Por: Bryan Triana y Milton Valencia
En un cuento para niños de Hans Christian Andersen se narra la historia de un emperador que compra un “traje” nuevo, confeccionado con unos materiales que “poseían la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera irremediablemente estúpida”. El famoso traje no era más que una estafa, pero nadie quería parecer incompetente ante el emperador. Por eso, a pesar de que no existía el “traje”, todos imaginaban verlo.
Algo similar ocurre con el programa “Formalizar para sustituir”. Esta política promovida por la Agencia Nacional de Tierras desde el gobierno Santos y ejecutada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -UNODC-, promete disminuir la presencia de cultivos ilícitos utilizando como incentivo la asistencia técnica y económica para la titulación de predios baldíos y privados. El nombre transmite claramente una secuencia temporal en que primero se formaliza y luego se materializa la sustitución de los cultivos de uso ilícito. Sin embargo, como el traje del emperador, lo único que tiene el programa de “sustitución” es el nombre.
En primer lugar, según los documentos públicos de la Agencia Nacional de Tierras, el programa permite la inclusión de dos tipos de familias: las familias cultivadoras de cultivos de uso ilícito y las familias que no tienen plantaciones de uso ilícito pero que viven en zonas aledañas a los cultivos. Sin embargo, de acuerdo a las entrevistas que desde el Observatorio de Tierras hemos realizado con funcionarios del programa, esta política se está aplicando únicamente a las familias que no son cultivadoras. Si bien es loable que a través de esta estrategia se otorgue el derecho de propiedad sobre los predios a estas familias, el programa no disminuye los cultivos de uso ilícito existentes en las zonas de intervención, pues lo que pretende es evitar que se siembren más. Así, el programa bien podría llamarse “Formalizar para prevenir”.
En segundo lugar, al analizar la estrategia como medida de prevención de cultivos ilícitos, su efectividad genera dudas. En Colombia, antes del programa “Formalizar para sustituir”, se implementaron este tipo de estrategias a nivel regional, como en el caso de Nariño. En 2013 el Ministerio de Justicia y la UNODC suscribieron un convenio para ejecutar un programa que ofrecía la titulación de predios como incentivo para disminuir de la presencia de cultivos ilícitos. El programa finalizó en 2017. Al igual que en formalizar para sustituir, de las entrevistas con personas que trabajaron en la ejecución del programa queda claro que no admitían personas con cultivos, únicamente familias no cultivadoras en zonas aledañas a los cultivos.
Los resultados presentados parecen ser contrarios a la hipótesis del programa de que a mayor formalidad, menor cultivo. Según el informe final de la UNODC, hubo un incremento de cultivos de uso ilícito del 215% en 2014 respecto al 2013, y de un 123% en 2015 con respecto a 2014 en los municipios en que hizo presencia el programa. Además, estos incrementos se equiparan al crecimiento de cultivos a nivel nacional. En ese sentido, la similitud en el incremento de cultivos de uso ilícitos a nivel nacional y el incremento en las zonas en que se realizó el programa, permite inferir que la formalización no genera el efecto esperado de disminuir la presencia de cultivos de uso ilícito.
Por lo anterior, se trata de una política bien intencionada, pero que transmite una idea equivocada de su propósito, pues se está aplicando con la idea de prevenir el incremento de áreas sembradas. Además, deja mucho que desear con respecto a sus resultados, porque no parece prevenir la presencia de cultivos en las zonas intervenidas. Así que, incluso si tuviera el nombre de “Formalizar para prevenir”, seguiría pareciéndose al “traje” del emperador.