Pelota literaria

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El dragón que devoró a la «Vecchia Signora»

El único equipo de Portugal en Champions League ya está entre los mejores ocho de Europa. Logro mayúsculo tras eliminar a la Juventus en Turín con un hombre menos durante 70 minutos.

Una derrota de 2-3 que en el global fue un 4-4, y por goles de visita significó la clasificación del «dragón», tuvo un sello memorable. El partido de 125 minutos ha sido uno de los más bellos de esta UCL pandémica, sin almas en los estadios, respirando invierno y cubierta no sólo por tapabocas pero por el silencio abrumador de la grada.

En Turín, Porto se presentó con una victoria de 2-1 a la ida. Insignificante dirían muchos y así lo sintió Pirlo y lo transmitió a sus gregarios. Un gol clasificaba al equipo de CR7: un sólo gol y bastaba para estar en cuartos de final. Todo bajo control.

Pero una vez más la crema de Turín se atragantó con su arrogancia. Oliveira convirtió un penal antes de los 20 minutos y cambió el libreto del partido. La Juve sin orden y más abrazada por la emoción, empujó y presionó pero apenas hasta los 49 logró el empate a través de Federico Chiesa tras gran asistencia de CR7.

El partido quedó en bandeja para los italianos luego de la expulsión ingenua de Taremi al 52. Porto apostó por cerrar filas, armar cuadrigas de contragolpe y defender la cabaña del argentino Marchesin que en varias ocasiones fue un inmenso perro guardián de su cueva.

La Juve de la UCL sigue sin aparecer hace tiempo y se asustó con el partido servido. Nada le salía y en jugada aislada Chiesa de nuevo dio esperanza al club imperial que dominó Italia una década pero que murió cruzando las fronteras. Con el 2-1 a favor era un nuevo golpe a los lusitanos y el plato servido para la clasificación.

No ocurrió. Pirlo mandó al banco a Chiesa y le negó su hat-trick, y así sentó al más contundente de todos los delanteros de la Juve en este duelo. Cuadrado mandó un balón al horizontal al minuto 90 presagiando un final indeseado.

Con el alargue, Porto se creció. Pepe -por años rocoso e inclemente-, salió sin amarilla y con paciencia lideró al equipo en cada jugada hacia adelante y en cada retroceso. Su voz fue más fuerte que su pie. Ganó en casi todos los duelos y fue más figura que su amigo, compatriota y rival CR7.

Un tiro libre tras falta ingenua de la Juve, dio a Porto la oportunidad perfecta para hacer el segundo y dar a la remontada un viso de imposibilidad: Oliveira nuevamente certero sacó fuego para los dragones. En la jugada, CR7 dio un salto con voltereta estando en la barrera y permitió el paso de la pelota por abajo. Ella recta y fuerte se coló en el ángulo inferior derecho.

La «Vecchia Signora» se quedó nuevamente por fuera de Europa en octavos. Hace falta mucho más que buenos jugadores, un entrenador de la casa y una historia con pedigrí. Hace falta la ambición para ganar siempre, y más en Champions.

Porto sobrevivió con base en su hambre. Hoy está en el olimpo de los cuartos de final de Europa.

 

 

 

 

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