Obviamente a mi criterio, la consecución de préstamos criminalmente para sus clientes con documentación falsa.
Obviamente a mi criterio, la consecución de préstamos criminalmente para sus clientes con documentación falsa.
Nuevamente, la ideología de transferir beneficios a la comunidad campesina se transforma en un velo de oscuridad abriendo solo la puerta que la burocracia conoce, estafas, engaños, fraudes que se efectúan internamente por personal de la entidad.
Iniciemos el artículo con un breve reseño histórico de la Caja Agraria, ya difunta, donde se origina la formación del Banco Agrario. Iba a usar vulgaridades porque esta pila de energúmenos me sacan y agotan la paciencia, como por ejemplo,¿a quién carajo se le ocurre juntar mierda con mierda si el olor es igual? La Caja Agraria recuerdo que mi padre fue socio de ella, y sus acciones fueron dizque repartidas cuando falleció de acuerdo a la sentencia de partición. Pero era una entidad como la actual que se enfocan en una población difícil por muchas razones.
Sin educación, sin vida crediticia, sin vida comercial, sin vida bancaria, sin información gravable.
Que a propósito, una declaración de renta extemporánea es tan servible y viable como cualquier documentación.
Es más, es el principio de ingreso a una comunidad fantasma dentro del sistema de la Dian.
Solo a los políticos corruptos se les ocurre emplear analfabetas sociales que se les impide clasificar el nivel educativo de sus clientes, acostumbrados al nepotismo, a las recomendaciones de trabajo para individuos que son el tío de la vecina de la niña Nona, quien vivía en la casa de la esquina del Coronel adjunto a la presidencia de los lagartos. ¿Qué diablos escribí en esta última frase? No tiene significado lógico, ¿cierto?
Pues es precisamente lo que sucede en el Banco Agrario, que para poder establecer una función de préstamos tiene que utilizar cuanta artimaña financiera puedan para aprobar créditos. En realidad, no es solo con ellos, si no todos los bancos en Colombia.
Amplío este criterio. La población campesina – a la cual está supuestamente dirigido el enfoque de trabajo – ante el criterio de análisis de crédito financiero carece de todas las bases fundamentales para el otorgamiento de un préstamo, a menos que se utilicen herramientas disponibles dentro del mismo sistema sin caer en la fabricación documental, aunque puede existir al crearse esa información legalmente. Este paso, visto desde afuera. Internamente, necesita la firma del jefe del jefe que tiene conexiones con el cliente o con el amigo del amigo del amigo.
Común en Colombia, tráfico de influencias. Pero literalmente, se encuentran ante un préstamo que no tiene viabilidad por una de las diferentes razones.
El Centro Nacional de Memoria Histórica tiene varios libros describiendo la vida del campesino en el Atlántico titulados Campesinos de Tierra y Agua y especificados en otras zonas del Caribe. Pero en la fusión con las ciudades cercanas al campo, la imagen campesina rehúsa una identidad como tal, desequilibrando una formación que permita localización dentro de un sistema financiero que permita su desarrollo.
Resumiendo, para que un campesino pueda gozar de estos beneficios ofrecido por el Banco Agrario, hay que trabajar personalmente con los interesados para la creación de una vida crediticia compuesta, por crédito, cuenta bancaria y formación profesional. Suena bien en teoría ¿cierto?
Lean lo que dicen ellos en su sitio virtual: “Somos un Banco de Desarrollo
Nos dedicamos a cumplir los sueños de millones de colombianos en el campo y contribuimos al desarrollo del agro. A través de nuestros más de 8 mil colaboradores cambiamos vidas y construimos país. Nuestra misión es desarrollar oportunidades de mejora para pequeños, medianos y grandes productores. Nos sentimos sumamente orgullosos de ser la entidad financiera con mayor presencia en el territorio nacional, con 790 oficinas tradicionales, 107 oficinas ligereas y con más de 22 años de experiencia”.
Y lo más irónico, Trabajemos juntos.
En mis treinta y cinco años como Real Estate Broker independiente en California, una de mis responsabilidades era conseguir préstamos para la compra, refinanciar deudas hipotecarias, casas familiares, edificios y de negocios con el SBA (Small Business Administration).
El primer paso luego de hacer contacto era el de analizar superficialmente los ingresos, el segundo, la vida crediticia, que en cualquier tipo de transacción hipotecaria o préstamos, ES LA MÁS IMPORTANTE. Es lo que determina la viabilidad de la negociación, el puntaje, la tasa de interés, qué porcentaje (hubo ocasiones que se podía conseguir hasta el 125% del avalúo), y qué ARREGLO NECESITA ESTE REPORTE. No es cometer fraude. Se trata de arreglar LEGALMENTE lo negativo que pudiese tener, y lo que se pueda, porque aun así tengas el mejor puntaje, tus ingresos se pueden comprobar con la dirección de impuestos, primero, necesitas quien lo presente ante el banco bajo las guías del préstamo que quieres adquirir, y segundo, NO IMPORTA QUÉ TAN MALO SEA EL PUNTAJE, NI QUÉ DIFÍCIL SEA CORROBORAR INGRESOS, aun así, se puede conseguir préstamos. Más caros, interés más alto, más cuota inicial, PERO SE PUEDE CONSEGUIR. Hay diferentes bancos con criterios diferentes, y cada banco tiene en sus manos métodos de como doblegar un requisito.
Aquí viene mi interacción a la narración con el título de este artículo: ¿Para qué carajo es que sirve el Banco Agrario?
Me les acerqué dos veces: El primer contacto fue con Diana Cantor el 3 de enero de 2022 que concluyó diciendo que (SIC): “como le había explicado, necesitamos un deudor solidario para poder continuar el trámite”. Pero lo que quería era que contratara un intermediario que me cobraba el 10% por la consecución del préstamo. Por supuesto que le dije que no, y no volví.
El segundo encuentro, movido por una recomendación que me mandó donde Diana, le conté mi experiencia, pero me dijo que no le dijera que era ella la que me mandaba, por lo que decidí ir a la oficina de El Prado. Sin cita, esperé mi turno a que me atendieran, e iba con dos posibles compradores.
Un muchacho inexperto que estaba súper nervioso no sabía cómo contestar mis preguntas, y quien se entrometía era una muchacha sentada a su lado, pero estaba atendiendo varias cosas a la vez. Al final, le pido como contactarlo porque iba a investigar sobre varias de mis interrogaciones.
Me dijo todavía nervioso, “que me iba a dar su información del banco porque la personal no la podía compartir”. Le contesté que era esa la que buscaba, salí del banco a hacer otras diligencias, pero ese intercambio quedó en mi mente magullando y tratando de descifrar el intercambio.
Al día siguiente le mandé un correo incluyendo a Yadilud Otero David, Gerente Regional de la Costa, y le pedí que trasladara mi mensaje al gerente de su sucursal.
El 20 de marzo me contactó Germán Acosta, quien se identificó como “Director de Oficina Barranquilla Prado del Banco Agrario. Me llamó, conversamos varias veces, le expuse mi proyecto y la idea de como presentarlo usando los programas que ellos tenían con el respaldo de Finagro, nos citamos a su oficina con los dos prospectos que tenía y me fui con ellos.
Pues me cambió con quien iba a ser la cita, y me la dio con el mismo muchacho que me atendió por primera vez. Tengo un defecto, no de vejez, lo he tenido casi siempre, que me cuesta trabajo recordar nombres y mi memoria no graba facciones de las personas. Si lo hubiese reconocido, me hubiese ido sin hablar con este carajito, porque la verdad es que la impresión que me dio la primera vez fue que le estaba pidiendo su información personal para un tipo de relaciones homosexuales.
Primero, a estas horas de la vida no tengo curiosidades de ese tipo; la única que tengo es de cuantos años más voy a vivir. Pero esta juventud colombiana como que se dedica al tráfico de sexo virtual además de los trabajos que tienen y es para eso que usan a los posibles o clientes de los banco y andan en la búsqueda constante y creen que todos son como ellos. Se equivocó.
Como también se equivocó el tal “Director” que se le nota que le falta un montón de responsabilidad profesional, y por supuesto, conocimiento. Este tipo, la verdad que me gustaría hacerle una auditoría de sus ingresos, que no la pasaría. Le dije también que la muchacha que iba conmigo, iba a abrir una cuenta de banco, y el “Director” me contesta diciendo que eso no garantizaba el préstamo. Le expliqué que esa no era la intención, y me dijo que “tranquilo” allá lo ayudan.
Como mencioné antes, quien me atendió en mi segunda visita fue el posible homosexual (la verdad es que es su problema), se llama Freddy Carballo, y me dijo y que era abogado, dio explicaciones salidas de un cuento de hadas, que la apertura de cuentas bancarias tenía muchos requisitos porque querían estar seguros de que no se trataba de “blanqueos” o lavado de dinero. Mejor dicho, de ataques sexuales a tipo mafia me imagino que su percepción criminal lo hizo pensar que era eso lo que yo buscaba.
Aclaro, mi vocabulario en ambos idiomas es educado, y no hablo lenguajes reducidos al callejero, que claramente es el que hablan estos dos, con una mezcla de fantasía criminal que buscan como esperanza para salir de la mediocridad en que viven.
No soy criminal, esto incapacitado con afecciones cardíacas desde el 2010 que fue cuando me retiré de trabajar en mis profesiones de Contador y Preparador de Impuestos para el Estado de California desde 1979, Notario Público desde 1980, agente de bienes raíces para California desde 1986, Real Estate Broker para California desde 1990, Real Estate Broker para el Estado de New York desde el 2004, Real Estate Broker para el Estado de Colorado desde 2004, periodista para mi propia publicación desde el 2003, Paralegal (asistente de abogado) desde el 2016 graduado en Los Angeles City College, y Master of Business Administration con énfasis en Justicia Criminal desde el 2019, y colaboro con el Blog de El Espectador desde el 2018 (creo, no estoy seguro).
Pero el mejor título que tengo es el de ser padre de dos hijos y una hija, y abuelo de tres nietos y dos nietas.
Así que, mi experiencia con el Banco Agrario con Diana, Freddy y Germán me conlleva nuevamente al título de este artículo: Banco Agrario, ¿para qué carajo es que sirve esta vaina?
Porque yo lo que intentaba era de formar relaciones económicas trayéndoles clientes a quienes se les pudiese ayudar a establecer crédito, comprando un lote de los que yo les hubiese podido vender. Si no era el primer posible prospecto, hubiese podido ser otro, pero como le dije a Germán, el propósito era de comenzar.
Se me parece tanto a los burócratas de la Agencia Nacional de Tierra, que tienen un montón de gente en la nómina que no saben, ni trabajan porque son cuotas de políticos, o nepotismo, amigos de la tía del vecino que vivía en la esquina de la calle donde mataron al perro que era de la mujer del policía del barrio abajo. Chistoso, ¿cierto? Pero así de incomprensible es la naturaleza humana de los empleados con quien traté en el Banco Agrario. Buenos para nada.
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