Pese a que Santa Fe ha conseguido 18 de los últimos 21 puntos en juego, está metido en los cuatro equipos semifinalistas, es el tercer equipo con menos goles en contra y es, junto a Medellín, el equipo que menos goles ha recibido como visitante, escucho solo comentarios negativos acerca de su forma de juego, de sus defectos y de los “desaciertos” del cuerpo técnico, que gústenos o no, parece que de nuevo se va a salir con la suya y nos va a clasificar.
A mucha gente tal vez no le gusta ver a Germán González en el banco de Santa Fe, yo he aprendido a acostumbrarme, pero la verdad es que su presencia como estratega hace que “todo lo del pobre sea robado”. Lo digo porque la semana anterior, donde Santa Fe consiguió nueve puntos ante los equipos verdes del torneo (Nacional, Cali y Quindío) yo no pude ni asistir al Campín, ni ver el jueves al rojo ante Cali, pero escuché y leí los diferentes medios que analizaron los compromisos y sencillamente me di cuenta que cuando se habla de Santa Fe se prefiere cuestionar que destacar.
Es verdad, Santa Fe no está jugando el fútbol que los hinchas, y los mismos jugadores, desean; pero fue Omar Pérez el que me ayudó a explicar esta situación en el programa oficial La Hora Cardenal diciendo que «el único equipo que juega bien es el Barcelona, nosotros estamos subiendo nuestro nivel y nos falta, pero estamos consiguiendo los resultados».
Y la verdad hoy, en un campeonato donde solo clasifican cuatro equipos, yo prefiero que Santa Fe consiga los puntos necesarios sin importar si no juega como la afición quiere y con la esperanza de que la calidad de juego mejore con los partidos.
Hoy quiero invitar a los hinchas a que vayan al estadio, acompañen al equipo, vean el partido y saquen sus propias opiniones y no sean, como me tocó a mi por cuestiones de trabajo, hinchas de radio y prensa.