Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Vuelta 2022 – Día 2: Bennett esprintó después de ver la pirámide

Frente a la Pirámide de Austerlitz, el peculiar monumento levantado por los soldados de Napoleón en 27 días, se terminó hoy el último intento de fuga en la segunda etapa de la Vuelta a España. Fue un día especial por el decorado, pero muy simple por el libreto de la carrera. El camino entre Hertogenbosch y Ultrecht exhibió los lugares que inspiraron las pinturas de Van Gogh, los molinos de viento con los que los pueblos neerlandeses le han ganado terreno al mar, los castillos con pináculo y torres que sirvieron de residencia a varios monarcas alemanes en el siglo XIX,  las ruinas de un campo de concentración de la II Guerra Mundial y la particular pirámide. La carrera se se resume en una fuga controlada y una llegada al esprint.

Luego de la crono por equipos de ayer sobre 23 kilómetros, la primera etapa en línea tuvo 175. Los equipos invitados solo esperaron el banderazo para armar un colectivo de fuga de cinco hombres. A Azparren del Euskaltel, Miquel del Kern Pharma y Bol del Burgos-BH se sumaron Van den Berg del EF y Guernalec del Arkea. El quinteto estuvo al frente durante 110 kilómetros de paisajes ricos en historia, arte y cultura, y resolvió el único premio de montaña del día, en la cota de Amerongse, que le significó al neerlandés Van der Berg el primer liderato en la clasificación de los escaladores.  La tempranera cacería de los aventureros la aprovechó el veterano ciclista español de 38 años de edad, Luis Angel Maté, para irse al frente en solitario una treintena de kilómetros, hasta cruzar frente a la pirámide, cerca a la localidad de Woudenberg.

La pirámide tiene el nombre de una de las batallas más célebres del ejército napoleónico, pero fue construida antes de la batalla y renombrado posteriormente. El emperador  había convertido los países bajos en la República de Batavia desde que los invadió en 1795.  En 1804 acantonó sus tropas durante varios meses en lo que denominó Le Camp d’Utrecht, preparando la invasión de Gran Bretaña. El comandante de la tropa, de apellido Marmont, ideó una forma de mantener ocupada a la tropa: levantar una pirámide que recordara el paso del gran ejército en la campaña por Egipto. Esa colina de piedra de 36 metros de altura, recubierta con césped, y rematada en la cúspide con un obelisco de madera de trece metros, sigue en pie dos siglos después, sin el obelisco, y aunque ha sido restaurada varias veces conserva la arquitectura original.

La captura de Maté generó la tensión en el grupo, que se fue enfilando hacia una llegada masiva que estaba anunciado desde el diseño de la carrera. El nerviosismo, la carretera estrecha, los cambios repentinos de ritmo, los pasos por poblaciones pequeñas, las rotondas, el numeroso público, los separadores en mitad de la vía y la lucha por las posiciones se mezclaron con el nerviosismo clásico de todo comienzo de una gran vuelta. Las caídas fueron inevitables. Mühlberger del Movistar y Wout Poels del Bahrain se fueron al suelo en momentos diferentes. También se cayeron Adriá y Valverde.

El resto fue corta pero explosiva batalla de los velocistas. El irlandés Sam Bennett del Bora ganó en la raya y alcanzó a levantar el dedo índice en señal de victoria. Venció al favorito Mads Pedersen, del Trek. El Jumbo Visma conservo la camiseta roja, pero la rotó del neerlandés Gesink a su compatriota Mike Teunissen, que entró cuarto en el esprint y por puestómetro se vistió de líder.

La ronda española sigue con fiesta neerlandesa. El país de los tulipanes, una de las cunas del ciclismo, despide mañana la Vuelta. El recorrido será de 193 kilómetros llanos. La etapa 3 tal vez tenga el mismo libreto, pero el decorado promete ser único.

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