Elige la vida. Elige Facebook, Twitter, Instagram, y espera que alguien, en algún lugar, se preocupe (…) elige tu futuro. Elige los reallityshows , slut shamming, venganza porno (…) elija lo mismo para sus hijos, sólo peor. Y sofocar el dolor con una fuente desconocida de una droga desconocida hecha en la cocina de alguien, y luego … Tomar una respiración profunda
Choose life. Choose Facebook, Twitter, Instagram, and hope that someone, somewhere, cares (…) choose your future. Choose reality TV, slut shamming, revenge porn (…) choose the same for your kids, only worst. And smother the pain with an unknown source of an unknown drug made in somebody’s kitchen, and then… Take a deep breath (Boyle, “T2: Trainspotting 2).
La película de 1996 Trainspotting fue y sigue siendo controversial. Más allá de la crítica que muchos le hicieron a Boyle, su obra no trata solamente de un grupo de amantes a la heroína; contiene además una pregunta: choose life: Un slogan de los 80’s que invitaba a escoger la vida sobre las drogas hoy se convierte en la pregunta Renton hacía en la película de ‘96, “Choose your future. Choose life. But why would I want to do a thing like that?”- “Elige tu futuro. Elige la vida. Pero, ¿por qué querría hacer una cosa así?”. La pregunta es simple y aun así nos confunde.
Se nos dice que debemos pensar en una vida sin adicciones. El cigarrillo causa cáncer, comer de más engorda, el sexo conlleva enfermedades venéreas, las drogas te aíslan. Nos movemos en un mundo de tentaciones que, recientemente, cargan con slogans que nos recuerdan tener en mente la idea de moderación, de escoger la vida: Tener un buen auto, pagar impuestos, visualizar un futuro con hijos, casa y un sueldo fijo; todo lo que antes implicaba tener una buena vida y que hoy podemos publicar en las diferentes redes sociales, y esperar que alguien al otro lado de la pantalla le importe nuestras vacaciones, el coche, la pareja, el grado.
Alguna vez escuché el testimonio de la mamá de una amiga, quien afirmaba que fumaba porque no sabía que era malo. Esto se comprende, no hace muchos años te dejaban fumar en lugares públicos y privados. Las aulas, los aviones, salas de espera, y discotecas estaban llenas de fumadores. Escoger la vida no era vetado para aquellos que encendían su cigarro. Hoy esto va en contra de la vida. Cada vez son menos los lugares que permiten la entrada a un adicto a la nicotina, y por ende los “pro-vida” cada vez son menos tolerantes a este tipo de adicción.
“El mundo cambia, aún cuando tú no cambies” (T2: Trainspotting). El mundo tiene un flujo cada vez más acelerado, las modas ya no son lo que eran antes, ya no hay que esperar a que cambie la temporada para actualizar nuestra información sobre qué está bien o mal usar. Y así como pasa con la ropa, sucede con las adicciones. El choose life actual nada tiene que ver con el de hace 20 años, y a pesar de esto el hombre no cambia, ya que en su condición, siempre habrá de desear. Así en cualquiera que sea su situación, ya sea de paria o de modelo ideal siempre habrá de querer algo y entre menos lo tenga buscará más de él, a esto es a lo que llamamos adicción. Por lo tanto, sí, todos tenemos potencial a ser adictos, pero si queremos “escoger la vida” hoy, no podemos ser adictos a lo que éramos hace 20 años, o por lo menos eso es lo que propone la secuela de Trainspotting.
Con los mismos actores, un libreto reformulado a partir de los libros de Irvine Welsh: Trainspotting y porno, y un soundtrack envidiable; Danny Boyle nos remonta al choose life, pero esta vez nos propone una respuesta: Sé un adicto, sólo fíjate en que adicción concuerda con el “escoger la vida” actual.
Sin más, les recomiendo ver la película, encontrar a qué son adictos, tomar un respiro y volver a empezar. Yo seguramente la volveré a ver un par de veces más; siempre encontrando algo nuevo a lo cual volverme adicta.
Por: Martha Clarissa Moreno Alcántara