Contrario a lo que los titulares claman de que la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el matrimonio “gay” estoy en desacuerdo porque en sí esa figura no existe y no hay nadie en el mundo que pueda hacerla aparecer. Lo que existe es el contrato de matrimonio que dos seres proceden a contraer independientemente del sexo al que pertenezcan.
La Corte estadounidense GARANTIZÓ el DERECHO CONSTITUCIONAL de dos individuos del mismo sexo a contraer matrimonio, y determinó que Los Estados están en la obligación de proveer libremente las avenidas legales para que estas dos personas se puedan casar; nuevamente, independientemente del sexo al que pertenezcan.
La palabra matrimonio ha evolucionado ante nuestros ojos y estamos siendo testigos de cambios fundamentales que están tomando forma en este siglo 21. Que algunas mentes se resistan a la evolución del pensamiento es aceptable y lógico puesto que una mente no cambia de un día para otro. Primero, tiene que pensar y añadir libertad a ese pensamiento; luego analizar y entender que las personas pensamos diferente; y por último aceptar que lo que está analizando existe, ha existido y continuará existiendo independientemente de que el pensante pueda o no pueda cambiar la definición de lo analizado.
Poniéndolo en términos concretos a la homosexualidad, nadie ha podido hacer que deje de existir, ni ellos mismos, porque estoy seguro que algunos trataron de identificarse de otra manera hasta que realizaron quienes eran y se aceptaron como tal. Y lo que ellos han luchado y conseguido es el de poder gozar libremente del derecho de la institución del matrimonio, que a la larga es un pensamiento conservador y tradicional. Ellos fueron quienes pelearon por este derecho que ha sido extendido constitucionalmente a todas las personas de un mismo sexo.
La decisión de la Corte Suprema 5 – 4 emitida por el Juez Anthony Kennedy (un juez que tiende a ser liberal en lo que concierne a derechos de individuos pero que generalmente es conservador y católico) fue clara en el último párrafo de su decisión: “No hay una unión más profunda que la del matrimonio porque personifica lo más grande de los ideales de amar, fidelidad, devoción, sacrificio y familia. Al formar una unión matrimonial dos individuos llegan a ser algo más grande de lo que eran. Así como algunos de los peticionarios en estos casos demuestran que el matrimonio incorpora un amor que dura hasta más allá de la muerte. Sería ininteligible decir que estas personas le faltan el respeto a la idea de la institución del matrimonio. Lo que dicen es que la respetan, y lo hacen tan profundamente que lo que buscan es hacerla parte de ellos mismos. La esperanza que tienen es que no sean condenados a vivir en soledad y excluidos de la institución más vieja de la civilización. Ellos piden una dignidad igual ante las leyes. LA CONSTITUCIÓN LES GARANTIZA ESE DERECHO.”
El número de países que han aprobado el matrimonio de personas del mismo sexo continúa creciendo y hasta este momento llega a 22; y todos han basado la entrega de este derecho bajo la lupa de la constitución. En este mes de junio han sido dos países los que han entregado a sus habitantes una decisión judicial: Estados Unidos y México, aunque en este último la decisión está sujeta todavía a cambios en las leyes para que sean aplicables en todo el país.
El término matrimonio se ha civilizado desde su inicio hasta estos momentos que vivimos en este nuevo siglo. En unos tiempos – como todavía sucede en algunos países – era arreglado entre familias por diferentes razones; los matrimonios interraciales eran prohibidos legalmente en algunos países del mundo; por muchos años las mujeres no tenían derecho alguno sobre el matrimonio y estaban sujetas a la autoridad del hombre; si la mujer era estéril se autorizaba al hombre divorciarse y casarse con otra y llegó un momento en que la iglesia argumentaba que el matrimonio no estaba sujeto a que la pareja tuviese o no tuviese hijos. Hoy, dos personas del mismo sexo se pueden casar en varias partes del mundo.
La opinión de una gran mayoría de habitantes del planeta se inclina favorecer el matrimonio entre personas del mismo sexo, que es mucho más amplio a lo que los titulares dicen: “matrimonio gay”. La palabra matrimonio no debe tener las extensiones de heterosexual o gay ya que dos personas del mismo sexo se pueden acoger a este beneficio sin la necesidad de ser “gays”. ¿Porqué no? Las circunstancias que rodeen la decisión de estas dos personas no tienen que ser de la misma naturaleza o razones por el cual decidan casarse; por ejemplo, compañía, por motivos económicos, migratorio y estoy seguro que muchos motivos más pueden aparecer.
Desde el comienzo de este siglo comenzó la liberación con Holanda en el 2001; luego Bélgica en el 2003; España y Canadá en el 2005; Sudáfrica en el 2006; Noruega y Suecia en el 2009; Portugal, Islandia y Argentina en el 2010; Dinamarca en el 2012; Brasil, Francia, Uruguay, Inglaterra y Nueva Zelandia en el 2013; Luxemburgo y Finlandia en el 2014 y por último en el 2015 Irlanda y Estados Unidos.
¿Podrá la legislación o el poder judicial colombiano entregar este derecho constitucional a sus ciudadanos en el 2015?
@realtor1986