilidad de ser. Considerar como objeto a los animales, -condición que por fortuna ya está cambiando en varios países, en donde la sociedad ha determinado mediante la ley el reconocimiento como sujeto a los animales- es una interpretación del significado que permite que un político en campaña haga uso de un burro o de un perro como valla publicitaria, o que otro decida atacar con un machete a un perro que se acercó a pedir algo de comer, o que un grupo de ciudadanos ahorque a otro perro sin razón alguna. Pero más complejo aún es la interpretación que permite que una banda de ladrones asesine a un adolescente por robarle a su perro.

Estas expresiones del comportamiento humano, lo son también de características propias de esta especie tales como el egoismo, la violencia, la indiferencia, la ignorancia y la soberbia que resultan de los estándares que han establecido los seres humanos pensando en sí mismos como seres superiores que tienen el derecho y la obligación de hacer que la vida permanezca según sus necesidades.

 

La primera equivocación en la interpretación de estos conceptos es creer que desde la condición humana se fija la existencia de los demás seres. El estandar no es el ser humano. De hecho, se comportan con mayor respeto por los otros muchos de esos animales que consideramos cosas.

 

El otro puedo ser yo mismo. Y puede ser tan nocivo para una especie el trato humanizado como reducirlo a la condición de objeto.

 

 

@VidaPerraBlog

 

 

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