Tejiendo Naufragios

Publicado el Diego Niño

Dieta para Dummies

Toda dieta debe hacerse bajo la supervisión de profesionales. El objetivo de este texto es el de compartir las enseñanzas derivadas de la dieta que inicié en agosto de 2018. Ojo, el verbo iniciar no es arbitrario: la dieta es un cambio permanente en los hábitos alimenticios. Ese es el primer punto que debe tener claro: no diseñe una dieta que no pueda sostener en el tiempo.

No pruebe las dietas que prometen bajar de peso con un chasquido de dedos y que no duran más de dos o tres semanas. Obviamente se baja de peso porque se consumen pocas calorías, pero habrá un “rebote” cuando retorne a la dieta habitual. Esto sucede porque cada uno de nosotros tiene una configuración de consumo de energía (calorías) que varía de acuerdo a la edad, actividad física y mental. Si consumimos más de esa cantidad, el cuerpo ahorrará el excedente en forma de grasa que se “quemará” durante la dieta. Sin embargo, el cuerpo no sólo acumulará grasa en virtud del exceso calórico de sus hábitos actuales, sino que lo hará más rápido en su afán de compensar la pérdida de peso. Haga de cuenta que esas dietas son iguales que sacar dinero de una cuenta bancaria para un emprendimiento que le produjo utilidades. Cinco semanas después usted consigna el dinero y las utilidades. Por tanto, dos meses después de la dieta “milagrosa” usted  no sólo regresó a su peso, sino que le sumó dos kilos de utilidades.

Eso me conduce a una conclusión evidente: para bajar de peso debe disminuir el volumen de calorías. En la fase de diseño de su dieta debe calcular el número de calorías que ingiere y las que consume diariamente. Una regla elemental para bajar calorías es que no consuma dos “harinas” en la misma comida (sólo arroz, sólo plátano, sólo yuca, sólo pasta o sólo papa). Pero no haga la trampa de quitar el arroz al tiempo que triplica los patacones.

No tengo nada contra el arroz o los patacones. Al contrario, me encantan. El “problema” es que son muy calóricos. Una porción generosa de arroz con diez patacones aportaría la mitad de calorías. Imagine que, además, le sume una taza de chocolate, tres panes, dos vasos gaseosa, una empanada, una porción de carne, dos tazas de café y tres mogollas. Esa dieta superará la cantidad de calorías que usted necesita para su funcionamiento.

Diré otra cosa obvia: si consume menos energía de la que necesita, su cuerpo recurrirá a las reservas (grasa) y habrá una disminución de peso. El problema es que el cuerpo no querrá gastar sus ahorros, por lo que le pedirá al cerebro que encienda las alarmas. En ese momento usted sentirá hambre.

Un hecho importante: si hace una dieta agresiva sentirá hambre agresiva.

Nos educaron para buscar alimentos inmediatamente sintamos un lejano rumor en el estómago. Esa educación es la causante de que millones de colombianos padezcamos diabetes, hipertensión, hiperlipidemia, sobrepeso y una larga lista de enfermedades derivadas de los malos hábitos alimenticios. De la misma manera que nos educaron para comer sin tregua, podemos re-educarnos para controlar el hambre. En ese proceso el cuerpo gastará sus reservas de energía (grasa) y entenderá que debe hacer un consumo inteligente gracias a que no habrá alimentos cada vez que se le antoje.

En esa línea va otro consejo: su dieta debería estar entre el 80 y 90% del total de calorías necesarias para funcionar. Los cambios no se verán inmediatamente, pero podrá sostener la dieta el tiempo suficiente para adquirir nuevos hábitos. Recuerde que todo cambio genera crisis. Afortunadamente usted tiene la posibilidad debe decidir la intensidad y el tránsito durante la crisis.

Importante que tenga en cuenta que no puede vivir con déficit calórico para el resto de su vida. Cuando alcance su peso ideal (que lo establecerán los profesionales), ajuste las calorías para llegar al punto de equilibro entre consumo y gasto. Esa es una de las razones por la que aconsejaría una dieta moderada: se necesita un ajuste pequeño para regresar al 100%. En el caso de una dieta agresiva existe la posibilidad de que el cuerpo “rebote” gracias a que estará asustado con la “hambruna” prolongada a la que fue sometido, por lo que intentará crear una reserva lo más rápido posible.

No olvide que una dieta hipocalórica no garantiza buena salud. Por ejemplo, usted bajará de peso si su dieta consiste en desayunar aromática, almorzar hamburguesa con malteada y cenar una aromática. Sin embargo, su salud se afectará tarde o temprano (tenga presente que está transitando hacia nuevos y permanentes hábitos alimenticios). El cuerpo necesita vitaminas, minerales y proteínas que se encuentran en carnes, frutas y vegetales.

No existe dieta saludable que incluya azúcares industriales. Eso implica que desaparecerá el pan, las galletas, ponqués y sea producido la industria alimenticia. Tenga en cuenta que el azúcar está presente en la mayoría de productos que tienen preservantes, saborizantes y esas sustancias que no podemos leer de corrido (el azúcar industrial tiene más de doscientos denominaciones).

No quisiera finalizar sin hacer algunas anotaciones:

1. Busque una estrategia para los momentos en los que sea insoportable el hambre. Por ejemplo, yo usé un pocillo de aromáticas con un huevo cocinado o una taza consomé de carne, pollo o pescado (sin papas, galletas, pan o tostadas).
2. Diseñe su dieta con detenimiento. Sólo usted conoce su apetito, gustos y hábitos. Sea sincero con sus posibilidades y objetivos. Tenga la certeza de que bajar medio kilo mensual es dos veces mejor que subir medio kilo.
3. Si consume más del 150% de su necesidad energética en su dieta actual, haga un tránsito por fases. Por ejemplo, si consume el 180%, baje a 140% y después al 90%. Si le cuesta, hágalo en tres fases: baje a 150%, a 120% y después el 90%. Insisto: el diseño dependerá de sus voluntad, hábitos y apetito.
4. Diseñe la dieta de acuerdo a su contexto: no es lo mismo que teletrabaje a que conduzca una tracto-mula. En el primer caso tiene control sobre su comida y en el segundo estará a merced de los restaurantes. Eso configura dos estrategias diferentes.

Comentarios