Lo vivido el sábado en Cali sirvió para despabilar a aquellos que pensaron que por ganarle a Nacional estábamos destinados para grandes cosas, para ir viendo el verdadero nivel de algunas de las contrataciones y para ratificar los errores del técnico. Solo van dos fechas pero las fallas se vuelven recurrentes y las virtudes escasean.
De entrada, el señor García cometió dos errores por el precio de uno. Colocar a Miguel Del Risco a jugar como central al lado de Henríquez, independiente de su bajo nivel durante este encuentro, y mandar a la zona medular a Pedro Franco. Para aquellos que lo recuerdan durante sus partidos de debut, Franco solamente alcanzó su pleno potencial hasta que jugó como central por izquierda, pues como volante de marca no llegó a su máximo rendimiento. Así las cosas, García mandó a la palestra al juvenil Del Risco, cuando lo excluyó sobre el minuto 25 e improvisó a Franco como central con el perfil cambiado. Linda defensa la que quedó entonces, con Obelar –quien, para mi, tiene responsabilidad en el segundo y cuarto gol- Casierra, el mejor de la zona, Henríquez, Franco y un desteñido Perlaza.
Por el centro el filtro y la generación no existen. El paraguayo Ramiréz es un total desastre pues a duras penas quita un balón y los que le llegan es absolutamente incapaz de entregarlos bien; lo de Robayo es llover sobre mojado, deambula inerte a pesar de un sombrerito de lujo que ejecuto en la primera parte; Omar Rodríguez parece que no jugara y Erwin González tan solo apareció con el soberbio pase gol para Arrechea.
Otra vez hay que valorar el trabajo del delantero, pues luchó solo contra un absorbente Cali y aún así alcanzó a asustar a la defensa azucarera en los últimos 10 minutos del primer tiempo, el mejor pasaje de Millonarios en el encuentro. Hay que decirle al argentino Boyero que debe moverse más por el centro de ataque, pero también a sus compañeros que deben surtirlo de balones para cabecear; el sábado tuvo dos y no pudo concretar, así que sería bueno que el delantero piense que en Millonarios el tiempo es un lujo que no se tiene y menos cuando estamos a 12 puntos del descenso y a 7 de la promoción.
Ojala que la bofetada que nos propinó Michael Ortega y su equipo en la sultana de Valle haya sido suficiente revulsivo y que por lo menos de local mostremos una seria mejoría en el nivel porque de repetirse el ridículo, desde la tercera fecha se podría empezar a pedir cabezas.
Este viernes en la noche se viene un Quindío tanto o más necesitado que nosotros, pues no ha ganado un solo punto, no ha marcado gol en la portería rival, y además está a solo seis puntos del Cúcuta (86 Pts.) en la tabla del descenso y a uno del Cortuluá (91 Pts.) en la lucha por el puesto de la promoción. En pocas palabras, el del viernes es uno de esos partidos que TENEMOS QUE GANAR para después no sufrir a fin de año.
MI NOTA AL PIE. En el sur de la ciudad, este fin de semana tuvo lugar otro desafortunado encuentro entre mal llamados hinchas de Millonarios y Nacional… Otra vez daños materiales y otra vez lesionados por cuenta de la estupidez generalizada que lleva a la violencia desenfrenada… ¿Hasta cuándo?