Hilo de ideas

Publicado el Gisella Fontalvo Rueda

Señora: La moda NO es muda. Es así.

Luego de que el pasado 27 de mayo del 2018 se realizara la primera vuelta presidencial para escoger a quién sería nuestro Presidente por los próximos 4 años, las redes sociales ardieron, y medios de comunicación colombianos, también. Pero más allá de la contienda entre partidos y aspirantes al cargo, nadie quiso pasar por alto a la primera dama de la Nación, María Clemencia Rodríguez, y en especial el look activista que lució mientras ejercía su derecho al voto, compuesto de una camisa blanca y unos jeans. Pero no cualquier par. Dos prendas básicas que lanzaron un potente mensaje al mundo, y sin pronunciar una sola palabra. Se trataba de unos pantalones de denim –de Topshop– que en sus costados llevaban un mensaje claro: “Fake News” (noticias falsas).

Debo aceptar que fui una de las que se emocionó. A través de su vestir, «Tutina» de Santos, de nuestra primera dama, le estaba dando una nueva lección al mundo. Una declaración pura y dura contra informaciones engañosas encargadas de generar indignación colectiva –hola, «Castrochavismo»–, de esas que abundan por estos días en las redes sociales, medios de comunicación, y en algunos políticos.

©Instagram Gigifrueda
©Instagram Gigifrueda

No dudé ni un segundo en compartir la imagen en mis historias de Instagram con un mensaje puntual: ¡Esta mujer debería ser la primera Dama de Colombia por siempre! #Tehablangrancolombiano.

Muchos fueron afines a mi entusiasmo, y muchos otros no. Sin embargo, hubo una respuesta que captó mi atención: «La moda es muda. No tiene que ver con política en nada. Que se vistan con diseñadores es otra cosa. La moda es arte, cultura, diseño, pero nunca política. La moda es muda. Es así. Gracias, es mi pensamiento».

Sí, en pleno siglo 21 hay quienes aún hablan de la moda como un tema banal y puramente utilitario. Quienes en su imaginario conciben el hecho de que las prendas solo son solo eso, prendas, y que pensarlas como un vehículo para comunicar es casi un sacrilegio, desconociendo que la moda no es solo un negocio, es un sistema no verbal de comunicación. Casos como estos me hacen reflexionar en si la globalización realmente existe o es un mito que nos han contado– así como ‘La masacre de las Bananeras’ según Maria Fernanda Cabal–. Pienso en como personas como ella –cuyas hijas son unas exitosas empresarias dentro de la moda colombiana– no se dan cuenta del poder de la indumentaria a través de la historia, o que la camiseta I’m a Feminist de Dior que lleva cuando va al parque con sus nietos, es más que una simple camiseta que ideó Maria Grazia Chiuri, la primera mujer en tomar las riendas de una histórica casa de lujo, la maison Dior.

Señora, usted que vive en el hoy y desconoce que en la historia la moda siempre ha funcionado como un espejo social, déjeme contarle que el 2018 comenzó con una serie de protestas  –a través del vestir– que utilizaron como vehículo la temporada de alfombras rojas. Durante los Globos de Oro, los BAFTA, el festival de cine de Palm Springs, y otros eventos que involucran a la industria cinematográfica, actrices, productoras, directoras y una comunidad completa de mujeres de la industria, vistieron de negro para luchar contra  el acoso sexual y la discriminación en el ámbito laboral. Sí, tal vez lo escuchó mientras veía lo espectacular que lucía Nicole Kidman en su vestido negro customizado con cuerpo de piedrería, firmado por Givenchy. Sí, era algo así como el movimiento #MeToo.

©Gtres Online
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Había olvidado todo el asunto, porque a la final, así como ella, existen otros miles de habitantes en el mundo que piensan de una forma similar . Sin embargo, he vuelto a pensar en ella , y también en todos esos que piensan que la moda es muda. Los imaginé y los leí durante horas en las redes, escandalizados e indignados con la elección de Melania Trump al vestir una chaqueta verde militar (de Zara) que rezaba en letras blancas: I don’t really care. Do you? (Realmente no me importa, ¿a ti?), durante su visita a un albergue de niños inmigrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, que habían sido separados de sus padres y metidos en jaulas, como resultado de la política de «tolerancia cero» de Donald Trump.

Desde la Casa Blanca intentaron calmar el panorama. Stephanie Grisham, portavoz de comunicación de la primera dama de Estados Unidos,  ha afirmado que «Es una chaqueta. No hay mensajes ocultos», pero sabemos que no es así y todos hemos reaccionado. Todos sin excepción. Ha sido claro.  Su elección «no fue una simple chaqueta», y el único mensaje «subliminal» para algunos ha sido que la ropa no es solo ropa y que la moda SÍ COMUNICA.

©Google
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