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Expectativas

 

Instagram @AndreaVillate_Cielos

 

Hace unos días una amiga estaba muy triste porque había descubierto que el novio que ella tanto adoraba la engaña con otras personas, no con una, con varias. Tenía sospechas hasta que un día alguien lo vio y le tomó un video en un restaurante muy cercano con otra mujer.  Cuando le avisaron a ella, lo llamó inmediatamente al celular y él no le contestó y le mandó un mensaje diciéndole “amor, estoy en una reunión con mi jefe, te marco cuando salga, esto va para largo no he ni almorzado” … Cuando me contaba esta historia me causaba mucho dolor escucharla, porque no hay nada que duela más que la decepción que genera que una persona en la que uno confía lo traicione, llámese amigo, novio, esposo, compañero, etc.  Y más sabiendo que siempre hay una forma mejor de hacer las cosas y tomó la decisión del engaño. El engaño es una decisión. 

Entre la tristeza que la embargaba me decía que la culpa de sentir esa decepción y frustración era de ella misma porque había tenido altas expectativas con esa relación, llevaban año y medio juntos.  Yo pensaba, el problema no son los expectativas, el problema es el novio que actuó mal, por no decir otra palabra. 

Pero ella insistía, que el problema de la vida en general era tener expectativas, que si no hubiera tenido expectativas no sentiría esa frustración tan grande.  Escuché atentamente sus argumentos, trate de darle mi punto de vista pero a todo lo que yo decía me respondía lo mismo. Así que aquella conversación se convirtió en un monólogo, ella necesitaba sacar todo lo que sentía y mi labor era escucharla.  Mi idea no era hacerle cambiar de opinión, ni más faltaba, pero sí mostrarle otro lado del asunto, tener expectativas es algo que todos tenemos todo el tiempo y no es malo tenerlas

Uno tiene amigos y tiene la expectativa que los amigos sean leales y que estén con uno en los momentos difíciles. Si tiene pareja uno tiene la expectativa que esa persona sea leal y fiel. Si uno compra entradas para un concierto, tiene expectativas que el show sea bueno.  Si uno compra el Baloto, pues tiene la expectativa de que se lo gane. Nadie se mete en algo si de entrada cree que va a perder. Si uno inicia un empleo espera que le vaya muy bien. Es normal tener expectativas. Estamos iniciando año y todos esperamos que este 2020 nos vaya bien.  

Tener expectativas es parte de la ilusión, de la emoción que le ponemos a las situaciones que se nos presentan en la vida.  Obviamente en su justa medida, ya sabemos que todo en exceso es malo y no hay que fabricar fantasías cuando queremos realidades.  Si el novio de mi amiga ya había dado muestras que era desleal, que era mentiroso, el problema no es de la expectativa, el problema es de ella que no tomó decisiones cuando había que tomarlas y de él que traiciona. 

A mi me ha pasado un montón de veces que he tenido decepciones con personas que no valoran la amistad, el amor, la lealtad.   Reconozco que al igual que mi amiga a veces vi señales frente a mis ojos y preferí ignorarlas, tal vez por fe. Y tuve grandes decepciones con personas que juraba que eran consideradas, leales y por alguna extraña razón pensaba que jamás me decepcionarían… Y que tras de todo cuando hacen cosas mal hechas y cuando lastiman, se las dan de dignos y ni la cara dan.  Pero eso es parte de la vida. 

Hay que tener expectativas claras de lo que se quiere para estar atento cuando algo no es lo que uno espera, dar un paso al costado. 

Alguna vez escuche una frase que me encantó “Qué placer tan extraordinario es conocer gente que es exactamente como uno espera que la gente sea”.   Eso es maravilloso. Gente considerada, divertida, buena vibra y leal. 

El 31 de diciembre antes de quemar el año viejo nos daban una hoja para escribir las cosas que queríamos dejar atrás en el año y en otra hoja escribir los propósitos. La de dejar atrás fue fácil escribirlo, en cambio la de los propósitos se me hizo súper difícil. Así que decidí escribir lo que esperaba del año, que no es otra cosa que la expectativa,  porque como lo he dicho muchas veces en estas páginas, no siempre querer es poder. Así que le pongo emoción a la acción y espero que mi expectativa se cumpla y si no es así, y mi destino tienen otros planes, por lo menos que la vida me sorprenda gratamente. 

Para mi amiga y todos los que hemos sufrido una decepción vale la pena recordar esta frase de Odin Dupeyron: 

“Nada es del todo inesperado, la desilusión es el precio que se paga por ilusionarte y por el certero golpe de la realidad. Cuida que la desilusión no te haga perder la esperanza, que la decepción jamás te desaliente y que la traición no te haga nunca renunciar a la valiosa virtud de confiar».  

Odin Dupeyron

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