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Propósitos

En doce días el 2021 quedará en el pasado. Hará parte de la historia de nuestras vidas, junto con todo lo bueno que vivimos, con todas las circunstancias difíciles que pasamos, todo lo que hicimos, dijimos, las cosas que cumplimos, los errores que cometimos y las cosas que quedaron pendientes.  Nostalgias, alegrías, tristezas, aprendizajes, despedidas, algunas bienvenidas, nuevos comienzos, miles de experiencias que harán que comencemos un NUEVO AÑO. Aunque no lo notemos, hoy somos diferentes de aquel 1 de enero de 2021. 

Hace un año una amiga, Diana González,  me regaló un frasco que contenía una libreta para anotar todos los momentos felices que viviera en este año y hoy lo saqué y recordé muchos y muy buenos momentos felices. Me dio nostalgia pues algunos de esos momentos fueron con personas que, por cosas de la vida, ya no hacen parte de mi vida, pero fue un buen año y creo que eso es fundamental, pues a veces nos centramos en las cosas difíciles que vivimos como si fuera un todo y siempre hay cosas más buenas que malas. 

En estas fechas se escucha hablar de las metas que se trazan para el próximo año: Este año nuevo voy a viajar más, voy a tener más dinero, voy a ahorrar más, voy a pagar deudas, voy a cambiar de carro, voy a cambiar o comprar apartamento, voy a ser más próspero en mi negocio, entre muchas otras cosas y me parece maravilloso pues hacer planes es como hacer una lista de sueños que queremos cumplir y eso hace que luchemos por ellos. Sin embargo considero que si algo nos enseñó la pandemia fue que podemos hacer mil planes pero la vida, siempre, tiene sus propios planes, esos que no están en nuestras manos por más ganas que le pongamos a cada uno de ellos.  Una enfermedad que se cruce en el camino, una quiebra ineludible, un gasto extra, un proyecto que no se materializó, una relación que no prosperó, un giro de esos del destino que cambia por completo el panorama y las prioridades, entre muchas otras cosas. Tal vez por esos giros del destino nunca me trazo metas, sino que me abro a la incertidumbre con fe en que sea lo que sea que tenga que vivir sea fuerte y pueda aprender de cada circunstancia sin perder la esperanza. 

Hay metas que si me gusta trazarme porque solo dependen de mí y son aquellas en las que uno se examina concienzudamente y piensa en aquellas cosas que quiere mejorar como ser humano. Todos en algún momento hemos reaccionado mal en alguna circunstancia, contestado mal a alguien que no se lo merecía, haber actuado de una manera inadecuada, haber faltado al respeto, haber herido con acciones y palabras, haber hecho sentir mal a una persona, entre muchas otras cosas y  esas metas solo dependen de nosotros mismos y de nadie más.  Por ejemplo, mejorar tal vez el carácter, los impulsos, relacionarme mejor con los otros, ser el amigo o la pareja que me gustaría tener, dejar tanta crítica hacia otros, no gritar a los hijos ni a la pareja, controlar la ira, ser consecuente con lo que se dice y se hace. No molestar a mis seres queridos por bobadas, no lastimar a las personas, ser buen ciudadano, ser amable con las personas, ser agradecidos, revisar las prioridades en la vida. 

El 31 de diciembre pasado mi hermana Angélica nos dio a todos a la medianoche una cajita de madera con una hoja que contenía cuatro preguntas, para que escribiéramos:

Lo que deseo para el mundo ___________

Lo que deseo para mi familia ___________

Lo que deseo para mis amigos __________

Lo que deseo para mi _______________

Esto me pareció supremamente profundo pues era pensar en el bienestar de todos. Recuerdo que en mi hojita escribí cosas, que aunque suenen a respuesta de reina, eran importantes para todos: paz, amor, estabilidad, dinero, salud, amistad, unión, solidaridad, lealtad, fidelidad, vacunas, fe, esperanza, trabajo feliz, bondad, compasión, consideración, respeto, risas, encuentros felices, lazos de amistad, sabiduría, entre otros. 

Este es mi último blog del 2021 y quiero poner en consideración esas cuatro preguntas: ¿Qué desean para el mundo? ¿Qué desean para sus familias? ¿Qué desean para sus amigos? ¿Qué desean para ustedes?. 

Una amiga del colegio, Martha Ramírez, me dio un hermoso regalo que contenía 7 velas con unos deseos maravillosos, cada vela tiene uno para este nuevo año: actuar con sabiduría, ver las cosas con claridad y sensatez, tener amor y amor propio, paz para todos, entre otros, pero el que que más me gustó fue: “perdona y perdónate por todos esos malos momentos que has tenido que vivir”.    

En unos días tenemos la oportunidad de volver a empezar un nuevo año y qué mejor que empezar de cero. Así que si hay algo por decir, por arreglar o por hacer, el momento es ahora. Siempre he pensado que lo más importante, lo que venimos a aprender en esta vida está en las relaciones con los demás, por eso creo fundamental esforzarnos por tener buenas relaciones y buenas actitudes con los demás frente a las situaciones que se nos presentan. 

¡Un muy buen 2022 para todos! Nos leemos el próximo año. 

 

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