Cuando hablamos de hábitos saludables, a muchos se les viene a la cabeza TENER que hacer sacrificios, TENER QUE dejar de comer, TENER que hacer ejercicio, TENER que comer «mejor», TENER que hacer una rutina, y la verdad es que no TENEMOS que hacer algo. Los buenos hábitos se van construyendo,( a no ser que estés en una crisis de salud, y que por exigencias médicas tengas que seguir unos parámetros concretos), tener hábitos saludables no es cuestión de dejar tu ritmo de vida atrás de un día a otro y meterte en la cabeza que te gusta hacer un tipo de ejercicio porque es el moda, o comer algo porque es lo que más recomiendan.
Lo primero, es ser conscientes de lo que queremos, de ver si queremos sentirnos diferentes, si lo necesitamos, y buscar qué nos hace cambiar eso. Cuando yo pienso en comer saludable, por ejemplo, solo pienso en comida real, más allá de cuantas calorías tiene , pienso en lo que yo puedo preparar, en los ingredientes que yo se de dónde vienen, cómo están hechos, y que cada componente sea natural, nada de etiquetas, Bio, light, bajo en grasa etc., solo pienso en la comida que tiene un solo componente, una fruta, una verdura, un corte de carne, un corte de pollo, un pez, un grano, una semilla, todos ingredientes completos. ¿Y saben qué? No es muy distinto a lo que me preparaba mi mamá cuando chiquita, a los platos tradicionales de la abuela, la única diferencia es que a veces los debo balancear mejor respecto a la cantidad de carbohidratos, proteínas y verduras.
Para empezar comer lo que no nos gusta, y sentir que estamos sacrificando algo todos los días, nos hace sentir un vacío, como cuando te dicen , ¡tienes que hacer esta dieta!, solo vas a pensar en helados, pizza, hamburguesa, chocolates, y automáticamente tu genio, tu humor cambian. Y esta parte de la vida, sí que es importante; el sentirnos plenos, satisfechos, felices cada vez que nos levantamos, es tener un balance entre el cuerpo sano y mente tranquila, siendo esto más saludable que cualquier avena con chía en las mañanas.
Por eso es tan importante que cada cosa que emprendemos, como decidir tener hábitos saludables, nos guste, nos debe gustar lo que comemos, el ejercicio que hacemos y no verlo como un sacrificio. Claro está que muchas veces, aunque nos guste, tenemos que esforzarnos; por ejemplo, yo madrugo todos los días hacer ejercicio, y es un esfuerzo levantarme a las 5:30am por eso, pero me gusta, llego con energía al trabajo y me siento feliz.
Por esto cada receta que hago, tiene realmente lo que me gusta, Sin Pecado Concebido es ver en cada plato una oportunidad de alimentar el cuerpo y el alma, que te salga una sonrisa cada vez que te metes una cucharada a la boca.
hoy por eso les traigo un postre tiradísimo de hacer y delicioso, para esas tardes de cansancio y antojos.
Así lo preparo yo:
1/2 tz Yogurt griego (o yogurt vegetal)
1 cda de chia
1 cdta de canena
Goticas de vainilla
1/2 maracuyá (la pulpa)
Fresas al gusto
Agrás o arándanos o cualquier Berry
Paso a paso…
En una taza pon el yogurt, la chía, la canela y la vainilla, mételo en la nevera mínimo una hora.
yo casi siempre lo hago en la mañana y cuando vuelvo del trabajo en la tarde lo saco, se mete en la nevera para que la chia haga del yogurt una especie de mousse.
Una vez tenga el espesor del mousse, puedes, o dejarlo en la taza , en una copa, o en un plato, y pones encima del yogurt la pulpa de maracuyá, decoras con fresas y agrás, o las frutas que más te gusten y listo!!! Facilísimo, delicioso y SIN PECADO.
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