Amor por Bogotá

Publicado el RicardoSaavedraSierra

¿Y SI IMPLEMENTAMOS UNA CÁTEDRA DE CULTURA CIUDADANA EN BOGOTÁ?

¿Se puede enseñar a ser un buen ciudadano?, ¿se puede aprender a cumplir con los deberes y hacer uso racional de los derechos? 

Hace poco cuando desde el colectivo ciudadano Amor por Bogotá, hicimos un experimento social para invitar a los ciudadanos(as) a recoger un papel del suelo así no fuera suyo, un niño que no llegaba a los seis años de edad, se aproximó con decidido interés a recoger uno de los papeles que se encontraban dispuestos en el suelo con ocasión del ejercicio. Antes de que pudiera lograr su objetivo, una mano adulta de alguien que presumo era su progenitora le tomo del brazo y evitó que el niño levantara el papel, acompañando su accionar con la frase: “no, no, no, no, no… no recoja basura del piso”. Tengo serias dudas respecto a si ese futuro ciudadano algún día volverá a intentar recoger un papel y así contribuir a la limpieza del lugar donde vive.

Semanas después, en desarrollo de otro laboratorio social en el que abordábamos a quienes no usaban los pasos seguros para entrar a las estaciones de Transmilenio. No colados. Si no personas que aunque pagan, evitan caminar un poco más y cruzan por la mitad de la calle. Una señora de unos 60 años, me repetía de manera insistente: “no sea cansón, no sea cansón”. Esto como respuesta a mi invitación para que no pusiera en riesgo su vida. Escribiendo esto, me doy cuenta de lo irreal que se lee que alguien diferente a uno mismo tenga que recomendarle que conserve lo más valioso para cada uno: su vida.

Uno y otro ejemplo sirven para considerar el interrogante que plantea el título y lo absolutamente necesario que se hace que adoptemos una estrategia sistemática y permanente para abordar el tema de cultura ciudadana en Bogotá. Algo que vaya más allá de campañas fugaces e iniciativas aisladas, que aunque son absolutamente valiosas, porque en un alto porcentaje están naciendo de la misma ciudadanía, en colectivos como Amor por Bogotá, del que soy fundador; resultan siendo esfuerzos pírricos ante la gran necesidad de contar con un modelo integral de cultura ciudadana que involucre obviamente a la ciudadanía y las organizaciones sociales, pero que parta de la utilización de los sistemas educativo, recreativo y cultural ya desarrollados en la ciudad.  Algo como una Cátedra de Cultura Ciudadana, que con métodos prácticos – lúdicos, el uso del arte, el deporte y la creatividad inculque y promueva la cultura del respeto, amor y sana convivencia en nuestra ciudad.

Una cátedra de cultura ciudadana en todos los colegios de Bogotá, para que los niños y niñas no solo aprendan matemática, español y química, también para que desde pequeños sepan la importancia de hacer una fila, de recoger los excrementos de las mascotas, de conocer de dónde salen los recursos públicos y en que se invierten.

Una cátedra de cultura ciudadana para los amigos taxistas, conductores de servicio público y servicio particular, para que abandonen frases tan típicas como: “para allá no voy” o  “bájese y cambie el billete”; otras más tradicionales como: “si no le gusta, coja taxi” o “eche para atrás que ahí hay campo”.

Una cátedra como una herramienta para el reconocimiento, motivación y cualificación de los servidores públicos.  Para que se distingan aquellos que se caracterizan por ofrecer un servicio extraordinario al ciudadano(a) y así formar la primera “escuela de cultura ciudadana del distrito”. Quienes la integren deberán contar con beneficios y alivios en su carga de trabajo para desempeñar este importante rol.

Una cátedra de Cultura Ciudadana para la ciudadanía en general. Ya sé, algunos dirán que con sus diarias ocupaciones no tienen tiempo disponible para recibir una cátedra de cultura ciudadana. Pero de lo que se trata es de buscar tiempos y espacios para hacerlo: un minuto dentro de los cortos del cine antes de la película, o en los trayectos del bus, también podríamos recibirla en la ciclo-vía o parques, en los semáforos mientras esperamos el cambio o en los gimnasios mientras hacemos ejercicio.

Desde Amor por Bogotá, el colectivo que lidero, ya radicamos una iniciativa ciudadana normativa que debe ser respaldada con más de 500.000 firmas para poder presentarse como proyecto de acuerdo al Concejo de Bogotá. Lo que no garantiza que lo aprueben. Pero también decidimos postular mi nombre como candidato al Concejo de la ciudad, para que al interior de esta corporación pueda impulsar esta iniciativa. Es decir, tenemos dos caminos para poder lograr un objetivo. Una cátedra de cultura ciudadana llamada Amor por Bogotá para nuestra capital.

Ricardo Saavedra Sierra

Progresistas24

Candidato al Concejo de Bogotá

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