Para empezar, no voy a mencionar que la guerra contra las drogas es una guerra perdida, ya que este tema se ha repetido muchas veces; ni voy a hablar sobre lo que está sucediendo en Estados Unidos, especialmente en los Estados de Colorado, Oregón, Alaska y Washington, quienes han aprobado el uso de marihuana como recreación; ni voy a mencionar los 23 Estados que la han aprobado para uso medicinal.
El otro aspecto que no mencionaré porque es un enfoque trillado, controversial y contradictorio, es el de lo que algunos estudios han manifestado o encontrado, que el fumarla a una edad temprana es un causante de enfermedades mentales, incluyendo esquizofrenia.
Para mí es más importante enfocar la legalización de la marihuana en la despenalización y en la doble estandarización de la sociedad a favor de drogas legales como el cigarrillo y el alcohol, y cómo nuestra juventud es expuesta a los tres ingredientes con nuestro propio beneplácito por el tabaco y el alcohol, que son a la larga más perjudiciales que la marihuana. Las estadísticas de jóvenes muertos por el abuso del alcohol y del cáncer producto del uso del tabaco son extremadamente superiores a los casos por el uso de marihuana.
Las juventudes de los sesenta y de los setenta (y quizás la de la época actual) nos vimos expuestos a crecer que si queríamos fumar marihuana teníamos que encontrarla en el mercado negro y quienes la vendían habían sido catalogados por un código penal como criminales. Por lo tanto, aquellos que la usamos en nuestra juventud, llegamos a pensar que éramos criminales también. Pero si fumábamos cigarrillos o nos emborrachábamos, se miraba más tolerablemente.
En un artículo escrito por Patrick Kennedy (es enemigo declarado de la legalización de la marihuana en Estados Unidos) y publicado por el periódico USA Today el 28 de julio del 2014, dice que «legalizar la marihuana pone en peligro a los niños;» pero, ¿no es peor lo que está pasando ahora cuando las drogas, cigarrillos y alcohol se venden ilegalmente a los niños en cualquier jurisdicción de Estados Unidos tanto como en cualquier parte del mundo? ¿Por qué legalizar la marihuana no podría ser sólo un paso hacia la despenalización de su uso para aquellos niños que tienden a fumar a una edad temprana y puedan ser levantados sin el estigma de actuar criminalmente?
Kennedy continúa en su artículo afirmando que existe un nexo entre el fumar marihuana a una edad temprana y las enfermedades mentales; sin embargo, existen muchos estudios científicos y médicos que se contradicen entre sí: los que dicen que lo hace, y su contraparte que dice que no; por mi experiencia personal y conocimiento, deduzco que ambos lados están bien, mal y ninguno es concluyente; más importante para mí es la despenalización de su uso porque el no haberlo hecho por dos o tres generaciones anteriores, la sociedad los formó pensando que eran criminales degenerando su proceso del pensamiento al entender que estaban actuando fuera de la ley.
Si fumar marihuana a una edad temprana condujera a una enfermedad mental, un tema importante de considerar, es secundario al estigma de su uso como un crimen en comparación con las consecuencias del uso de alcohol y tabaco que son tan iguales – si no peor – que los efectos secundarios de fumar marihuana cuando el proceso del pensamiento de una mente joven se enfrenta a coyunturas conflictivas ante el dilema del uso de alcohol, tabaco o marihuana.
Me imagino que una vez descubren qué tan paradójica es la vida al legalizar dos drogas, alcohol y tabaco – que mata a millones de personas alrededor del mundo – encuentran que es aceptable para ellos el fumar marihuana. Pero legalmente, es un crimen; alcohol y tabaco no lo son. «El uso del tabaco es un factor de riesgo para seis de las ocho principales causas de la muerte», afirma la Organización Mundial de la salud.
Comportamiento social y presión de grupo, por ejemplo, son temas que merecen consideración cuando las mentes jóvenes deciden usar drogas recreacionales. «Por otra parte, la mayor conceptualización de influencia entre jóvenes requiere comparaciones sociales como parte integrante del proceso de influencia. Para que otros tengan influencia indirecta sobre nosotros (en contraposición a las solicitudes directas a involucrarse en un comportamiento particular), debemos considerar sus expectativas.»
La guerra contra las drogas ilegales se perdió desde su inicio. Países como Colombia, que contribuyeron con tantas muertes y México que todavía está luchando con una corrupción más allá de un razonamiento lógico, son ejemplos marcados en cuanto a por qué legalización debe ser el siguiente paso para nuestra generación actual entre las edades de 12 a 20 años.
Tabaco, alcohol y drogas ilegales están disponibles para cualquiera que quiera usarlos. Es una elección personal. Sin embargo, una educación correcta es la clave para tener éxito en la crianza de los niños en una sociedad que ofrece drogas ilegales, alcohol y tabaco; son cuestiones que deben ser debidamente analizadas con la información correcta a la edad adecuada con nuestros hijos. En lugar de gastar el dinero de los impuestos en una batalla perdida, debe invertirse en educación, legalización de la marihuana y despenalizar su uso y cultivo.
@realtor1986