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Publicado el Nicolas Borras Calderon

Blog: Un minuto y trece segundos | Prólogo clásica Esteban Chaves

Desde el comienzo de la temporada hago parte del equipo de la fundación Esteban Chaves y esta carrera tiene un valor especial, es la carrera del equipo y hoy, más que nunca, la siento como propia.

El prólogo que abrió la clásica Esteban Chaves fue en el velódromo Luis Carlos Galán, el mismo del mundial del 95, la pista en la que tantas horas he pasado este año entrenando y aunque no es el mejor velódromo del mundo, aunque no es en madera y aunque no está techado, es el velódromo de mi ciudad, por eso se ha ganado un cariño especial.

Llegamos muy temprano en la mañana en equipo, como buenos anfitriones. Con los rodillos al frente de la carpa donde estábamos sentados para empezar a calentar alrededor de media hora para una contrarreloj de tres vueltas al velódromo, 1 kilómetro. Sí, calentar media hora por poco más de un minuto de dolor, un minuto de llevar el cuerpo al límite y definir el primer líder de la carrera por segundos o tal vez por menos.

Cuando me monté al rodillo y empecé a calentar, todo se aisló, es un momento en el que la mente entra en un estado de concentración especial, que es difícil de describir, por eso no hay mucho que decir de ese momento. La sensación es diferente cuando me subí a la pista, y estaba a solo 5 segundos de salir, se siente diferente, es querer dar cada pedalazo más duro que el anterior, es intentar aplicar todas esas horas de entrenamientos que me trajeron hasta acá, en cada vatio que aplicaba en ese momento. Un minuto y trece segundos puede sonar muy poco tiempo, pero no cuando llevas el cuerpo a más de 190 pulsaciones y sientes el ardor en las piernas, la presión en el pecho y la tensión en todo el cuerpo, otra de esas sensaciones indescriptibles del ciclismo.

Foto: Anderson Bonilla

Así terminé el prólogo, en la posición 27 de los más de 120 corredores juveniles que vamos a estar corriendo por la ciudad durante los siguientes tres días. Es hora de recuperar, y preparar el cuerpo para mañana, una etapa de 110 kilómetros en un circuito plano al sur de Bogotá. Un buen comienzo, y mucho por aprender.

Como resaltó Egan Bernal cuando estaba en el Tour: «Sabía que estaba preparado de la mejor manera que pude, ¿Qué mas puedo hacer? Solo disfrutar y rodar lo más rápido que pueda. No puedo controlar lo que los otros chicos hacen, lo único que puedo hacer es dar lo mejor de mí».

@BorrasNicolas

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