Tejiendo Naufragios

Publicado el Diego Niño

Oleada

(Photo by Eren Bozkurt/Anadolu Agency via Getty Images)

Presentimos la oleada de contagios y muertes en el silencio de las noches, los locales cerrados y los animales que husmean en las calles vacías. Presentimos, especialmente, las muertes causadas por la violencia que sobrevendrá a la recesión económica. Diremos que la culpa fue de Duque, del uribismo, la derecha, la izquierda, la guerrilla o el imperialismo. Y cada uno tendrá algo de razón porque todos ellos han labrado el camino de la desgracia. Unos con muchísima más responsabilidad que otros (no habrá quien lo niegue). Pero nosotros también somos culpables, no solo por derrochar el sueldo y parrandear los ahorros, sino por las decisiones políticas que tomamos: el voto por el corrupto, el robo del que tuvimos conocimiento y no denunciamos, el puesto que pedimos a cambio de favores electorales. Cada decisión cavó la fosa común en la que enterraremos a los muertos causados por la crisis sanitaria y económica. Somos responsables por no exigir lo que es nuestro por ley: salud, educación y condiciones dignas. No se trata de derecha o izquierda, como nos han hecho creer en los últimos cuarenta años, se trata de que se cumplan las leyes y que exista justicia. Parece razonable pero es impensable en Colombia, país en el que no existe justicia y las leyes las hacen los corruptos que se reparten el país entre carcajadas. Después de que todo pase, es necesario que decidamos sobre nuestros actos y sobre el rumbo del país. Acabó el tiempo de mentiras, engaños y robos.

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