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Días felices…

Hermosa puesta de sol desde Buga, Gracias a Ximena Corrales

El día de Muertos es una celebración popular mexicana, por si algunos no la conocen, que tiene como objetivo honrar y celebrar la vida de nuestros seres queridos que han partido de este mundo. Les hacen un altar y ponen sus fotografías junto a algunas cosas que amaban en vida.   Es una celebración que siempre ha llamado poderosamente mi atención pues considero que es una manera de recordarnos que la única certeza que tenemos es que este paso por aquí es temporal y que algún día dejaremos de disfrutar todas las cosas que nos gusta y cuando ya no estemos, con suerte, alguien se acordará de nosotros, de las canciones que nos gustaba, del sonido de nuestra voz, de nuestras risas y contarán historias sobre nosotros.  

Hoy quiero hacer un homenaje a las miles de personas que se fueron este año por causa de este virus que vino a darle un giro a nuestra manera habitual de vivir.    Creo que nadie se imaginó lo que vendría este año y pienso mucho en las miles de familias que hoy les hace falta un ser querido que se llevó de repente algo que nunca esperamos que pasara y cambió hasta la manera de acompañarnos en el duelo.  

Quería mencionar en este blog, con nombre propio, a todas las personas que han partido por este virus por lo menos en Colombia, pero no logré conseguir ni una décima parte de quiénes eran, conocer algo de su historia para que dejen de ser una estadística más, un número en la lista de cada tarde y los mencionemos por su nombre, como Hombres y Mujeres que comenzaron este año, tal vez, como usted o como yo, lleno de ilusiones, proyectos y se les fue la vida de una manera triste y solitaria por un virus que, es la hora, nadie conoce a profundidad.  

Creo que al comienzo de esta pandemia le pusimos el corazón y sentimiento al hecho de que este virus se llevaba gente, nos distanciaba de nuestros seres queridos y nos cambió la manera en que vivíamos pero, al pasar el tiempo, nos quedamos con el hecho de la manera en cómo nos cambió la vida y se nos está olvidando el mensaje más importante que deja a su paso y es precisamente el hecho de entender la vida tan efímera, tan frágil, que hoy más que nunca, nadie puede asegurar un día, una semana ni mucho menos un mes.  

Ayer que murió el actor estadounidense Sean Connery, a los 90 años, leía algunos comentarios en redes sociales, diciendo que qué tristeza su “apresurada partida”, que este año era de lo peor por habérselo llevado…  Y claro, la muerte de cualquier persona es triste, pero me puse a buscar su biografía y era maravillosa, se nota que fue feliz, hacía lo que le gustaba, tuvo éxito, dejó unas películas espectaculares, físicamente era un hombre supremamente atractivo, tal parece que vivió la vida plenamente y que se haya ido a los 90 años, después de una vida plena y feliz, es una suerte! 

Nadie en este momento puede saber con exactitud cuándo partirá de este mundo, pero creo que a pesar de la situación difícil en la que no podemos ser tan libres como quisiéramos, deberíamos esforzarnos al máximo por tener días felices y tranquilos.  Comernos esa torta de chocolate que nos encanta, contemplar más atardeceres, disfrutar al máximo los momentos en familia, cocinar aquello que nos gusta, cantar a grito herido esa canción que hace rato no cantamos, tomar más vino, abrazar más, besar más y amar más. Que si algo pasa mañana, alguien lea nuestra biografía y diga, como yo hoy con la de Sean Connery “tal parece que tuvo una vida plena y feliz”.   

Hoy quiero invitarlos a dos cosas: 

La primera mandarle luz desde lo más profundo del corazón a todas aquellas personas que han perdido seres queridos este año y a aquellas que hoy están en las UCI y las que vendrán, que por lo que estén pasando lo puedan soportar. 

Y la segunda: Intentar a toda costa tener días felices… No importa lo que traiga el destino ni cuántos días nos queden, simplemente intentemos que sean maravillosos.

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