El viernes de la semana anterior le compré unas flores a la señora de siempre que, a unas cuantas cuadras de mi casa se estaciona con su carretilla con variedad de flores. Estoy tratando de tener flores siempre en la casa, pues su color, la manera tan perfecta como van abriendo, realmente ver ese proceso me alegra. En esta oportunidad eran unas alstroemerias rosadas y dentro del paquete había dos ramitos de color rojo, aunque aún no habían abierto se notaba el color. Me parecieron hermosas. Llegué a mi casa, saque el jarrón de siempre le puse agua, abrí el paquete de flores, corté cada tallo en diagonal, como mi mamá me había enseñado para que la flor no se apoye totalmente en la base del jarrón y tenga espacio y pueda respirar y beber agua.
Al día siguiente cuando me levanté y las saludé, porque tengo la costumbre de saludarlas, noté que ya comenzaron a abrir… al pasar la tarde me di cuenta que todas comenzaron a caerse, pensé que de pronto era el sol que les había dado directamente, pero en el sitio donde las pongo siempre da el sol, y nunca había pasado eso con ninguna de las flores que pongo en el mismo lugar… Me puse a trabajar y me olvidé de las flores.
Esa noche las vi totalmente caídas, no me duraron nada esta vez, pensé… pues ya estaban todas marchitas… Entonces recogí el jarrón, lo lleve a la cocina dispuesta a sacarlas pero decidí cambiarles el agua y cambiarles el jarrón. Saqué cuatro floreros y dividí cada ramito. Les quité las hojas marchitas de cada rama, les corte un pedacito más de tallo y mientras lo hacía, les iba hablando, les decía lo mucho que me alegraba verlas crecer, abrirse, iluminar mi sala con sus colores, flor por flor… En el proceso se me cayeron tres flores, las puse en una tacita con agua. Puse tres floreros juntos y el cuarto lo puse encima de la mesa del comedor y me fui a dormir.
Al día siguiente todas las flores estaban abiertas y muy paraditas, ya no estaban caídas, parecían que hubieran renacido, sus pétalos estaban perfectos como si fueran otras. Me puse feliz!! les agradecí por la oportunidad. Ese día también hizo un sol maravilloso que cubría toda la sala con su luz. Esa noche seguían perfectas, incluso las flores sin tallo que había puesto en una tacita estaban lindas.
Creo que todos somos como esas flores, a veces necesitamos que alguien crea en nosotros, que confíe en nuestros procesos, en que lo vamos a lograr pese a todo pronóstico. Independiente de lo que estemos pasando. A veces hay que hacer cambios para poder florecer, así como estas flores que las separe unas de otras y las puse en diferentes floreros.. A veces necesitamos que alguien se siente a nuestro lado y con palabras o con la simple compañía nos vaya quitando esas hojitas marchitas, nos cambie el agua con amor y confianza. Somos flores…
Cuántas veces estamos aburridos, tristes, desilusionados y algo pasa, alguien llama, alguien escribe, alguien escucha y con unas simples palabras todo cambia… nos hacen ver lo que no vemos y termina siendo una luz en el camino…
Este momento con mis alstroemerias fue un instante muy profundo con un mensaje maravilloso: todos podemos ser los jardineros de otros y ayudarles a florecer…
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