Hace unos días leí un artículo que hablaba sobre el Ukeireru, un hábito japonés que se refiere a aceptar las cosas, circunstancias y personas como son y no como uno quisiera que fuera.
En otras palabras, el Ukeireru se refiere a la aceptación de una manera profunda. No se trata de conformismo o resignación, sino vivir en armonía con lo que hay. En ocasiones vivir con esa aceptación no es nada fácil… Hay momentos que se pasa por turbulencias, pero es ahí donde el Ukeireru juega un papel importante, dejar vivir cada estación de la vida como viene, como si estuvieramos en un velero y nos tocara ajustar las velas dependiendo el viento.
En varias ocasiones les he contado en estas páginas que yo no profeso ninguna religión, sin embargo hay una frase muy bonita que varias religiones la acomodan a sus creencias pero a fin de cuentas significa lo mismo, dice:
“Dame serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para distinguir la diferencia”.
Nada desgasta más que pelear contra lo que no podemos cambiar. Yo confieso que pasé mucho tiempo de mi vida peleando con la realidad, tratando de cambiar las cosas tal cual llegaban y no hice más que perder el tiempo. Es como si estuviera en un hoyo y por querer salir a como diera lugar, más me enterraba. Ahora que miro al pasado pienso que pude aceptar la realidad y decirme “Veamos que tiene este… hoyo para mi”. Pelear contra el destino es una pérdida de tiempo. Cuando acepté lo que mi destino tenía para mí empecé a vivir de una manera más tranquila y ligera. Al final, siempre digo lo mismo: solo controlamos la manera en la que reaccionamos ante lo que nos pasa y ahí está el quid de asunto. Al aceptar encontramos serenidad para pasar esa estación, al resistirnos solo traeremos sufrimiento y desesperación. La aceptación es el camino a la serenidad.
Esa técnica japonesa también se refiere a que aceptemos a los demás tal como son, sin intentar cambiarlos, de esa manera construimos vínculos más auténticos y saludables y a entender que la crítica es una pérdida de tiempo.
El Ukeireru también es gratitud en todo lo que se tiene por pequeño que sea y no estar pensando en lo que falta y lo más importante ser compasivo con uno mismo.
En conclusión: Cuando aceptamos las cosas sin tratar de cambiarlas, todo empieza a transformarse.
Confía en lo que sucede.
Andrea Villate
Sitio web https://andreavillate.blogspot.com/
X: https://twitter.com/AndreaVillate
Facebook/ https://www.facebook.com/andreavillateperiodista/
Instagram / https://instagram.com/andreavillate_cielos
ANDREA VILLATE
Escribe acerca de la vida, la muerte y la salud tanto física como emocional. Todos los domingos. –
Email:
[email protected] – Twitter: @AndreaVillate –
Facebook: andreavillateperiodista