Familia Ayara

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EL HIP HOP EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

En Colombia, ocho (8) grupos controlan el 78% de los medios y de esos, dos (2) controlan el 50% de la oferta informativa, constituyéndose así un poder ideológico – hegemónico en materia política y económica; sin mencionar que el país ocupa el puesto 134 de 180 en el índice de libertad de prensa. Esta es una realidad que aturde, y a pesar de los avances que facilitó la constitución de 1991, la deuda es enorme en materia de pluralidad, participación, discursos e ideología.

Sin embargo, como parte de los acuerdos de paz suscritos en la Habana, existe un capítulo que tiene que ver precisamente con facilitar el acceso de las comunidades a los medios de comunicación, con énfasis en la radio, pero que, como en el caso de los dos grandes grupos económicos del país, corre el riesgo de quedar bajo el control de un par de manos, a pesar de este riesgo, como periodista aplaudo el esfuerzo de pensar en des-monopolizar la comunicación y el acceso a la información.

Bajo este panorama, vale la pena preguntar si el acceso a estas nuevas fuentes de difusión será para los ya tradicionales grupos de interés tales como los sindicatos, las comunidades étnicas y de género, las agremiaciones y demás o si se abrirá a otros procesos comunitarios que no pasan el rasero de las poblaciones «marginales». Es justo allí donde ubicamos al Hip Hop en Colombia; toda vez que este no tiene un peso étnico, no agremia un sector específico de la economía y no es una fuerza política que modifique la balanza en época electoral.

Así las cosas, defender nuestra posición en esta estructura piramidal se convierte en una tarea cuya frontera se toca con el lado conservador de cada tomador de decisiones; vale la pena mencionar que no han sido pocas las veces que los Hip Hoppers hemos ocupado un espacio en los medios de comunicación tradicional en Colombia y que hemos ganado unas cuantas batallas en el entorno de la comunicación comunitaria, pero, aun así, la deuda sigue siendo enorme.

Dependiendo en donde ubique el meridiano, el Hip Hop tendrá mayor o menor relevancia en los medios masivos de comunicación, es decir, pertenecerá al circuito de la oferta mediática, cultural y del entretenimiento, no obstante, ese no es el termómetro para medir su influencia en la sociedad; ya no es un secreto que somos una fuerza social, política y económica que crece sin el control del establecimiento, lejos de la perspectiva cartesiana tradicional.

Adquiere sentido entonces pensar que el Hip Hop, puede ser un sistema visto desde la arista del caos, a saber, un sistema caótico, flexible y no lineal; en donde lo no predecible y el azar, no la suerte, juegan un papel fundamental. Ello ha tenido un efecto en doble vía, por un lado, una férrea resistencia desde la hegemonía del conjunto social y del otro lado, un crecimiento imparable del Hip Hop en la denominada base de esa estructura piramidal.

Es ello lo que nos asienta en el presente del Hip Hop en América Latina; a ojos del modelo cultural vigente, las nuestras, son prácticas estéticas que no requieren Maestría sino talento y, por tanto, al restarle importancia al ADN que le da sentido al Hip Hop, ¿qué más da un espacio a modo de relleno en una emisora o cadena televisiva en donde no adquiere relevancia el discurso, la construcción ideológica, la posición política, la determinación espiritual y el modelo económico emergente?

En Colombia solo los medios comunitarios y públicos se han tomado la tarea de explorar, por las ramas, este fenómeno cultural, se hacen sondeos tratando de entender una población objeto que no se puede medir desde el ECAR (Estudio Continuó de Audiencia Radial) o el EGM (Estudio General de Medios) lo cual redunda en una descontextualización del abordaje mediático al Hip Hop; los medios comunitarios se convierten en eco del modelo implementado por los grandes grupos como Prisa y  los medios públicos están mediados por una política de globalización que ejecuta en la guillotina lo local.

En concreto, hacer realidad la comunicación del Hip Hop en nuestra lengua requiere del concurso de todos los elementos, en un diálogo interno que permita entendernos entre nosotros mismos como partes del Sistema Hip Hop, luego de ello, se deben establecer objetivos de corto, mediano y largo plazo que reposen sobre la experiencia de los pueblos que luchan por conservar su herencia cultural para al final, constituir un discurso que trascienda el sistema hegemónico y rompa su lógica.

Por DIEGO MICROPHONE

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