Se lo presto si me lo devuelve

Publicado el prestosidevuelve

El sábado feliz del fin del mundo

Antier se iba a acabar el mundo.

Algo tuvo que haber fallado en la planeación del evento, siempre he dicho que el fin del mundo tiene que ser un domingo en la tarde cuando todo el mundo sienta ese vacío de nostalgia y esa desesperación que no tiene explicación alguna.

Habiendo aclarado la falla, continúo entonces con la narración del acontecimiento, que, debo decir, no fue muy exitoso que digamos.

Justo cuando apenas pasaban las 8pm y todos expectantes veían Sábados Felices esperando a que se acabara el mundo, empezó a pasar nada.

El fin del mundo se sentía familiar, nada extraño sucedía. Sin embargo, claro, era el comienzo del final.  ¿Había que tener pánico acaso?

Y entonces, en medio de la cotidianidad y la rutina, todos empezaron a preguntarse cómo debían actuar en ese momento tan decisivo.

Mis vecinos se dieron abrazos y besos algunos minutos, luego, continuaron viendo Sábados Felices.

En mi casa nadie dejó de ver el programa en ningún momento.

Y, al parecer, todo el mundo terminó haciendo lo mismo.

A Sábados Felices el subió el raiting este fin de semana. Quizás muchos querían morir intentando reírse o con el recuerdo estático de la familia entera disfrutando de un programa que no envejece.

El caso es que hoy, amaneció lloviendo, igual que en los últimos meses.

¿Éramos todos elegidos y sobrevivimos? O definitivamente  ¿superamos otro fin del mundo?

Me quedo con la primera, ayuda a mi ego.

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