La realidad para dummies

Publicado el Nicolás Acosta

La Pendejada de los Verdes

Y es que no hay otra forma de llamarlo. Los famosos “tres tenores” parecen, más bien, niños de 10 años haciendo pataleta. “Que lo que pasa es que fulanito me prometió que me apoyaba y después me traicionó, que no que lo que pasa es que perencejo está rompiendo con la estructura del partido y así no podemos trabajar, que lo que hay que hacer es dejar los simbolitos y empezar a trabajar”…. En fin. Lo grave del tema es que esta pataleta no solamente les puede hacer perder la alcaldía de Bogotá sino que amenaza con impedir que la “ola verde” se consolide como partido político y termine, más bien, destruyéndose mientras pierden el apoyo de sus militantes.

Pero el problema no empezó con la pataleta. Los verdes la empezaron a embarrar después de las elecciones presidenciales cuando a Lucho le dio por irse de paseo, a Peñalosa por ir a dictar conferencias y a Mockus por “tomarse un descanso para reflexionar”. Lo que debían estar haciendo, en cambio, era concertando su base ideológica y sus principios políticos  que es lo único que puede unir un proyecto político con fuerza y perspectiva de largo plazo.

Como consecuencia, el partido verde nunca se consolidó y se empezó a parecer, en su estructura, a partidos como la U o Cambio Radical en donde lo que hay es una cantidad de gente egocéntrica lucrándose políticamente del fervor que produce una banderita de batalla llámese como se llame: Álvaro Uribe o cansancio de tanta corrupción. Los partidos políticos pueden nacer por un buen líder o por una reacción popular pero eso no es lo que son. Un verdadero partido político, en términos muy coloquiales, no es más que un grupo de ideas que congrega a personas que comulgan con dichas ideas y que lanza a la arena política a los mejores representantes de las mismas.

Como consecuencia lógica de esta falta de congruencia ideológica y de unidad en general, Mockus terminó no apoyando a Peñalosa y éste, a su vez, buscando apoyos innecesarios e inoperantes por el susto que tiene de volver a perder la alcaldía. De lo que no se dio cuenta es que dicho apoyo no le pone mucho, como ya quedó demostrado en las pasadas elecciones a la alcaldía, y más bien si le quita cantidades a la esencia de lo que representaba el partido verde: independencia y transparencia. Unirse con los mismos politiqueros de siempre que apoyaron todo el mandato de Samuel Moreno no sólo resulta contradictorio sino también completamente oportunista y decepcionante.

Por estas razones creo que si el partido verde no es capaz de sentarse como gente adulta y, en privado, resolver sus diferencias, quedan condenados a una muy probable autodestrucción o, a lo menos, a una pérdida de fuerza electoral gigantesca. ¡Los verdes necesitan una hoja de ruta clara y efectiva basada en ideas de cara a las elecciones que vienen y la necesitan ya!

Y claro: al ver los seguidores del partido que nunca se pudo consolidar un grupo de ideas y que la columna vertebral del movimiento se resquebraja, todos se empezaron a desencantar de la pequeña corriente de agua que queda de la gigantesca ola verde. En particular para la alcaldía de Bogotá los ex verdes, como bien lo señaló Rudolf Hommes, quedan en la encrucijada de si quedarse con Peñalosa, irse con Petro o escoger el camino de la que parece ser la nueva revelación independiente: Gina Parody. Tras la alianza con la U y ante el gigantesco índice de des-favorabilidad de Peñalosa es predecible que sean cada vez más lo que desistan de quedarse con el candidato verde mientras muchos se asusten con la poca experiencia y conocimiento que tiene Petro sobre ciudades. Difícil situación. Yo, para fortuna de mi tranquilidad mental, ya me decidí por la mejor opción. Mi voto es por Gina Parody.

 Twitter: @nicolasacosta33

PD. Preocupante la situación de seguridad en el país. ¿Será que Santos nada que se da cuenta de la necesidad de cambiar al Ministro de Defensa?

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