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Publicado el Andres Vargas

Crónica: Wawrinka campeón en Montecarlo

Por Luis Batista

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La final del ATP Masters 1000 de Montecarlo 2014 entre Roger Federer y Stanislas Wawrinka prometía ser un partido especial desde la previa: es la primera final enteramente suiza desde la definición del ATP de Marsella 2000, en la que Marc Rosset derrotará a un Roger Federer que daba sus primeros pasos en el circuito profesional.

 

El número tres del mundo venció a Roger Federer en la final de Montecarlo por 4-6, 7-6 (5), 6-2

Compañeros de Copa Davis, Federer y Wawrinka tienen una relación singular, como pocas en un deporte eminentemente individual. Coinciden a menudo en el circuito, cenan y se entrenan juntos con cierta frecuencia, se telefonean y hablan mucho de tenis entre sí.

Comparten además la asesoría de Severin Lüthi, capitán del equipo suizo en la Davis, en sus equipos de trabajo. Tanta química hay, que cenaron juntos la noche antes de la final y compartieron el entrenamiento previo a la primera final entre suizos de la historia de la serie Masters 1000.

Wawrinka, campeón del Abierto de Australia, llegaba a su tercera final en este nivel de torneos tras una semana que lo vio reencontrarse con su nivel tras su pobre rendimiento en la serie de Copa Davis ante Kazajistán, sin ceder el servicio, con un tenis incisivo y sólido desde el fondo de la cancha, y un ritmo vertiginoso que fue imposible de sostener para David Ferrer, quien cayó frente al suizo en semifinales por parciales de 6-1, 7-6 (3).

Federer, llegaba a su cuarta final en el Principado (jugó las tres finales anteriores entre 2006 y 2008, perdiendo todas con Nadal), tras un prolijo rendimiento en el partido de semifinales ante un Novak Djokovic visiblemente disminuido por molestias en la muñeca derecha, imponiéndose por parciales de 7-5, 6-2.

El ex número uno buscaba su vigésimo segundo título en este nivel de torneos, y coronarse por primera vez en Mónaco, que es junto con Roma y Shanghai, los títulos Masters 1000 que le son esquivos.

Por otro lado, se jugaban el puesto tres del ranking mundial de la ATP. La serie particular es claramente favorable a Federer, quien ganó 13 de los 14 enfrentamientos previos, sin embargo, la única victoria de Wawrinka se produjo en la edición 2009 de este torneo, en ronda de 16.

Además, Wawrinka es otro jugador desde los aportes de Magnus Norman en su equipo de trabajo y el título en el Abierto de Australia.

Ya en el marco de la final, plagada de banderas suizas en las tribunas, ambos tenistas entraron a la cancha central del Montecarlo Country Club bastante relajados. En una ceremonia presidida por el príncipe Alberto, sonaban las notas del himno de Mónaco.

A seguidas, el protocolo, la explicación de las reglas que ya escucharon tantas veces, por parte del árbitro francés Cedric Mourier y movimientos pre-competitivos.

Primer game del partido con Wawrinka al saque, un poco atropellado, pero tomando la cancha, acelerando, apurando a Federer, desequilibrando con el revés. El patrón de juego quedó claro tras los primeros turnos de saque de cada uno: Wawrinka construyendo desde el fondo, tomando la cancha; Federer, apurando, de la mano de su primer servicio, intentando acortar los puntos con subidas a la red.

En el cuarto game, Wawrinka pisó fuerte en el intercambio desde el fondo de la cancha, empezó a desbordar con el revés cruzado a Federer, quien salió de la crisis y de la amenaza de quiebre del número tres del mundo con grandes servicios.

El ex número uno devolvió el gesto, empezó a acelerar más en el quinto game, y tras un dubitativo juego de saque de “Stanimal”, pegó primero y quebró, confirmando la ruptura del servicio y colocándose 4-2; seguía creciendo con el partido. “Stan” cortó la racha de Roger sosteniendo su servicio en el séptimo game.

En el octavo game, el de Lausanna, apurando desde la devolución, encontró espacios y colocó a Federer en un comprometedor 0-30, pero la ansiedad lo superó y “Fedex” lo consiguió, de la mano de los yerros en la definición por parte de su rival, sostuvo su saque y se fue adelante 5-3.

El campeón de Australia, cada vez más inestable con cada acierto de su contrincante, superó una mini crisis y sostuvo su saque para descontar en el marcador. Roger sacaría 5-4 para tomar el primer set.

El décimo game vio a Wawrinka pegarle más a la pelota, tratando de desestabilizar al de Basilea desde el fondo, buscando las líneas y yendo hacia adelante, consiguiendo un sensible 30 iguales. A seguidas, tiró la devolución afuera tras un gran saque abierto de su compatriota, y lo mismo del lado de la ventaja: devolución de revés que se iba largo y Federer se quedaba con el primer set 6-4.

Ya en el primer juego del segundo set, un “Stan” más sobrio no tuvo problemas en sostener su servicio, y a continuación, consiguió una oportunidad para quebrar el saque de Roger, trabajándolo y soportando las embestidas de derecha, tomando de inmediato la oportunidad para colocarse 2-0.

Sin embargo, el siete veces campeón en Wimbledon no sacaba el pie del acelerador, y aunque debajo en el marcador, establecía el ritmo del partido bajando la pelota con su revés con slice y martillando con su derecha, comprometiendo a su rival, en el 0-40 lo trajo a la red y lo superó con un gran passing de revés paralelo que arrancó todos los aplausos de la tribuna. Recuperó el quiebre para sacar 1-2.

En este punto, el partido estaba armado por ambas partes: dos tenistas que tienen en común un patrón de juego desbordante y agresivo, y esa búsqueda frenética de la iniciativa por parte de ambos jugadores marcaba el ritmo de la final.

En el cuarto game, Federer contuvo las embestidas de un Wawrinka que tuvo dos oportunidades de quebrar por segunda vez, para colocarse 2-2. Wawrinka sostuvo su saque sin problemas para el 3-2, mientras la amenaza de la lluvia empezaba a hacerse presente en el complejo tenístico, paraguas abiertos en la grada y el partido en stand by.

Se reanudó el encuentro, con un Federer cada vez más rápido de piernas, más punzante y superando en velocidad desde el fondo de la cancha, un revés con slice que ralentizaba las embestidas de un Wawrinka contrariado, no tuvo mayores dificultades para sostener y colocarse 3-3. A continuación, un game de saque sin apuros para “Stanimal”, que se colocó 4-3.

El ritmo del partido se tornaba cada vez más insostenible para Wawrinka, que apenas se sostenía con el saque. Federer empujaba, iba a la red para presionar y lo hacía con criterio, atacaba las líneas y definía con firmeza. Ganó el octavo game en cero para colocarse 4 iguales. Ambos jugadores seguían firmes con el servicio y sostuvieron para el 5-5.

“Stan” sostenía tras un errático game de devolución de su compañero de Copa Davis para poner el 6-5 en el marcador. Con un ace abierto, Federer sostuvo su saque en cero para forzar el desempate en el segundo set.

Wawrinka se mostraba firme; Federer, errático de entrada en el tie break. El primero conseguía el primer mini quiebre y se sostenía para colocarse 4-1. El segundo con grandes resoluciones, descontó para colocarse 4-3.

El campeón de Australia seguía imbatible con el saque para colocarse 6-3. Roger descontaba con su saque para colocarse 6-5. Wawrinka tenía un tercer punto de set, esta vez con su saque, cuando subió a la red para cerrar con un smash contundente el segundo set 7-6 (5).

La firmeza en el tie break del lado de Wawrinka sería un punto de inflexión. A partir de aquí y hasta el quinto game del set definitivo no hubo partido. Un solo jugador en la cancha: Stanislas Wawrinka.

Desbordante, avasallador, pegándole mucho más a la pelota, el número tres del mundo quebró el saque de “Su Majestad” de entrada, y sostuvo para colocarse 2-0, como en el segundo set. Pero esta vez no quitaba el dedo del renglón, tomó el saque de su rival nueva vez y volvió a confirmar para colocarse 4-0.

Federer era ahora quien lucía contrariado, lento de piernas, superado ahora por la aceleración de Wawrinka en el revés cruzado, que es un lujo. Notablemente agotado y apurado, por el esfuerzo y los recorridos hechos durante los dos primeros sets.

Finalmente en el quinto game, Federer apenas sostuvo el saque para el 4-1. Wawrinka seguía claro de la cabeza y contundente en sus ejecuciones, sostuvo para el 5-1. El de Basilea volvió a sostener, conteniendo las incesantes embestidas del contrario, para el 5-2.

“Stanimal” sacaba para campeonato. A estas alturas del partido, era un concierto lo que estaba dando, un recital. Prontamente consiguió colocarse 40-15 para tener dos puntos de campeonato. Y con una derecha soberbia invertida sobre la línea, Stanislas Wawrinka gritó campeón en el Principado por parciales de 4-6, 7-6 (5), 6-2.

El de Lausanna recibió de manos del príncipe Alberto de Mónaco el trofeo de campeón de Montecarlo, levantándolo y presentándolo a la tribuna. Luego, momento emotivo para ambos jugadores mientras sonaban las notas del himno suizo en la cancha central del Monte Carlo Country Club.

De esta manera, Stanislas Wawrinka conquista su primer trofeo de la serie Masters 1000 y se consolida como número 3 del mundo en el ranking ATP en la mejor temporada de su carrera.

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