La gigantesca pelea entre Estados Unidos y Huawei se trasladó al Sena en Colombia, después de que la embajada norteamericana en Bogotá le pidiera al director de la entidad, Carlos Mario Estrada, no permitir que la empresa china de tecnología se ganara un contrato por 740 mil millones de pesos.
Por: Ricardo González Duque
En Twitter: @RicardoGonDuq
El Sena está por adjudicar un multimillonario contrato para la prestación de nuevos servicios tecnológicos para sus siete millones de aprendices y que renovará las plataformas de la entidad en redes de telecomunicaciones, internet, videoconferencias, almacenamiento y servicios en la nube, que según su director es el contrato más grande en ese sector que se va a firmar este año en el continente. En medio de la puja que hay por esta licitación, la embajada de Estados Unidos en Bogotá volvió a ejercer presión en Colombia, esta vez para evitar que el principal beneficiado sea Huawei, la compañía china con la que el gobierno de Trump ha comenzado un bloqueo sin precedentes.
La presión gringa se materializó en una reunión que tuvo la semana pasada el director Estrada con la agregada comercial de la embajada norteamericana en Bogotá, Yamile Bastien. Aunque este tipo de encuentros son habituales con gobiernos cuyas empresas tienen intereses en jugosos contratos con el Estado colombiano, para conocer de primera mano las condiciones de los mismos, lo desconcertante fue la petición hecha por la funcionaria, quien además de pedirle no darle contratos a Huawei debido a la adversa relación con Estados Unidos, le reclamó por un supuesto favorecimiento a esta empresa de tecnología china, supuestamente establecido en los pliegos para la adjudicación que se dará en julio.
El director Estrada consideró la inusual petición estadounidense como un intento de veto y le respondió a la funcionaria de la embajada que la licitación se está haciendo de forma transparente, con el apoyo de la Universidad Nacional y el acompañamiento de la Procuraduría. Para generarle tranquilidad a Bastien, funcionaria del ya polémico embajador Whitaker, le aclaró que están dadas las garantías para que participen también empresas estadounidenses como Google, Microsoft o Amazon, que son las que ofrecen soporte de almacenamiento en la nube, uno de los más rentables servicios tecnológicos de los 11 que va a adquirir el Sena.
“Yo quedé metido en la mitad de la pelea de dos colosos” apunta el director del Sena, quien cree que si eventualmente una empresa como Huawei ofrece mejores precios y mejor tecnología en la compra de routers o en la instalación de la “arquitectura tecnológica”(temas en los que los chinos son especialistas) el Sena podría contratar con ellos, porque de lo contrario se le irían encima los entes de control por escoger un oferente cuyos costos sean mayores y su calidad inferior.
En realidad, la entidad estatal no contratará directamente con estas multinacionales de la tecnología, sino que le entregará el manejo de estos servicios a lo que ellos llaman “integradores”, empresas que a su vez contratan con los gigantes internacionales, dependiendo del servicio que sea su especialidad. Fuentes de la Universidad Nacional que están realizando el acompañamiento, a partir del contrato que hoy existe, creen que uno de los más molestos con la nueva licitación es la empresa norteamericana Oracle, que actualmente tiene adjudicado con el Sena el soporte para los servicios en la nube.
Ante esta inconformidad, Estrada le insistió a la funcionaria de Estados Unidos que aunque en la puja están empresas de ese país, también se postularon otras de España, Suecia, México y China. Sin embargo, le dejó claro que él “quiere lo mejor” para los aprendices de la entidad y que si eso implica hacerlo con los chinos, en algunos servicios, esa sería la vía que tomaría. Además, porque cuenta, los asiáticos ofrecen muchas de esas plataformas incluso por la mitad de precio.
A la par con esta presión que enfrentó el Sena, el presidente Iván Duque se estaba bajando de un avión luego de haberse reunido en California con los principales ejecutivos de las empresas tecnológicas de Estados Unidos, por lo que el director del Sena elevó una consulta a la Casa de Nariño sobre la controversia que podría desatar el intento de injerencia de los gringos. La respuesta, entre otros, del consejero para la transformación digital, Víctor Muñoz, fue que siguiera adelante con la licitación como venía, sin favorecimientos a una empresa, pero tampoco sin veto a otras, como pretendía hacerlo la embajada con Huawei, todo como parte de una estrategia del gobierno Trump concertada en otros lugares del mundo para ponerle un freno a la gigante china.
Lo que hay de fondo en esta nueva intervención indebida de Estados Unidos es un atentado contra la soberanía nacional. ¿Por qué tenía que ser un gobierno extranjero y no la Procuraduría colombiana la que advirtiera los supuestos favorecimientos en la adjudicación del contrato, que hasta el momento el entre de control no ha encontrado? ¿Hasta qué punto el actual gobierno ha dado pie para que el embajador Whitaker o sus funcionarios se estén pasando de la raya? No son casos aislados antecedentes como la carta de las farmacéuticas que se oponían al control de precios de los medicamentos, la posición soberbia en el envío de pruebas a la JEP para el caso de Jesús Santrich, el desayuno con los congresistas para convencerlos de votar las objeciones a esa justicia especial o la reciente controversia de las visas de los magistrados de la Corte Constitucional. La intervención por invitación de la que habló Arlene Tickner en 2007, parece volver de a poco con el gobierno actual.