Memorias deportivas

Publicado el @Memordonez

Millos y su costumbre de fracasar

Óscar Córdoba y Luis Augusto García  no lograron clasificar a Millonarios
Óscar Córdoba y Luis Augusto García no lograron clasificar a Millonarios

Una vez más Millonarios quedó eliminado de los cuadrangulares semifinales. Al otrora glorioso Ballet Azul ya ni siquiera se le puede exigir que quede entre los ocho, porque eso parece demasiado complicado de acuerdo con su lamentable presente deportivo, administrativo y económico.

Este nuevo fracaso, sin embargo, no sorprende a nadie, pues de los 18 partidos del torneo, el equipo que dirige Luis Augusto García apenas jugó dos o tres bien. En los demás, evidenció su falta de criterio, de variantes y argumentos, aunque al menos mostró ganas y temperamento, que es lo mínimo que se le puede pedir a trabajadores que ganan en promedio mucho más plata que cualquier profesional en otras áreas.

Lo triste es que al interior del club no va a pasar nada. Todo seguirá igual. Porque por más que los hinchas se lamenten y los periodistas critiquen, los dueños del equipo seguirán ahí, conformándose con las migajas que deja una empresa quebrada que si se manejara bien les representaría miles de millones de pesos.

Y no se van, entre otras cosas, porque así le duela a todo el mundo, el club es de su propiedad y nadie puede obligarlos a venderlo. Se quedan porque aún en épocas de crisis, estar en Millonarios les representa popularidad, prestigio y poder. Además algo de plata les debe dar, porque si fuera  cierto que llevan 20 años perdiendo dinero, no tendrían motivos para seguir.

Yo creo que además de los factores deportivos y financieros que impiden que el equipo vuelva a los primeros lugares,  respetuosamente responsabilizo de éste nuevo fracaso a la afición embajadora, que no ha tenido los pantalones para decir “NO MÁS” y darles la espalda a unos directivos que no merecen ser apoyados. Quieres manejan el club  saben que  pase lo que pase  los hinchas seguirán asistiendo a El Campín  y se aprovechan de eso  para hacer lo que les de la gana y equivocarse una y otra vez en la implementación de estrategias para salir de la crisis deportiva.

A Millos han llegado técnicos buenos, malos, blancos, negros, gordos y flacos. Jugadores jóvenes, viejos, luchadores, calidosos, conflictivos, solidarios. Y con ningunos el equipo ha funcionado, porque no me digan que el hecho de haber promocionado a cuatro jugadores de la cantera salva el semestre, sobre todo cuando de ellos apenas uno (Pedro Franco) realmente se consolidó y pinta como realidad.

El problema es que en febrero del próximo año Millos gana uno o dos partiditos y vuelve a meter 20 mil personas en el estadio, con lo que los dueños garantizan un ingreso significativo que, repito, podría multiplicarse si armaran un equipo exitoso.

Y nada va a cambiar. El club no tiene con qué reforzarse y su deuda, cercana a los 30 mil millones de pesos, cada día crece más. Por eso, a la sufrida afición azul le recomiendo que tenga paciencia y resignación, que no se amargue por una situación que no puede modificar, a menos que aparezcan milagrosamente nuevo inversionistas dispuestos a comprar lo que queda del gran Millonarios y  los dueños actuales tomen conciencia de que no pudieron sacar el barco a flote y vendan  por un precio acorde al patrimonio y al presente del club y no a los títulos y la gloria que alcanzó en el siglo pasado.

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