Vanessa Torres y David Cruz
En los últimos quince años China ha fortalecido su relación comercial con América Latina y el Caribe a través de un incremento exponencial de sus inversiones que se han consolidado por medio de acuerdos bilaterales con los países de la región.
Inicialmente, el interés del país asiático estaba dirigido hacia las materias primas, especialmente, del sector de hidrocarburos y minería, pero en los últimos dos años se ha dado una apertura hacia otros sectores productivos como es el caso del sector de infraestructura.
En la agenda comercial establecida por China, Colombia se convierte en una gran oportunidad para garantizar una presencia directa de inversionistas chinos en el país a través de la consolidación de una agenda para el desarrollo del sector infraestructura, así como la explotación de recursos naturales, principalmente hidrocarburos y minerales.
Este interés de china se integra perfectamente a la política comercial de Colombia que, desde los años noventa, se enfoca en atraer inversión extranjera y se puede potencializar en el actual contexto de postacuerdo de paz, abriendo una agenda comercial en territorios donde antes, por la guerra interna, no era posible realizar actividades industriales, extractivas o comerciales. Muchos de estos territorios son considerados ecosistemas estratégicos o están habitados por pueblos indígenas, afrocolombianos y campesinos; coincidencias que, indudablemente, pueden favorecer un aumento de los conflictos socio-ambientales en Colombia, uno de los países en Latinoamérica con mayores casos reportados.
Este escenario, favorable en materia de inversión, genera diferentes inquietudes en una sociedad civil crítica y reactiva, al modelo económico extractivo actualmente implementado en el país. Además de entender cuáles serán los impactos y transformaciones a nivel jurídico de la presencia de China en Colombia, es vital comprender cuál será en rol de China en el contexto de post-acuerdo de paz, lo cual puede entenderse a través del marco normativo existente en torno a la relación bilateral y, también, a través del acceso a la información de los proyectos que actualmente China está ejecutando o busca ejecutar en los próximos años.
Buscando aportar a la solución de estos cuestionamientos, el siguiente análisis pretende: 1) En primer lugar, identificar los cambios en el marco normativo ambiental colombiano en el marco del licenciamiento ambiental desde el año 2010, a partir del fortalecimiento de la agenda comercial de nuestro país, dándole relevancia a la relación bilateral con China; y 2) En segundo lugar, busca entender el estado de la relación China-Colombia y su proyección en el marco del postconflicto a través de los proyectos que actualmente está financiando el gigante asiático y los espacios con el sector privado que está fortaleciendo, dado que la firma del acuerdo de paz representa nuevas oportunidades para la inversión, especialmente en las zonas poco exploradas y que prometen abundante explotación de recursos energéticos y agrícolas.