Qué ironía. La Dimayor, el ente rector que debe cuidar el Fútbol Profesional Colombiano y tratar de hacerlo cada vez mejor, se ocupa de lograr lo contrario. Como siempre, el negocio está primero sin importar nada más. Y dentro de ese negocio, lo más importante es la televisación de partidos. Entre más cotejos, más plata. Obvio. Y entre más nombre tengan los equipos, más televidentes. Lógico.
A esto se debe el incremento a 20 equipos en Primera División y el ascenso regalado a dos de los ocho clubes tradicionales que hoy están en la B: América, Quindío, Cúcuta, Pereira, Cortuluá, Unión Magdalena, Real Cartagena y Bucaramanga.
A esto se debe también el sistema absurdo de la Copa Postobón, esa competencia en la que los equipos que representan al país en los torneos internacionales desgastan muchísima energía y, por ende, no logran prosperar afuera. ¿Qué tan difícil es, por lo menos, revisar –y modificar- la fase de grupos de esa competición?
La Dimayor tiene sus prioridades que, por lo visto, a veces van en detrimento del crecimiento de nuestro fútbol. Esas prioridades, claramente, son más económicas que deportivas. Por eso prefieren agregarle más mediocridad al torneo de la B en lugar de darles algún tipo de ayuda –con el calendario- a los clubes que nos representan en la Copa Libertadores o en la Sudamericana. En Colombia se volvió normal que un equipo juegue dos partidos el mismo día.
Ahora, para disimular la mediocridad del nivel se empeñan en acudir al argumento de la emoción con la liguilla. Y puede ser cierto que sea más emotivo, pero también es verdad que puede seguir con chances de salir campeón el octavo del semestre. Puro contentillo.
En el fútbol colombiano el negocio siempre va a tener la última palabra. A lo largo de la historia, las taquillas eran algo esencial, pero en los últimos años los televidentes se han vuelto el target más importante. Esto se debe a la alcahuetería de los dirigentes de nuestro balompié que por no ser rigurosos terminaron mezclando la letra B con los equipos tradicionales y que, por esta razón, espantaron a la gente de los estadios.
Lamentablemente, el nivel futbolístico y los méritos deportivos siguen siendo aplastados por los fajos de billetes y por lo que se haga en unas oficinas. Lamentablemente, el negocio sigue manchando la pelota.
PD. Es curioso que el América haya aprobado un nuevo cuadrangular teniendo en cuenta que ese es, precisamente, el método que le ha impedido volver a Primera. Si fuera por la reclasificación, la ‘Mechita’ sólo hubiera durado un año en el infierno de la B. Incluso, en este momento, los dirigidos por Jhon Jairo López estarían a tres puntos del ascenso directo.
PD2. Es un buen paso que se haya eliminado la Promoción a partir del año entrante, pero mientras sigamos con el sistema de los promedios vamos a seguir muy estancados.
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