No creo que nadie en la revista Hola haya tenido la intención de hacer una puesta en escena racista para la foto que el periodista Juan Carlos Igorri dio a conocer ayer y no ha dejado de circular en las redes sociales http://yfrog.com/khenhetj . Si no lo creo es porque en dicha revista es difícil encontrar otra intención diferente a la de hacer soñar a los lectores de España y sus colonias con la vida de los ricos y/o bellos y/o famosos sin ahondar en detalles periodísticos, es decir incómodos.
La paradoja es que el hecho de que la intención no fuera promover el racismo, hace que su concepción, realización y publicación sea aún más grave, porque entonces se trata de una discriminación que las personas que aparecen en ella asumen como natural. Las damas “poderosas”, blancas y de abolengo, están al frente, junto a la piscina de su mansión, al fondo, lejos, aislada está la ciudad, de la que se protegen viviendo lejos, en el “Beverly Hills de Cali” como dice el título. Como parte del decorado, dos sirvientas negras (porque en la foto son sirvientas, no empleadas no “señoras que ayudan” posan impecables con bandejas que imaginamos de plata y un servicio de té. Ni siquiera lo traen, porque tampoco son meseras, sino que esperan de pie, inmóviles, hasta que sus patronas les indiquen, que “pueden” acercarse).
Se puede querer relativizar. Leía esta mañana alguien que se quejaba de que el colombiano promedio gritaba escandaloso “racismo” mientras su empleada le traía el café. Pero es que el colombiano promedio no tiene empleada, al contrario, el colombiano promedio es casi siempre empleado de alguien y en el Valle del Cauca es con frecuencia empleado directa o indirectamente de una oligarquía que se fundó con la esclavitud y se ha consolidado con la explotación de los trabajadores y la represión violenta de cualquier forma de organización social, una falsa aristocracia que nos hace creer que genera empleo pero para adentro ve a sus empleados como esclavos. En ese sentido, la foto es un desliz, a las cuatro señoras del clan Diaccach-Zarzur, se les chispoteó que aún creen que en Colombia se tienen derechos de sangre y raza. Pequeña noticia para ellos: aunque estemos lejos de llegar a una realidad concreta, el país es una democracia donde no sólo nadie tiene esclavos sino que nadie puede ni tratar ni mostrar a los demás como esclavos.
¿Qué puede decir la Revista en su favor? No podrán recurrir a la libertad de expresión, cuando desde ayer , y en lugar de pronunciarse, han eliminado sistemáticamente de su perfil de Facebook decenas de comentarios sobre la fotografía (el perfil http://www.facebook.com/revistahola ). En cambio , una frase como « la mansión Hollywoodense » les daría derecho a justificarse diciendo que desprecían el buen gusto y las reglas del periodismo, que lo suyo es recordarnos que si no dimos para tener nuestra propia monarquía en el Nuevo Reino de Granada, al menos debemos estar agradecidos por tener elegantes élites locales, así éstas, como en el caso de las « Poderosas damas de Calí » sean cosmopolitas y tengan un gusto por los negocios en Miami:
http://www.florida-annual-report.com/MIDASOZA-LLC.html
http://www.corporationwiki.com/Florida/Miami/copans-allstate-llc-3176346.aspx
http://www.azooa.com/view/Midasoza-LLC-Key%20Biscayne-FL-698676/
Pregunta al aire ¿Si la información del último enlace es correcta cuánto de los 780.000 dólares de ventas de Midasoza le pagarán a las « señoras que ayudan con las cosas de la casa »?
Las personas que deseen enviar un mensaje de protesta a la revista pueden hacerlo en esta página http://contacto.hola.com. Por mi parte, propongo seguir una reinvidicación, una venganza más bien, como la de Clarita, la de la publicidad de Límpido-JGB-Másblanconosepuede, que al final aparecía como patrona de una empleada blanca. Que Hola les haga una linda foto de Sarita Zarzur y su madre doña Rosa Jaluf, presidenta de Fenalco Valle por demás, sirviéndole a unas patronas negras, pero que el experimento no se limite a la sesión fotográfica, que dure un par de meses, que las « mujeres más poderosas de Cali »tengan que tomar un bus a las cuatro de la mañana y lucir uniforme impecables todo el día para atender a una familia negra. No en una mansión de las montañas sino en el distrito de Aguablanca, donde hay que vivir entre guerrilla, paras y pandillas, donde no todo mundo tiene agua o alcantarillado. Donde Cali es Cali, vé, y no Beverly Hills.
en Twitter @r_abdahllah