Los mercados emergentes alrededor del mundo se encuentran en vilo ante las decisiones tomadas por la FED (Reserva Federal de los Estados Unidos) en los últimos meses. Con la reducción de 20 billones de dólares en la compra de activos, la cual durante los últimos años fue de 85 billones de dólares mensuales, las principales monedas de América latina se devaluaron con respecto al dólar, teniendo como referente la depreciación del peso colombiano en más de 80 pesos en lo corrido del año. ¿Existe una sobre reacción de los mercados ante las decisiones estadounidenses?
En primera instancia, la reacción abrupta del mercado se hace lógica, ya que por segundo mes consecutivo se recorta la compra de activos, haciendo un dólar más escaso relativamente. No obstante, el principal impulsador de estas reacciones son las expectativas, ya que se están encaminando hacia una economía estadounidense solida, aumentando la sensación de que la compra de activos se terminará durante este año, generando presiones al alza en las tasas de interés, por su condición de precio del dinero. Por lo tanto, como las expectativas son de una mayor devaluación, se hace más atractivo invertir a futuro el dinero en dólares, para que con el paso del tiempo les entreguen una mayor cantidad de pesos por cada dólar, es decir, existirá una migración de capitales desde los países emergentes, hacia Estados Unidos, y no al contrario como se evidenciaba en los últimos años.
A pesar de esto, pienso que el nuevo recorte en la compra de activos tuvo un objetivo claro: venderle al mundo la convicción de que Estados Unidos salió por completo de la crisis económica, más allá de que sea o no la realidad. De hecho, si se analizan los resultados económicos, es posible observar la inestabilidad de estos. Por ejemplo, la inflación se encuentra por debajo de su objetivo de largo plazo (2%), ubicándose sobre el 1,5% anual en el mes de Diciembre, siendo un indicador de que las presiones de demanda no han sido muy altas, es decir, el dinamismo económico no está en el punto deseado. Por otro lado, el aumento de las nominas estuvo muy por debajo del objetivo de 200 mil empleos, el cual se ha trazado para lograr una disminución de la tasa de desempleo que evidencie un mejoramiento real en el mercado laboral. Se debe tener en cuenta, que a pesar que en este momento se tiene la tasa de desempleo más baja de los últimos 5 años, su nivel del 6,7% no refleja una creación extraordinaria de empleos, sino una disminución de la fuerza laboral, lo cual no es un buen indicador, ya que en cualquier momento las personas que no estaban buscando empleo en el mes de Diciembre, volverán a buscarlo en los meses posteriores.
Ante esta situación, ninguno de los encargados de la política monetaria, le ha brindado la suficiente claridad al mercado sobre un plan de recorte en la compra de activos a futuro, debido a que ni ellos mismos confían en que los buenos resultados se sostengan sin la inyección de capital con la que cuentan en este momento. En la actualidad, las expectativas están encaminadas hacia la solidez de la economía estadounidense, pero de presentarse un revés en los resultados económicos que los lleve a prolongar las compras de activos, el efecto puede revertirse en cuestión de días. Por lo tanto, los miembros de la FED son muy sigilosos con sus comentarios, dejando todo el peso de sus decisiones sobre los resultados a futuro de la economía.
Por esta razón, se debe tener en cuenta el desempeño de los objetivos económicos en cuanto a la inflación, la creación de empleos y el gasto de los consumidores, debido a que estos son los únicos indicadores que proporcionaran los argumentos para evidenciar una economía estadounidense solida, que pueda sostenerse sin el salvavidas de la reserva federal. Por ahora, se puede esperar una tendencia al alza del dólar, que se verá reforzada con un discurso mucho más claro de los miembros de la FED, o por los resultados económicos que se conozcan en los próximos días.