Memorias deportivas

Publicado el @Memordonez

La eliminación es lo de menos

 

El problema menos grave que tiene en este momento el fútbol colombiano es que haya sido eliminado del Mundial de Sudáfrica 2010. Claro, sería fabuloso ver a nuestra selección mayor entre las mejores 32 de la Fifa, que tiene 206 países afiliados, pero el hecho de que no esté, no significa que sea una tragedia nacional.

 

 

 

En Bogotá la violencia entre hinchas es cada vez más grave
En Bogotá la violencia entre hinchas es cada vez más grave

Tragedia realmente es la que está a punto de ocurrir dentro o en los alrededores de los estadios, en donde nuestros jóvenes, la mayoría menores de 20 años, no se reúnen para apoyar a su equipo o para ver fútbol, sino para combatir, cuchillo o piedra en mano, con aficionados del equipo rival. El pasado sábado, antes del clásico Millonarios-Santa Fe, vi tres peleas en menos de cinco minutos, en la calle 53, a tres cuadras de El Campín.

 

En la primera, justo frente al CAI de Galerías, tres niños, no mayores de 15 años, retaban a cerca de 20 hinchas albiazules. En la esquina del Carulla, eran unos embajadores los que insultaban desde una buseta a los de Santa Fe, que estaban sentados a la entrada de una entidad bancaria. Y 30 metros más abajo, en el callejón del restaurante Calimío, había otra pelea entre aficionados de ambos bandos.

 

Decidí entonces alejarme del escenario y ver el partido por televisión, algo a lo que los amantes del fútbol se están acostumbrando para evitar ser agredidos por jóvenes inadaptados que confunden la rivalidad con la agresión y el irrespeto. Porque la confrontación es la esencia del juego, sin duda, e incluso es parte del mismo la discusión con amigos fanáticos de otro club y hasta las tradicionales “montadas”, cuando gana el equipo de uno. Pero sin llegar jamás a atacar o golpear a alguien simplemente porque lleva puesta una camiseta del equipo contrario.

 

Cuidado, esas situaciones son cada vez más frecuentes, especialmente en los barrios, en donde los grupos de hinchas se están convirtiendo en pandillas. Si no hacemos algo para frenar esa situación, pronto habrá más incidentes que lamentar, pues al menos 20 personas ya han fallecido en diferentes regiones del país por cuenta de las riñas entre hinchas.

 

Los padres deben brindarle mayor atención a sus hijos, pues no todos éstos muchachos provienen de familias destruidas sin autoridad ni buen ejemplo. Las autoridades deben ejercer mayor control a las afueras de los estadios. Los medios tienen que promover la sana convivencia y los clubes igualmente ejecutar programas anti violencia.

 

Lo preocupante es que esa situación no es más que el reflejo de la descomposición social que vive Colombia, la falta de empleo y de oportunidades de estudio. La imposibilidad de buena parte de los colombianos de llevar el sustento diario a casa.  Esa sí es una situación dramática que día a día deben afrontar millones de compatriotas. Esa sí es una tragedia. Por eso, que la selección de fútbol quede eliminada del mundial, a la hora de la verdad, es lo de menos.

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