Mi Opinión

Publicado el Ben Bustillo

Dios es un dios imaginado y la gente no sabe cómo rezarle

El título del artículo representa la forma correcta de cómo escribir gramaticalmente la palabra dios. Algunas veces con mayúscula, y otras con minúscula.

La palabra dios es por supuesto – la llave que abre la explotación religiosa de los farsantes o no, pastores, curas, ministros, o cualesquiera títulos esos individuos usen – al gentilicio dios, (lo catalogo como relativo a la gente, RAE 2.) Los dirigentes religiosos entre más farsantes sean, más énfasis existe a vestir de santidad lo que ellos perciben como dios. Por eso empujan a sus feligreses a escribirla con mayúscula, presentando la coyuntura, ¿importaría de la forma de escribirse?

Y analizando en la búsqueda, la RAE solo tiene la palabra en minúscula, pero ofrece el vínculo definiendo a cuando escribirse con mayúscula.

Solo encuentro dos razones básicas del porqué saber: Cuando uno escribe y es determinante hacer notar la diferencia para ambos, el editor y el escritor de lo publicable; la otra, el religioso, quien prepondera su uso.

Pero aun así, el clero debe difundir ambas formas porque debe ser parte de la educación cotidiana. El no hacerlo conduce a la mala expresión, primero de la niñez, y por último al mismo niño convertido en adulto.

Como algunos seres humanos que nos inquieta tratar de entender la existencia humana, sentí como obligación investigar para mi propio desarrollo intelectual, un significado avenible a mi estructura pensante.

A su debido tiempo como muchos colombianos en los años de la violencia antes del frente nacional, fui levantado, criado y hasta abusado mentalmente por la iglesia católica. Como adolescente escuché a unos evangélicos que usaban llantos y cantos durante unas muy pocas reuniones que asistí. ¡No era lo mío!

Para conocer mi hijo mayor, tuve que casarme con su madre, y para casarme con la madre, tenía que volverme testigo de jehová. ¡Esa fue otra experiencia obligada! Durante ese tiempo, le hice un reto a un par de ministros mormones con discusiones religiosas, también pocas, sin ningún tipo de consenso.

Antes y después de esas acciones les tocó el turno a las lecturas de filósofos de diferentes tendencias llenando los vacíos pertenecientes a mi estructuración como ser pensante. Ahora, le toca el turno a la época digital, cuando es casi instantánea y de todas clases. Saber escoger es lo esencial de la materia. Y lo esencial, es individual, porque cuando es colectiva, la hace impositiva.

En abril del año pasado escribí un artículo que antecede esta investigación. Léalo aquí.

Comenzando la indagación hoy, establezcamos que, aunque dios es un tema individual, es también parte de un colectivismo, y es aquél el cual uno elige como integrante de las bases del conocimiento personal. En otras palabras, el colectivo – grupo religioso al que se pertenece – o individual que cada quien separa e identifica como su comunicación directa, llamando, o imaginando como dios.

Evolucionado una definición, dios es una imaginación personal que le permitimos radicar en nuestro cerebro como composición de nuestro propio desarrollo intelectual. ¿Significaría que este proceso pensante nos convierte en dios – aumentando su cantidad que se conoce como entre ocho mil a doce mil – a una cantidad igual a la de los habitantes en la tierra?

Si así fuese, sería incalculable con demasiadas definiciones ya que solamente puede ser acogida a título personal, porque como individualista acepta la interpretación del colectivismo moldeándolo a su propia imaginación.

Entonces, ¿cuando se reza, a cual dios se le está encaminando ese pedido? ¿Será por eso por lo que su dios no escucha sus oraciones? Creo que el enfoque de las oraciones es equivocado al dirigirlas a un dios en vez de lo apetecido o deseado, porque la energía producida por nuestro cerebro y sistema pensante es la fuerza que logra o no lo pedido. En otras palabras, está usando un atajo innecesario.

Le pide al dios colectivo, y si recibe, se lo agradece a ese dios; pero si no recibe, culpa al dios creado por su imaginación. Analice que, saber si su dios colectivo estuviese recibiendo sus mensajes, sería difícil identificar a cual se los está enviando porque son miles los que han existido en las diferentes épocas de la existencia humana.

La energía del deseo debe dirigirse enteramente a lo pedido o necesitado sin intermediarios, entendiendo que no todos son realizables, vengan o no, de parte de su energía o su dios colectivo sin identificación.

Además, sus líderes religiosos utilizan artimañas con enseñanzas que son solo productivas a las necesidad de sus dioses individuales irreales para el suyo.

Dios solo existe en su imaginación provocado por la necesidad de encontrar razones para su existencia, escríbala en mayúscula, o minúscula.

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