Relaciona2

Publicado el

Cumpliendo sueños antes de partir

Cumpliendo sueños
La fuerza Aérea Colombiana donó el viaje, un avión C-295 sería el encargado de llevar a estos niños a Santa Marta

 

La vida está hecha de pequeños actos de bondad que en ocasiones pasan desapercibidos. No sé si será casualidad, destino o sea simplemente la sincronía de la vida que hacen que ciertas historias de compasión, de ayuda hacia otros siempre se cruce constantemente en mi camino. Desconozco si sea una señal o parte de mi misión de vida sea divulgar a través de estas páginas estas historias, tal vez para darnos cuenta de cuánto amor, cuánta compasión y solidaridad habita en el ser humano.

Esta semana que acaba de concluir un grupo de 15 niños que padecen cáncer y sus madres viajaron a Santa Marta a conocer el mar. Un sueño que querían cumplir. Subirse por primera vez a un avión, ver las olas del mar, hacer castillos de arena. Por unos días dejar atrás el diagnóstico y dedicarse a vivir.

La Fundación Segundos de Vida, junto a muchos corazones lograron llevar a cabo este deseo. Fueron muchas personas quienes se unieron para hacerlo realidad: La Fuerza Aérea Colombiana donó el viaje, un avión C-295 sería el encargado de llevar a estos niños a Santa Marta. El hotel Zuana Beach Resort, donó la estadía y la alimentación además de innumerables atenciones.  También los acompañaron un grupo de voluntarios junto al médico de cuidados paliativos Andrés Rojas La Rotta que donaron su tiempo para acompañar a estos niños a pasar los mejores días de sus vidas.

La alegría de los niños de ver el avión en el Comando Aéreo de Transporte Militar (Catam) fue indescriptible. Los niños estaban dichosos al aterrizar y ver la inmensidad del mar, al tocar la arena, al sentir el calor del sol. Sin duda alguna fueron días maravillosos que quedaran en su recuerdo para siempre. Una de las voluntarias del programa Luz Amparo Herrera, afirma que “lo más gratificante es ver sonreír a los niños y poder acompañarlos a ellos y a sus mamás, escucharlas, abrazarlas, hacerlas sentir que no están solas llevando la enfermedad de sus hijos”.

Patricia Avendaño directora de la fundación, quien lleva más de 8 años liderando esta linda causa, asegura que cumplir los sueños a estos niños de escasos recursos ha sido lo más grande de su vida. Cada experiencia que vive junto a ellos y sus familias es maravillosa. Se vive la tristeza de que poco a poco algunos niños se vayan despidiendo y sigan su camino al cielo, pero siguen llegando más y más niños a quienes pueden ayudar. La fundación no solo se encarga de cumplir sueños sino de apoyar y alegrarle la vida a estos pequeños que sufren la difícil enfermedad que es el cáncer.

Gracias a la colaboración de muchas personas pueden darles mercado a las familias, ropa a los niños, juguetes y lo mejor un lugar donde reciben alegría, cuidados, atención y amor. La sede queda ubicada en la calle 117 # 70D – 39 en Bogotá, donde muchos niños pasan sus tardes jugando, divirtiéndose. Y cuentan con el apoyo de forma voluntaria del médico paliativista Rojas La Rotta.

Segundos de vida cuenta con el apoyo de la Fundación Bolivar Davivienda quien lidera y apoya fundaciones que quieran trabajar por un mundo mejor. Es cierto que una golondrina no hace un verano, pero cuando muchas fuerzas se unen suceden cosas asombrosas.

Hace un año exactamente otra fundación organizo el matrimonio de una pareja, que aunque ya tenían hijos nunca se habían casado y querían llevarlo a cabo. El novio era paciente de la Unidad de Cuidados Paliativos Presentes y estaba ingresado en el Hospice. Le propuso matrimonio a su novia de toda la vida. Para hacer este sueño realidad y viendo que los novios no tenían recursos se llamó a la Fundación Presentes quién actuó de inmediato. Movilizaron corazones a través de redes sociales para conseguir el vestido de novia, el pastel, los pasabocas, las flores, para que fuera un día maravilloso para ellos. Fue impresionante la cantidad de personas que de forma voluntaria se ofrecieron a colaborar. Asistieron los hijos de la pareja, las familias de los novios, médicos y enfermeras. Ese domingo recuerdo que no pude quedarme a la ceremonia, pero al preguntarle al médico Juan C. Hernández, gerente de Presentes, cómo había salido toda la boda me respondió “todo fue muy lindo, estuvieron felices”.

Y creo que a la final ese es el objetivo de todo lo que se realiza de corazón y es pensando en la felicidad de otros. Sé que como estas hay miles y miles de historias que se tejen en ese momento difícil cuando vemos cerca la muerte, cuando tantas personas se une para hacer felices a otras.

Y aquí es cuando recuerdo una escena de una de mis películas favoritas “Love Actually”: Si miramos detenidamente a nuestro entorno podemos darnos cuenta que, efectivamente, el amor nos rodea.

En Twitter: @AndreaVillate

 

Comentarios