Sentimiento Embajador

Publicado el sentimientoembajador

LEYENDO UN PERIÓDICO DE AYER

La elección del nuevo director técnico para la selección nacional no podía quedar  por fuera de estas líneas, así que en esta ocasión me alejaré de Millonarios para tomar una clara posición en contra del nombramiento de Hernán Dario “El Bolillo” Gómez.

La Federación Colombiana de Fútbol ha ratificado con esta designación que nuestro país vive del pasado, que la capacidad de innovación raya con la mediocridad y que estamos ad portas de una nueva etapa de polarización futbolera.

No me gusta el nombre de Gómez como seleccionador por varios aspectos.  En primer lugar está el tema de que es un técnico desactualizado y prueba de ello son sus más recientes FRACASOS, dirigiendo un equipo en competencia permanente (Independiente Santa Fe) y también manejando una selección nacional como el caso del combinado guatemalteco.

Muchos argumentan que existen diferencias dirigiendo un equipo que compite de domingo a domingo, donde el técnico tiene a los jugadores todos los días de la semana y puede observar de primera mano sus evoluciones, a orientar uno donde observa esporádicamente sus prácticas o sus partidos desde la tribuna, donde el trabajo consiste en seleccionar los jugadores que están en su mejor momento y alistarlos para un par de partidos cada dos meses.  Gómez falló en los dos escenarios en el último tiempo.

Otros dirán que Gómez en Centroamérica no tenía materia prima para un buen desempeño, pero Reynaldo Rueda con un producto similar sí llegó a Sudáfrica. Otros vociferarán que en Santa Fe el equipo ya estaba armado cuando él llegó al banquillo, pero en su momento tuvo la oportunidad de hacer cambios en la nómina cuando los cardenales estaban en plena bonanza económica y prefirió jugársela por la plantilla ya armada.  Lo peor es que con la misma base, Germán “Basilico” González, con un estilo que no es muy agradable a la vista, está a punto de clasificar entre los cuatro finalistas del torneo.

Su temperamento es otro tema más que visto y por el que no tiene cabida.  La mayoría de las veces dejó su cargo en momentos de cabeza caliente, cuando estaba recibiendo la presión de aficiones justamente inconformes y de periodistas que lentamente cambiaban de parecer sobre sus manejos de grupo.

Y esto último es otro lunar.  Baste recordar el fiasco que resultó la última selección nacional que compitió en unos Juegos Olímpicos, los de Barcelona en 1992; miremos cómo manejo a Faustino Asprilla durante los mundiales de Estados Unidos y Francia; recordemos cómo de manera injusta e inexplicable dejó en el banco a Iván Ramiro Córdoba en el mundial galo; hagamos memoria y traigamos a colación cómo eran las concentraciones en Barranquilla, sobretodo en esa segunda vuelta de las eliminatorias a Francia ’98 cuando tuvimos que sufrir ante Venezuela para conseguir nuestro cupo mundialista.  Tiene tantos malos manejos, que incluso en Santa Fe terminó distanciado con uno de los mas cercanos hombres de su cuerpo técnico… su hermano, Gabriel Jaime “Barrabas” Gómez.

Otro pecado es que el trabajo de Gómez siempre se ha basado en la labor de otro y nunca ha sido su propio proceso el que lo llevó a triunfar.  En Nacional, Colombia y Ecuador, siempre fue antecedido por Francisco Maturana, quien le dejó un trabajo base con el cual concuerdan.  Esta vez se nutrirá del trabajo de cantera que hizo Eduardo Lara y hereda una generación de jugadores de primer nivel, la mayoría de ellos jugando fuera del país en ligas altamente competitivas y listos para brillar con luz propia.

Por último quiero mencionar la profunda división entre aficionados, periodistas y propios futbolistas  que este nombramiento genera.  La gente no olvida como Maturana, hoy en el cargo de Director Técnico en formación, alguna vez declaró a Bogotá como enemiga de la selección el día que en un amistoso perdimos con San Lorenzo de Almagro 3-0; y tampoco olvida como Gómez en tono insultante se refirió a Manizales como una ciudad que no sabia de fútbol por su tradición en la tauromaquia.  Esas heridas nunca cerraron y por eso la selección seguramente volverá a Barranquilla, las noticias se volverán exclusivas  de unos pocos medios y dentro de muy poco tiempo los roces con aficionados y periodistas volverán a ser noticia.

Creo que por fuera de este equipo de trabajo se quedan hombres con suficiente experiencia para aportar como Reynaldo Rueda, Wilmer Cabrera, Alberto Gamero, Alexis García y el mismo Eduardo Lara, este último quemado por prestar un servicio al país y ahora casi que repudiado para completar su proceso con una generación con la cual ha sido ganador y que podría llegar a rendir frutos en su mejor momento.

Luego de 12 años de duro aprendizaje volvemos al mismo punto. Me siento como si leyera un periódico el día que se anunció el regreso de Francisco Maturana al cargo relevando a Luis Augusto García en el momento en que este tenía a la selección clasificada al repechaje.  Que triste ver lo poco con que algunos se conforman.  Ojalá me equivoque y este sea el inicio de una nueva era dorada para el fútbol colombiano, PERO LO DUDO Y MUCHO.

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