Femmes Fatales

Publicado el Claudia Plazas

El reto de ser madre adolescente en Colombia

El ciclo de pobreza entre las madres adolescentes parece agudizarse cada vez más. El embarazo en adolescentes no se ha reducido significativamente en los últimos 18 años, sin embargo, las dificultades de las madres parecen empeorar con el pasar de los días.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, en Colombia, entre 1995 y 2010, la fecundidad adolescente se redujo de 89 a 84 por 1.000. En el 2005 esta cifra llegó a ser de 90 por 1.000. El porcentaje de madres o adolescentes embarazadas era de 17,4 por ciento en 1995, 20 por ciento en 2000 y 19 por ciento en 2010.

Aunque las cifras parecen no cambiar de una manera significativa, los problemas del embarazo adolescente van más allá de los números, especialmente en los estratos 1 y 2. Muchas de las adolescentes embarazadas tienen que dejar a un lado el estudio para dedicarse al cuidado de los bebés y para trabajar; esta situación, sin duda alguna, perpetúa el ciclo de pobreza.

Colombia es uno de los siete países de América Latina donde se encontró que el 19,5 por ciento de las mujeres entre 15 y 19 años habían estado embarazadas. De ellas, el 50 por ciento no tenía educación, el 59 por ciento vivía en zonas rurales, el 61 por ciento vivía sin adultos en el hogar y el 60 por ciento vivía en la pobreza (DHS, 2008; para Bolivia, Colombia, República Dominicana, Guyana, Honduras, Nicaragua y Perú entre 2001-2005)

Tener un título de bachiller o universitario, en muchos casos no garantiza un empleo estable, así que para las adolescentes que no tienen educación o viven en zonas rurales la situación empeora porque se ven forzadas a trabajar en puestos donde ganan un salario mínimo, y eso si son lo suficientemente afortunadas. Según datos del Ministerio de Trabajo,  11,41 millones de trabajadores (57,5 por ciento de empleados) tienen ingresos mensuales equivalentes o por debajo del salario mínimo. Si a esto le agregamos que muchas adolescentes terminan siendo madres solteras, la situación es aun peor. Para ser honestos, ninguna madre soltera puede vivir decentemente con un mínimo de $589.500. Un salario mínimo bastante “generoso” de parte del gobierno que definió un reajuste de 4,02 por ciento para este 2013. El reajuste estuvo acompañado de “un aumento en el subsidio de transporte que pasa de $67.500 a $70.500 para 2013. De este modo, un trabajador que devengue el salario mínimo recibirá en total $660.000”.

Aun con $660.000 al mes no hay quien compre pañales, leche, comida, pague servicios, seguro de salud, transporte, ropa y en muchos casos arriendo. A eso hay que sumarle los gastos del hospital o cualquier otro costo médico incurrido si el bebé o la mamá se enferman. Evidentemente las oportunidades de las madres adolescentes y sus hijos se reducen a medida que el ciclo de pobreza se extiende. Con un sueldo mínimo son muy pocas las posibilidades de educación que una madre adolescente le puede ofrecer a su hijo, lo que va generando una desventaja para el niño en el ámbito social y económico.

Claro que las dificultades que las adolescentes embarazadas tienen que enfrentar no se limitan al aspecto económico. El embarazo en menores de edad puede traer problemas de salud, mucho más cuando las adolescentes buscan abortar sin tener el suficiente conocimiento sobre el tema.

Según UNFPA, en Colombia, una de cada 10 de las mujeres hospitalizadas por complicaciones de abortos son menores de 20 años. De igual manera, los embarazos que si son llevados a término pueden acarrear problemas para los recién nacidos. UNFPA señala que los niños nacidos de mujeres menores de 15 años tienen un 50 por ciento más de riesgo de muerte neonatal temprana, comparados con los niños nacidos de mujeres entre los 20 y 24 años de edad. La razón para este elevado riesgo de muerte neonatal temprana son las altas tasas de parto de pre-término y el bajo peso al nacer de los niños nacidos de este grupo de mujeres.

Claramente, el embarazo en adolescentes genera problemas sociales que no sólo afecta a las madres y los niños. Todo lo contrario, es un problema social que, como las cifras demuestran, no ha tenido la suficiente atención del gobierno. Al parecer, en Colombia los únicos que se benefician con sueldos generosos y millonarios programas son los congresistas. Mientras una madre adolescente tiene que vivir con $589.500 al mes, “los parlamentarios colombianos son los terceros que mejor sueldo perciben en el continente, que equivale a 49 veces el salario mínimo vital”. Y aun así, a muchos de nuestros honorables congresistas no les alcanza para la gasolina…

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