Tras haber finalmente conseguido el cupo, confirmado y comprado el tiquete, estoy a la espera del vuelo. Pero continúa siendo una odisea revuelta con tormenta el lidiar con la burocracia y como se afinan cada uno dentro de un parámetro de incertidumbres, silencios y regulaciones que ni ellos mismos entienden. Acostumbrados a actuaciones moduladas por comportamientos empresariales, están entrenados a precisamente ser lo que está reglamentado en los guiones de entrenamiento. Simples figuras en un tablero humano con movimientos fijos y determinados.
Comencemos actualizando el encuentro con el consulado. Sigo a la espera de las respuestas al derecho de petición que radiqué el 29 de mayo, aunque uno de los puntos de mi petición se haya resuelto con mi inclusión en el vuelo humanitario del 5 de junio. La actitud de la vicecónsul fue la tan conocida en el ámbito colombiano determinado por la pregunta ¿no sabes quién soy yo? Puedo casi asegurar que ese día que leyó mi artículo – le envié directamente el link o vínculo – no se encontraba en un estado de ánimo diría que tranquilo. Bueno, no la conozco, pero nuestra imaginación colombiana es conocida mundialmente.
Una vez finalizado el proceso burocrático en el consulado, pude deducir que es transferido a la embajada, quien es quien contacta a Avianca. Ayer lunes me contactaron, envié mi información, y al final del día pude finalizar la compra. Pertenezco al club de millaje Connect Mile Silver Status, pagué casi US$50.00 extra por asientos preferidos, consulté sobre clase ejecutiva, aún no han contestado, y de acuerdo a Star Alliance tengo derecho a dos maletas solo me asignaron una, les pedí que me hicieran el cambio, y hasta ahora, no he recibido respuesta.
El consulado sí me contestó lo referente a la clase ejecutiva y dijeron que no la tenían en dos correos. Sin embargo, como he sido viajero asiduo, me causó sorpresa que el avión que iban a utilizar no tuviera esa área. El vuelo es de un poco más de 7 horas, por lo tanto requiere una aeronave suficientemente grande y con esa capacidad.
Comencé a buscar en el tiquete el tipo de avión, y no aparece en ninguno de los correos que intercambiamos. Lo que sí aparecía era el número de vuelo. Con esa información, encontré el tipo de avión usado en estos vuelos humanitarios. Es un Airbus A320neo. Miren una foto de la distribución de asientos que muestra que sí tiene división para negocios y ejecutivos que generalmente es la misma clase con precios diferentes. Sin embargo, debido a la imagen que recuerdo cuando seleccioné mi asiento, no concuerda con la imagen que encontré para los vuelos designados AV155.
Por lo tanto, investigué el tipo de aviones usados por Avianca, y esto encontré:
“Avianca’s fleet includes modern Airbus A318, A319, A320, A321, and A330 aircraft, plus the technologically advanced Boeing 787. Local service aircraft are configured with all Economy Class seats while long-haul aircraft offer Business and Economy Class.”
Las fotos que siguen son las de los aviones usados por el vuelo AV155, y las del 318 y 319 que muestran que sí tienen cabina para pasajeros clase ejecutiva.
Cuando suba al avión me daré cuenta quien viaja en esos asientos. Conociendo la burocracia, probablemente pertenece a la clase de ¿no sabes quién soy yo?”
Lo otro que quería mencionar es sobre algunos comentarios hechos por “fantasmas” contratados exclusivamente para confundir a los lectores y por eso lo hacen públicamente. Lo que no he mencionado es los mensajes privados que he recibido quejándose de los funcionarios consulares acerca de los abusos cometidos en sus jurisdicciones. Por una lado tratan de beneficiar al connacional, por el lado maligno es utilizado para enriquecimiento propio. Una vez establecido en Barranquilla, investigaré al respecto.
Ya que menciono a Barranquilla, establecieron un programa de otorgar permisos para viajeros interdepartamentales. Mandé dos correos y ambos fueron devueltos porque el buzón estaba lleno. Les comuniqué al alcalde y al secretario de gobierno por medio de Twitter, y, ¿adivinen? Ni mú contestaron.
Luego viene el problema del apartamento, el dueño nunca cambió los contadores de Triple AAA ni Gases del Caribe, continúan a nombre de la constructora, quienes pasan parte de los consumos a mis cuentas para que yo las pague. La de Triple AAA está en manos de la fiscalía, la de Gases del Caribe y el dueño tan pronto me establezca.
Lo de Tigo es ejemplar, ya que pagué el servicio mensual desde enero que estoy acá, hasta marzo cuando cancelé el servicio, lo hicieron en abril, y ahora que estoy tratando de reconectarlo, dicen que debo el mes de abril. El denuncio ante la Superintendencia y la fiscalía lo haré la otra semana.
Tigo y Claro son compañías establecidas para robarle al cliente abusivamente, y lo digo por mi experiencia con estas dos compañías; y si lo hacen conmigo que protesto, imagínense lo que harán con quienes no lo hacen.
Sí, soy una persona difícil como me quieren identificar. Pero lo hago porque no puedo permitir abusos y menos en la edad que tengo ahora.