Tejiendo Naufragios

Publicado el Diego Niño

Una lágrima y una flor

Sólo una fraternidad podía organizar un concurso para elegir el hombre más feo de la universidad de Texas. Un certamen hecho a la medida de quienes deseaban discriminar y burlarse de todo lo que estaba fuera por fuera del canon conservador. El concurso habría caído en el olvido de no ser porque algún gracioso decidió postular a Janis Lyn Joplin. Janis cayó en shock cuando vio la universidad empapelada con su foto bajo la leyenda “el hombre más feo de la universidad de Texas”. Ese hecho fue suficiente para que regresara a sus años de preparatoria: matoneo, burlas y marginación. Ese fue el último empujón para que escapara a San Francisco, donde conoció a los integrantes de Grateful Dead y Jefferson Airplane. En San Francisco y Los Angeles cantó como si quisiera exorcizar los demonios de una sociedad clasista, racista y machista. No tardó en conocer la fama y el desamor. Especialmente el desamor. También conoció la turbulencia de los años sesenta en la que naufragó durante ocho años. Los mismos ocho años que separaron el certamen de la universidad y el domingo 4 de octubre de 1970. Ese día Janis se inyectó heroína a la 1:45 pm. El cuerpo no tardó en colapsar a causa de la sobredosis accidental (la droga tenía una concentración muchísimo mayor a la habitual). Esa tarde murió la pasión, el dolor y la furia de la mujer que abrió las puertas en la escena del Rock (tan machista y misógina como cualquier escenario en Estados Unidos). Vida eterna a la voz y la alegría de Janis Joplin.

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