Cuando Aureliano Buendía tocó el hielo por primera vez en su vida, sin antes haber visto algo semejante, exclamó: “está hirviendo”. Tanto habría de recordar ese momento que con él empieza Cien años de soledad. José Arcadio Buendía, por su parte, consideró que el hielo era “el invento más grande de nuestro tiempo”, y el propio García Márquez dice en alguna entrevista que lo más impresionante de haber llegado a vivir a Bogotá fue haber sentido el frío por primera vez, una experiencia más extraña aún que la del niño nacido en Bogotá o en Pasto que conoce el mar. La nieve, para alguien del Urabá o del Chocó, es una fantasía, por ser algo completamente ajeno, como se puede notar en el siguiente video.
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Las condiciones de los niños del Urabá son tan difíciles como las de la mayoría de las personas que viven en el campo colombiano, sobre todo en las zonas más alejadas y olvidadas. Conocer un territorio tan diferente al de ellos, como un nevado, sería una forma de salir de la cotidianidad y ampliar los límites de su horizonte. Eso fue lo que motivó a Julián Camilo Cote Rojas y a Natalia Acuña Pradilla, quienes crearon el proyecto “Del Urabá al Cocuy”, que consiste en llevar un grupo de estudiantes del Urabá antioqueño a conocer la Sierra Nevada del Cocuy:
https://www.facebook.com/pages/Del-Urab%C3%A1-al-Cocuy/1474170812898756?fref=ts
Ellos hacen parte del programa “Enseña por Colombia”, que lleva profesionales de diferentes universidades –los Andes y la Javeriana, en el caso de Julián y Natalia– a ser docentes en diferentes regiones del país, como el Urabá antioqueño, con el fin de disminuir la inequidad y la desigualdad, evidentes en Colombia. Le apostaron a una ocupación desprestigiada y, usualmente, con muy malos salarios, en una zona con manifiestos problemas sociales y de orden público. Allí se percataron de que los jóvenes de la región tienen “una fortaleza física y una determinación inigualables para poder desenvolverse en un entorno en el que las condiciones no siempre son las más favorables”, según sus propias palabras.
Una travesía hasta el Cocuy, para estos jóvenes del Urabá, puede ser una de las experiencias más significativas de su vida, llevarlos a cambiar por completo la manera en la que perciben la realidad y motivarlos a construir nuevas metas, que aporten al desarrollo social del país, especialmente, en una de las regiones que más han sido golpeadas por la violencia a lo largo de la historia, cuya raíz del conflicto fue retratada por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad como un episodio dolorosísimo de la historia de Macondo.
El proyecto “Del Urabá al Cocuy” es apoyado por algunas fundaciones, organizaciones internacionales y alpinistas de talla mundial, pero la meta es llevar 35 estudiantes de diferentes instituciones, así que la ayuda necesaria para lograrlo es considerable. Cualquier donación se puede hacer comunicándose directamente con ellos, al correo electrónico, [email protected] , y será indispensable para que la excursión se haga realidad.
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