Viajar y comer. Disfrutar de cada bocado conociendo nuevos lugares, o repasando paisajes favoritos, es placentero, enriquecedor, suficiente. En esta Semana Santa debo admitir que poco recé, pero disfruté y descansé como nunca. Visité Cartagena, no iba hace unos dos años, ella siempre tan fantástica, tan mágica, calurosamente bella. Y es que es inevitable cuando estoy de viaje, no ligar cada experiencia a un sabor, y por eso hoy hice esta receta, que recrea mis sentimientos en este viaje, la cual quiero compartirles, junto con mi experiencia .
Llegamos el jueves en la noche, con la expectativa de descansar mucho y comer delicioso, pues el corralito de piedra se destacada hoy en día por albergar ricos restaurantes, de diferentes cocinas del mundo. Sumada a esta experiencia, y parte importante del viaje, era la compañía, por su puesto fui con mi esposo, mi cuñado, una amiga mexicana y un amigo francés. Esto pintaba muy bien, creo que disfruté aun más Cartagena esta vez, solo por presenciar el asombro de nuestros amigos extranjeros, a la belleza de esta ciudad, por cada palabra bonita que ellos decían me enorgullecía saber que estábamos en Colombia.
Y aunque debo confesar, que lo que mas me gusta de Cartagena son sus contrastes, también se me arruga el corazón, cuando por momentos me sentía en la colonia, pues hay cosas que se ven igual para algunos. Ves casas magníficas, hoteles lujosos, pero su pueblo muy pobre, ves artesanos y comerciantes, pero ves mendigos, caminas tranquila por las plazas pero no te quieres salir por cualquier calle, también sientes miedo. Es todo un contraste.
Seguido a esta experiencia estuve buscando el sabor que me dejó cada calle de esta hermosa ciudad recorrida con tan buena compañía, donde tantas culturas colacionaron en una misma experiencia. Aprovechando que tenía una tableta de chocolate amargo al 80% de Suagu,finca ubicada en nuestra región tolimense, dedicada a sacar productos de alta calidad y 100% naturales como este chocolate, y del cual me llevé una tableta entera para disfrutar en la piscina durante el día, se me vino a la cabeza esta receta:
Musse de chocolate, realizado con una técnica de la cocina francesa, ganache,pero a la cual en vez de utilizar crema de leche, usé leche de coco, más saludable y sin lugar a dudas caribeño. Enriquecí este ganache con nueces y maní picante, muy a lo mexicano. Destaqué con algunas frutas frescas que me recuerda lo afortunados que somos en este país de tener tanta variedad y casi todo el año. Todo un postre que repuesta muchos contrastes.
Sin más historias así lo preparé:
1 tableta (80 gr) de chocolate al 80% Suagu
5 Cucharadas de leche de coco en lata
1 cda de agave (no le puse mucho dulce para poder apreciar el sabor del chocolate)
3 das de maní picante picado
2 das de nueces picadas
3 fresas
Algunas moras azules
Paso a paso
En una olla a fuego bajo, puse la leche de coco, esta leche que viene en lata, es mucho mas cremosa. Si vives en Bogotá (o en clima frío), notarás que siempre se separa una especie de crema que queda encima del agua, si vives en clima caliente no lo harás, pero es esa crema lo que vamos utilizar, así que puedes meter la lata a la nevera y basta con una hora para que se separe la crema del líquido.
En un bowl dispones el chocolate previamente picado con un cuchillo. Ya caliente la leche de coco, la viertes encima del chocolate y bates con una cuchara o un batidor rápidamente, hasta tener una crema de chocolate lisa y brillante.
Luego agregas el agave, viertes las nueves y el maní, mezclando muy bien.
En un vaso o en un molde que te guste, pon de base una fresas o la fruta que creas le puede quedar bien a la preparación. Vierte la mezcla de chocolate.
Aquí puedes, o comer inmediatamente, o dejar reposar en la nevera media hora o hasta cuando lo vayas a consumir. La única diferencia es que entre más tiempo en la nevera, mas dura estará la mezcla, aunque siempre cremosa. Yo por ejemplo la dejé de un día a otro porque lo hice en la noche, lo saqué, y dejé afuera media hora antes de comérmelo.
Decora a tu gusto y sírvetelo! disfruta cada bocado, estará amargo, estará picante, y dulce a ala vez, es un contraste de sabores interesante como lo fue mi viaje, espero que lo disfrutes.